Capítulo siete ✔

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007: Tenemos que encontrar a Elena.

Narra Cassidy.

Dos semanas habían transcurrido y aún no habían rastros de mi hermana. Mis padres junto a Blacke y la policía no han descansado, la han buscado hasta debajo de las piedras y no encuentran ningún indicio.

Estaba en la casa del socio de papá, habíamos almorzado todos juntos, menos su hijo, como siempre.

Hablando de él...

─Collins. ─Dijo al verme.

─¿Qué? ─Contesté de mala gana.

─¿Y ese humor a que se debe?

─Mejor ni preguntes. ─Me tumbé en el sofá y recargue mi cabeza en mis manos.

Toda esta situación iba a volverme loca, necesito saber algo sobre ella, necesito saber que está bien. Papá está devastado desde que la raptaron, últimamente come muy poco, mamá y yo le insistimos pero siempre se molesta. En cambio mamá si ha puesto de su parte, apesar del sufrimiento no se ha negado a comer.

─¿Es por Elena? ─Se sentó a mi lado.

Suspiré:
─Así es, no me puedo explicar cómo es que aún no sabemos nada. Con tu papá y la policía es demasiado y aún no sabemos ni lo más mínimo. Tengo miedo Jael, temo que le haya pasado algo...

─Me sorprende como nuestros padres teniendo tantas influencias aún no encuentran nada. Me parece raro.

─¿Influencias?

─Sí, Cassidy. Dentro de todo esto hay algo que no me cuadra en lo absoluto.

Lo miro y arrugo el ceño:
─No entiendo.

─Estoy igual que tú.

Tengo el presentimiento de que él sabe algo que nosotros no.

─¿Hay algo que tú sepas? ─Me atrevo a preguntarle.

Me analiza:
─No lo creo. ─Dice seco y se va.

Qué humor.

Mis padres habían salido nuevamente así que le pedí a uno de los empleados de Blacke que me llevara a casa. Necesitaba descansar un poco.

─¿Desea comer algo, señorita Cassidy? ─Me pregunta Olga

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─¿Desea comer algo, señorita Cassidy? ─Me pregunta Olga.

─Olga, sabes que puedes llamarme Cass. Y tranquila, no tengo apetito.

─¿Han tenido novedades?

─Nada. Tengo miedo Olga, no sabemos nada de ella y temo por su vida.

─Por Dios Cass, no pensemos mal. Ella estará bien.

Fui a mi cuarto y empecé a investigar en mi laptop todo sobre secuestros.
Necesito hablar personalmente con el comisario Smith.

Tomé mi móvil y le marqué a mamá.

Cass, ¿pasó algo? ─Preguntó apenas contestó.

─No mamá, todo tranquilo. Solo quería saber si ya vienen en camino, uno de los empleados de Blacke me trajeron a casa.

Vamos casa de Blacke, llegaremos por la noche. Por favor, mantente en casa, Cass.

Tranquila mamá, estaré bien. ─Corté.

Tomé mis cosas y me dirigí a la habitación de mis padres, tomé la llave de uno de los autos y salí. Le avisé a Olga que saldría a tomar aire un rato y le aseguré que estaría bien.
Subí al auto y le marqué al comisario Smith.

¿Diga? ─Contestó.

─Soy Cassidy Collins, voy hacia allá, necesito hablar con usted y por favor no le comente nada a mi padre.

Tenga mucho cuidado señorita, aquí la espero.

Llegué a la comisaría y al preguntar por Smith de una vez me hicieron pasar. Ya me estaba esperando.

─Señorita Collins, tome asiento. ─Hago caso. ─¿Qué la trae por acá?

─Mire, estoy realmente desesperada con toda esta situación, aún no puedo creer que con tanta influencia aún no tengamos ni una sola pista. Sonará extraño, pero no me fio de Alan Blacke, a estas alturas no me fio de nadie. Se que está investigando a todas las personas que estuvieron en aquella cena, necesito que haga lo mismo con los empleados de Blacke, incluso, con las personas más cercanas, hasta conmigo si es posible.

─Sus palabras son sabias señorita, haré todo eso que me dice. Pero, ¿Alan Blacke?, ¿sería capaz?

─No lo sé, pero es necesario. Tenemos que encontrar a Elena.

─Si tengo alguna novedad no dudaré en avisarle.

─Y por favor, no le comente a mi padre que estuve aquí, ni siquiera que investigará a Blacke.

─Confíe en mí, será nuestro secreto.

Suspiré aliviada. Me despedí del comisario y salí de allí.

─¿Dónde demonios estabas? ─Me pregunta papá al verme

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─¿Dónde demonios estabas? ─Me pregunta papá al verme. Estaba preocupado, lo puedo notar.

─Fui a tomar aire, necesitaba despejarme. ─Dije.

─¡No puedes salir de casa! ─Levantó la voz y mamá sujetó su brazo. ─Es peligroso, Cassie... ─Bajó su tono de voz. ─No te puedo perder, no puedo Cassie.

Papá era el único que me llamaba Cassie... y hace tanto que no lo hacía que me eché a llorar. Corrí hasta él y lo abracé fuerte, sentí como sollozaba y quedamos sentados en el suelo aún abrazandonos.

─No otra vez Cassie, ya bastó con perder a tu hermana.

─No papá ─Limpié sus lágrimas. ─Ella está bien y la encontraremos, ¿okey?

Asintió y me volvió a abrazar. Mamá se acercó y se unió a nosotros. Luego cenamos todos juntos, desde que Elena desapareció no lo hacíamos y me sentía mejor al compartir juntos de nuevo.

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