Capítulo diecinueve ✔

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019:  Queda usted detenido por tráfico de drogas...

Narra Jael.

Me levanté temprano para ir a casa de los Collins; Elizabeth me invitó a desayunar. Pregunté por papá y como siempre, no estaba en casa.

─Buenos días Olga. ─Dije apenas me abrió la puerta.

─Hola Jael, adelante, estábamos esperando por ti.

Entré al comedor y saludé a la señora Collins y a Fabiola. Tomé asiento y Olga nos sirvió nuestros desayunos. Fue agradable, logramos sacarle varias sonrisas a Elizabeth.

─Ha estado bueno el desayuno. ─Dijo Fabiola sentándose a mi lado.

Elizabeth había salido a casa de una amiga, estaba tomando muy en cuenta salir a distraerse.

─Olga prepara unas delicias.

─¿Qué harás hoy?

Fabiola se ha portado muy amable conmigo estos días y realmente se lo agradecía.

─No tengo la menor idea.

─Podríamos salir.

Creo que no me agradaba la idea.

─No lo tomes a mal, pero no me apetece.

No quería sonar grosero, pero era la verdad. Nunca me ha gustado mucho andar por allí, al único lugar que suelo ir es al gimnasio y ahora a casa de los Collins.

─Siempre podemos hacer algo en casa. ─Sonrió.

─¿Cómo qué?

─Podemos hacernos preguntas. ─Propuso.

No tenía nada que hacer y eso sonaba un poco entretenido así que asentí.

─Las damas primero.

Se quedó pensativa por unos segundos y luego habló:
─¿Te gusta la comida rápida?

─Me encanta. ¿Hace cuanto conoces a los Collins?

─Desde que tengo memoria, mis padres son muy amigos del señor Connor.

─Ya.

Y me he quedado en blanco, ¿qué se supone que debo preguntarle ahora?

─Adivino. Te has quedado sin preguntas. ─Sonrió.

─Que sabia eres, Fabiola.

─Te he dicho que me puedes decir Fab.

─Me agrada tu nombre, así que seguirás siendo Fabiola para mí. ─Sonreí y sus ojos tuvieron un brillo extraño. Me sentí raro.

─¿Me consideras tu amiga?

─¿Por qué no?

Hablamos por un par de horas más. Elizabeth se unió a nuestra conversación, luego de un rato llegó Connor y se nos quedó viendo.

─¿Pasó algo? ─Le pregunta Elizabeth.

─¿Siempre vas a estar aquí? ─Me pregunta.

─Así es. ─Respondió Elizabeth por mí. ─Al menos alguien aquí si se preocupa por mí.

Abrió la boca para hablar pero el timbre lo interrumpió. Fabiola se levantó a abrir la puerta, era el comisario Smith con dos oficiales más.

─¿Ocurrió algo comisario? ─Rascó su barba de varios días.

─Connor Collins, queda usted detenido por tráfico de drogas. ─Enseñó la orden mientras los otros dos oficiales esposaban a Connor.

Mi mandíbula se desencajó al escuchar lo que dijo. Fabiola me miró asombrada y Elizabeth estaba confundida.

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