Capítulo veintiséis ✔

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026: Viejos tiempos junto a mi hermana...

Narra Elena.

¿Cómo se encuentra el bebé? ─Pregunta Cass desde la otra línea.

─El doctor ha dicho que todo está en orden.

Dios, estoy tan ansiosa.

─¿Y si le hacen algo, Cass?, no quiero que este bebé venga al mundo sólo a sufrir.

Tranquila Lena, no le pasará nada. Jael se encargará de eso, por lo visto ya le tomó aprecio.

Respecto a él... ─Suspiro. ─Me besó.

¿Qué?  ─Chilló. ─¿Estás de broma?

No Cass, jamás te mentiría con algo así.

¿Y qué tal besa? ─Pregunta soltando una risita, vuelco los ojos aunque no pueda verme.

─Mejor hablamos luego, tengo cosas que hacer. Un beso.

Me preparé algo para desayunar, los chicos habían salido a trabajar y yo me encontraba sola en casa. No me gusta mucho no tener compañía, me aterra la idea de que Alan y su gente se aparezcan por aquí. Tomo el móvil y le texteo a Jael.

Yo: ¿Cuándo podría ver a Cass?

Recibo respuesta de inmediato.

Jael: Hoy mismo, ¿Te parece?

Yo: ¿De verdad?

Jael: Iremos para la hora de almuerzo, me encargaré de llevar una buena comida.

Me emocioné, de verdad lo hice, tengo tantas ganas de ver a Cass y abrazarla. Ojalá pudiera hablar con mamá, o que al menos ella sepa que estoy bien y... que será abuela. No lo había pensado antes, pero no sé si mamá querrá a esta criatura que está creciendo dentro de mí por las condiciones en las que la procrearon, Dios.

Entré al baño y me di una larga ducha, al momento de enjabonar mi cuerpo pude tocar varias de mis marcas y me estremecí, es terrible que aún hayan chicas metidas en ese hueco, Jael tiene que actuar lo más pronto posible. Me vestí con un legy negro y una manga larga color vino, até mi cabello en una coleta alta. Me miré al espejo, la panza apenas se medio notaba.

Sentí que alguien entró a casa y me estremecí, escuché la voz de Travis y pude calmarme un poco.

─Elena, ya estoy en casa. ─Gritó desde afuera.

Salí y así era, estaba sentado en el sofá sacándose los zapatos. Me senté a su lado y lo miré sorprendida.

─Has llegado temprano hoy.

─Sí, no había mucho que hacer. ─Clava su vista en mí. ─¿Esperas a alguien?, vas muy guapa.

Me sonrojé.

─Eh, sí. Jael viene con mi hermana en un rato.

─¿Te gusta ese chico?

Travis es demasiado directo y ya me está incomodando. Además, ¿cómo me va a gustar Jael?

─Sólo me está ayudando, a mi familia y a mí.

─Eso no responde a mi pregunta. ─Ríe de lado y recarga su espalda contra el sofá. ─Dice que es el padre de tu bebé.

Encojo los hombros:
─No quiere que mi bebé nazca sin padre.

─Debería ser alguien que te gustara y con quien quieras formar una familia. Ahora dime, ¿si yo te digo que quiero ser el padre de esa pequeña criatura aceptarías?

Esa era una muy buena pregunta.

Continuó hablando:
─Te gusta, no tengo la menor duda.

Lo miro y frunzo el ceño:
─¿Hay algún problema si me gusta o qué?

Se sorprendió por el tono en el que le hablé, negó con la cabeza y se metió a su habitación sin decir nada. ¿Quién se cree?, él no es nadie para decir si me gusta o no Jael, además no es de su incumbencia, me podrá estar ayudando y todo, pero eso ya es algo más personal.

Mi parte favorita de mi día era esta: tenía a Cass envuelta en un fuerte abrazo

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Mi parte favorita de mi día era esta: tenía a Cass envuelta en un fuerte abrazo. La echaba tanto de menos y me alegra que esté bien.

─Pronto estaremos juntas con mamá. ─Sollozó.

Acuné su rostro con mis manos y besé su frente.

─Gracias por traerla. ─Le dije a Jael mientras los tres nos sentábamos en el sofá.

─No hay nada que agradecer, sabes que ahora eres mi prioridad... ─Carraspea. ─Ambas, ah, y Elizabeth.

Mi hermana suelta una risa nada disimulada y yo la miro mal.

─No me mires así Lena, ha sido chistoso. ─Cruza los brazos y ruedo los ojos.

─En fin, ¿qué tienes en mente, Jael?, en ese lugar hay más chicas y tu padre puede llevarlas a otro sitio y ahí sí que perderemos el rastro.

Peina su cabello con sus dedos y se ve tan... Dios.

─Necesito tiempo, voy a hablar con el comisario y le contaré todo, no puedo solo.

─Te entiendo. ─Digo. ─Sólo que sé cuán horrible es estar en ese lugar y créeme, ninguna de las chicas que están allí merecen pasar por toda ese infierno.

─Tranquila Lena, ellas saldrán de ese lugar y Alan va a pudrirse en la cárcel.

─Así es. ─Concuerda Jael.

─Por cierto... ─Habla mi hermana nuevamente. ─¿Cómo es eso que Jael presentará a tu bebé?

─Sí, quiero hacerme cargo. ─Dice él.

─Hombre, no es que me caigas mal, pero es una pesadilla que mi sobrino vaya a llevar tu apellido.

Ahora que Cassidy lo menciona, tiene razón...

─Por eso no se preocupen ─Hace un ademán restandole importancia. ─, no llevo el apellido de mi padre.

─¿Ah, no? ─Pregunta Cass sorprendida.

Niega:
─Soy Jael Petterson, llevo los apellidos de mi madre.

─¡Gracias a Dios! ─Exclama mi hermana y la vuelvo a mirar mal. ─Vamos Lena, deja de mirarme así.

Jael ríe a carcajadas.

Habíamos pasado un rato agradable, después de conversar unos minutos más nos sentamos a comer, pensé que Jael se había olvidado de la comida pero me sorprendió cuando la fue a buscar en su auto.

Debo admitir que echo de menos los viejos tiempos junto a mi hermana.

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