Capítulo cuarenta.

680 80 11
                                    

040: locamente enamorado...


Narra Elena.


Una semana, sólo una semana para ser la legítima esposa de Jael Petterson. Todos los preparativos iban de maravilla, Cass y Tara se han encargado básicamente de todo, lo único que decidí elegir yo fue mi vestido. Jael también aportó un poco, sólo un poco; ambos coincidimos en que la boda fuera en la playa. Sería algo entre nosotros mismos, mi familia estaba compuesta sólo por los miembros que vivían conmigo y la familia de Jael... bueno él prefiere no hablar de eso.


─Dentro de una semana serás mi esposa. ─Dice Jael tumbado en la cama mientras juega con Aiden. Se ven realmente hermosos.


─¿Cómo vas con nuestro nuevo hogar? ─Le pregunto sonriendo por su comentario anterior.


─Genial, el apartamento es realmente grande y acogedor. Te encantará, además, tiene un cuartito para Aiden.


Lo miro y frunzo el ceño:
─De ninguna manera, Aiden dormirá con nosotros.


─Elena, sé que te preocupa que le pueda pasar algo, pero no va a dormir toda la vida con nosotros. Cuando esté más grandecito debe mudarse de cuarto.


Tenía razón, pero la idea de que le llegue a pasar algo me aterroriza.


─Tienes razón. ─Suspiro.


─Ven aquí. ─Hace una ademán con su mano.


Me tumbo a su lado y me acurruco, empieza a acariciar mi cabello con su mano libre mientras que con la otra sigue mimando a nuestro pequeño.


─Es precioso. ─Digo mirando a Aiden.


─Como tú. ─Me da un beso fugaz.


***


Me miré al espejo una vez más y suspiré, el vestido me quedaba a la perfección, hace un rato lo habían traído; lo mandé a arreglar debido a que me quedaba un poco ancho en la cintura.


─Estás muy guapa. ─Me dijo Tara, quien se encontraba a mi lado.


Muerdo mi labio inferior y me echo otro vistazo.


─¿Qué sucede? ─Pregunta colocando sus manos en mis hombros.


─Estoy nerviosa y ansiosa a la vez, es un paso muy grande e importante que voy a dar. Me iré de casa, en otras circunstancias le echaría menos cabeza, pero Alan sigue suelto...


─Vas a estar bien Lena. Jael, Aiden y tú lo estarán, tendrán mucha seguridad. No debes preocuparte por eso, mejor disfruta cada uno de los momentos.


Suspiro:
─Tienes razón, pero es difícil dejar de darle vueltas al asunto.


─¿Y si vamos por un helado?, y luego de compras. Como lo hacen las amigas cursis.


─¿Amigas cursis? ─Río.


Me apunta con su dedo índice:
─Sabes que si no fuera porque estás así no hubiese hecho esa propuesta tan marica.


Suelto una carcajada y ella me acompaña.


─Vale, vale. Me saco el vestido, me pongo algo decente y nos vamos.


Era una propuesta tentadora, además, tenía que aprovechar que Jael fue a probarse su traje para la boda con compañía de papá y se llevaron a Aiden con ellos.


Me coloqué ropa adecuada para salir, me maquillé un poco y dejé mi cabello suelto. Dos de los tantos hombres que ahora vigilaban la casa nos llevaron al centro comercial, era extraño tener a dos personas pisandote los talones a donde quiera que vayas, no creo acostumbrarme nunca a esta sensación.


─Gracias al cielo que tu hermana no estaba en casa. ─Dice Tara sentándose. Repetí la misma acción.


Llegamos a una heladería, era muy llamativa, los colores de las paredes eran de un morado pastel combinado con rosa, las baldosas eran grises, las sillas moradas y las mesas negras.


─¿Por qué lo dices? ─Pregunto escrutando el menú.


─No acostumbro a estas salidas. ─Muerde su labio inferior y yo río.


─Tienes suerte de que hoy no me apetece ir a comprar ropa, eh. ─La señalo.


─¡Hay alguien allá arriba que de verdad me ama! ─Exclama mirando al techo y suelto una leve carcajada.


Me decidí por un helado de chocolate con oreos y pirulines, mientras que Tara pidió uno de mentas con chispas de colores.


─¡Por Jesus!, esto es una delicia. ─Habla mi amiga saboreando el enorme helado que tenía frente a ella.


─Lo es.


Al terminar de comer nuestros helados nos quedamos charlando un rato, la molesté con que tenía que buscarse un novio y sus palabras fueron: los chicos sólo dan dolores de cabeza, así estoy genial.


***


─¿Qué tal estuvo tu día? ─Me preguntó Jael al acostar a Aiden en su cuna.


─Estuvo genial, de hecho, estoy un tanto agotada, me daré una ducha.


─¿Quieres que te haga compañía? ─Arquea una ceja.


─Ay, por Dios. ─Siento mis mejillas arder.


Suelta una risilla:
─Venga amor, no es primera vez que te veré sin ninguna prenda.


Okay, pueden ver allí como esa frase puede ponerme más colorada de lo normal.


─Me encanta cuando te pones tan roja como un semáforo. ─Unió nuestros labios en un suave beso.


Amaba cuando sus labios y los míos se unían, era una sensación que jamás podría explicar. Lo sujeté de su cuello para acercarlo a mí hasta más no poder y prolongar más el beso.


Te amo. ─Susurró contra mis labios.

Mi corazón empezó a palpitar más rápido, era como si quisiera salir de mi pecho. Estoy segura que el podía escuchar mis latidos.
Volví a unir nuestros labios pero ésta vez en un beso más profundo. Y aquí es donde quiero permanecer toda mi vida, junto a él, fundida en sus besos.


─Y yo te amo a ti, Jael Petterson.


─Prometo hacerte feliz hasta que muera. ─Me da un beso fugaz.


─Oye...


─¿Mhm? ─Murmura.


─Estoy enamorada de ti. ─Sonrío.


─Y yo de ti, locamente enamorado, Elena Collins.



^^

N/a: Omgg, me emocioné con este capítulo. ¿Qué tal les pareció?, faltan pocos capítulos para finalizar ésta historia ajwnfkd. También falta poco para llegar a los 3k, estoy emocionadaaa.

Voten y comenten, xoxo.

Raptada | 1 | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora