El día había comenzado siendo de lo peor. Nunca había usado ropa oscura en un día soleado, su madre le solía decir que algo así se veía mal, pero ahora estaba obligado a usarla en el peor día de su vida.
Su mayor había estado regañandolo toda la mañana exigiendo que hiciera cosas que él no estaba acostumbrado a hacer, empezando por despertarlo demasiado temprano, ni siquiera cuando iba a clases se levantaba a esas horas, pero según ella, era necesario.
El sofá sobre el que había dormido las últimas noches era más viejo que él, y ciertamente estaba muy gastado. No podía imaginar cómo podrían tomar asiento en esa cosa sin sentir ni un ápice de incomodidad, quizá ya estaban demasiado acostumbrados como para notarlo.
Tomar una ducha sonaba relajante pero no en la porquería que tenían aquellas personas de baño, todo oscuro, con humedad y goteras por todos lados. El sólo hecho de pensar vivir ahí le frustraba.
—¿Qué haces ahí parado? —gruñó la mayor. Él la miró sin decir ni una sola palabra, como llevaba haciendo desde que llegó— Vamos, date prisa o llegaremos tarde. No tenemos toda la mañana —siguió regañando ella pero él seguía sin emitir algún sonido, sólo la miraba— ¿Escuchas lo que te digo o no entiendes?
El chico miró la ropa que estaba sobre el incómodo sofá e hizo una mueca de disgusto. ¿De donde había salido algo así? Se veía horrible; una camisa gris, con un pantalón negro que no parecía ser de su talla y el saco negro que lucía tan viejo como el mismo sofá. ¿Ella en verdad esperaba que se pusiera aquello? No esperaba usar algo nuevo y caro, pero algo decente no le vendría mal, después de todo era un día en que debería vestir de lo mejor.
Volvió la vista a la mujer quien lo miraba molesta por tardar tanto en solo vestirse con lo que ella le había traído.
Él pensó en que sería bueno ducharse al fin, no estaría satisfecho con sigo sabiendo que llevaba un conjunto horrendo y además sin estar limpio, es lo menos que podía hacer. Cogió la ropa del sofá bajo la atenta mirada de la mayor que ya sonreía pero sin dejar de verlo de la peor forma.
Realmente no tenía ganas de salir a ningún lado, prefería mil veces quedarse en el sofá con aquellos resortes que habían estado marcando su espalda y no levantarse de ahí por lo que quedaba del año. Pero de ser así, la pesada mujer no dejaría de reprocharle que era un bueno para nada, como ya lo había hecho esa noche.
Después de todo, la ducha no estuvo mal, lo logró despertar y le relajó un poco aunque no lo suficiente para poder afrontar lo que se le venía después.
Y efectivamente, la ropa le quedaba demasiado chica, quería usar la suya pero no era apropiada para asistir así en aquel lugar. No le quedaba de otra que llevar lo que ya tenía puesto.
El viaje transcurrió en un perturbador silencio, él no dejaba de mirar el paisaje a través de la ventana mientras escuchaba palabras de cualquier cosa, algo que realmente no le importaba.
El mirar a las personas del otro lado del cristal le hacía perder el aliento, su corazón cada vez bombeaba más lento y el ardor en la garganta le dejaba un espantoso dolor. No podía llorar, no en ese momento ni lugar, por más que lo deseaba no podía, siempre necesitó un consuelo, alguien que le abrazara y le dijera que todo estaría bien aunque no fuera cierto, pero lo había perdido, su único consuelo ya no estaba y por ello no podía romperse por más que quisiera, ahora estaba sólo y debía comenzar a demostrar ser fuerte. Por más que doliera.
Al llegar a aquel lugar pudo notar cuantas personas habían asistido, conocía a algunos y a los demás nunca los había visto. En cualquier otro momento se hubiera preocupado por su vestimenta pero eso ahora no importaba en lo más mínimo.
ESTÁS LEYENDO
I'm Not Invisible! [임재범]
FanfictionUna promesa. Una decisión de no volver amar. ¿Qué sucede cuando alguien interfiere en sus planes? Jaebeom tuvo que perderla para entender que ella era la indicada. ¿Qué tan lejos tiene que llegar ahora para darse cuenta de que es demasiado tarde? AN...