T r e c e

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«Tengo unos pendientes en el trabajo» recibí un mensaje de Harry cuando salía del colegio y acordamos encontrarnos en tres horas en un centro comercial cerca de Querida Mía, pues él creía que no existía rumbos en esa ciudad que conociera mejor que...

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«Tengo unos pendientes en el trabajo» recibí un mensaje de Harry cuando salía del colegio y acordamos encontrarnos en tres horas en un centro comercial cerca de Querida Mía, pues él creía que no existía rumbos en esa ciudad que conociera mejor que esos.
Y en realidad, con el paso de las semanas y meses, yo me estaba habituando a Polk. No era una ciudad complicada, al menos en lo que a las zonas populares concernía.

Pero accedí sin debatir, tenía tiempo suficiente para llegar a casa, tomar una ducha, saludar a Príncipe, darle comida y ponerme algo lindo mientras bailaba al frente del espejo de mi habitación.
Tenía esa tarde, una vibra de principios del 2000 corriendo por mis venas.
Así que escuchaba Lady de Modjo y casi todo el repertorio de Daft Punk. Esas canciones me hacían sentir muy pequeña de nuevo.
Sentada en el asiento trasero del auto de mi padre, camino al jardín de niños, desayunando una barra de chocolate, porque papá siempre fue un alcahueta, mientras la radio ponía siempre esas canciones que solían estar de moda.

Ahora, solo seguían de moda dentro de mí.

Cubierta tan solo por mi ropa interior, revisaba en el armario, algo elegante pero a la vez que no le hiciera notar a Harry que me estaba esforzando demasiado.
Algo casual, pero elegante, modesto pero cautivador.
Esa era una combinación complicada, una fina línea entre lo sutil y comprometedor.
Afuera, el frío se estaba tornando cada vez más crudo, pero yo estaba decidida a usar una falda.
No estaba acostumbrada a ese clima, en Carolina siempre es verano, así que tampoco contaba con mucha ropa para invierno, excepto por los abrigos que me había comprado recientemente para sobrevivir esa temporada en Polk.
Así que me arriesgué un poco y me coloqué la falda de cuadros blancos y negros, una blusa negra de cuello alto y mangas largas y un abrigo de cuero grueso del mismo color. Para cubrirme las piernas, utilicé unos calentadores robustos hasta los muslos y por encima, unas botas de terciopelo.

 Para cubrirme las piernas, utilicé unos calentadores robustos hasta los muslos y por encima, unas botas de terciopelo

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Me colgué un collar dorado al cuello con un dije de rosa. No era oro, pero era una buena imitación y resplandecía como si lo fuera.

Salí de casa con algo de anticipación, no tenía ánimo de tomar el metro porque el frío no me permitía caminar tranquilamente largas distancias, así que opté por un taxi. De cualquier forma, la plaza no estaba tan lejos de mi casa.

Querida mía | Harry Styles |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora