Capítulo quince ✔

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015: Estoy embarazada...

Narra Cassidy.

Escorpión junto con un hombre apodado "Russo", habían venido por mí. Me ordenaron que me diera una ducha y luego me dieron un poco de comida: pan y agua. Es lo único que he comido mientras he estado aquí.
No he dejado de pensar ni un día en cómo se sentiría mi hermana al estar encerrada, podía tener una idea; también estaba encerrada en contra de mi voluntad.

─Te tengo una sorpresa que creo que te gustará. ─Dijo Escorpión y me sujetó por el brazo.

Antes de salir me amarraron las manos y los pies con un mecate, me queje, lo apretaron tan fuerte que molestaba demasiado. Vendaron mis ojos y me subieron al auto.

─¡Dejenme ir! ─Chillé.

La última vez que hice un berrinche para que me sacaran de ese lugar Escorpión me golpeó, aún tengo una marca en el pómulo muy poco visible.
Un rato después el auto se detuvo, me cargaron en el hombro, supongo que fue el Russo porque podía escuchar a la escoria de Escorpión hablar a una corta distancia. Me pusieron en el suelo y me desamarraron los pies para poder caminar. Escuché varios llantos de mujeres y la voz de otra mujer que las mandaba a callar.

─¿Una nueva? ─Preguntó la misma voz de esa mujer.

─Es la hermana de la número veintiuno. ─Respondió el Russo.

¿La hermana de la número veintiuno?, mi corazón empezó a palpitar tan rápido que podría salir de mi pecho. No sabía cuál era la sensación exacta en este preciso momento. Me quitaron la venda y frente a mí había una puerta con el número 21. Escorpión la abrió y sentí una punzada en mi pecho.

Estaba allí... dormida, tendida en una cama. Mis ojos empezaron a picar y en pocos segundos ya estaba llorando.

─Espero que ya estés contenta. ─Dijo Escorpión y me tiró dentro de la celda para luego cerrar la puerta.

La miré y no podía creerlo, estaba más delgada, me acerqué a ella y noté pequeñas marcas en su brazo derecho, cuando toqué una de ellas se levantó asustada.

─Ay por Dios. ─Dijo y se abalanzó sobre mí abrazándome fuerte.

Sentía que habían pasado mil años desde el último abrazo que nos habíamos dado. Me alegra tanto verla nuevamente, saber que estaba bien, pero también me entristece nuestra situación.

─¿Qué ha pasado, Lena? ─Pregunté echa un mar de lágrimas. ─¿Qué... qué te han hecho?

─Dios, Cass, es tan complicado. ─Volvió a estrecharme contra su cuerpo.

La echaba de menos, más de lo que pensé. Ella no merece esto, nunca fue una mal hija ni mal hermana. Ella soñaba con un futuro mejor, sacar su carrera como contadora pública, formar una familia, tener un bebé y que fuera yo quien escogiera su primer nombre.

Se separa de mí y me mira:
─¿Tú estás bien?, ¿Qué te han hecho? ─Preguntó preocupada.

Recordé lo que me hizo Escorpión y me eché a llorar, me recosté en sus piernas y ella acariciaba mi cabello. Son unos desgraciados, Alan Blacke y toda su gente. Me pregunto si Jael sabía de esto, por Dios, ¿Y si todo este tiempo lo único que hacía era que no pudiera encontrar pistas sobre el secuestro de mi hermana? Dios.

─Cass, dime que te hicieron. ─Me miró. ─Dime, ¿Te tocaron?

Me levanté y me fui a un rincón. Ella hizo lo mismo y me volteó para que la mirara.

─Cassidy, ¿Te han hecho algo?

Narra Elena.

No podía creer que mi hermana estaba aquí, debo admitir que no me alegra en lo absoluto, ¿Pretendían hacerle lo mismo que a mí?

─Cassidy, ¿Te han hecho algo? ─Le volví a preguntar. Su silencio decía muchas cosas y ya me estaba volviendo loca.

No quería que le hicieran daño a mi familia, me importaba un comino lo que hicieran conmigo a estas alturas, pero jamás les perdonaría que tocaran a mi familia.

─Creo que hay mucho de que hablar. ─Se sentó en la cama y dio palmadas a su lado para que me sentara.

Me acerqué a ella y me senté a su lado.

─¿Cómo están nuestros padres? ─Le pregunté.

─Mamá estuvo mal, pero ya todo pasó, con tu desaparición no quería comer, pero ya pone de su parte. Y papá, desde aquel día es alguien completamente diferente.

Cuando lo nombró sentí una presión en mi corazón. Ella tenía que saberlo todo, tenía que ponerla al tanto, no sé cuanto tiempo la dejarán aquí conmigo así que debo confesarle a qué se dedica papá.

─Cass, papá no tiene las manos del todo limpias.

─Lo sé. ─Me sorprendo. ─El famoso negocio con Alan, narcotráfico. Lena, dime por favor por qué te tienen aquí, sé que no eres la única, hay más mujeres.

Suspiré. Aquí vamos.

─Nos prostituyen Cassidy. ─En su boca se formó una enorme "o". ─Nos obligan a vender su droga, nos maltratan.

─No puede ser. ─Tapó su cara y lloró.

─Esto es un infierno Cass, ¿Cómo es que estás aquí?, no deseo que te pase lo mismo que a mí, no, no me lo perdonaría.

─No es tu culpa Elena, no es tu culpa que Escorpión me violara y me encarcelara porque sabía de su negocio. El comisario hasta el sol de hoy no encontraba ningún indicio sobre tu desaparición, ya veo por qué. Alan ayudaba a papá supuestamente y ahora resulta que él es quien te tiene aquí. Bueno, nos tiene, porque ahora yo también estoy bajo su poder. ¿Y ahora qué, Elena?, yo... tengo miedo.

La abracé fuerte y besé su frente. Escorpión es un imbécil, juro que si salgo de aquí no descansaré hasta verlo pudriéndose en la cárcel. Se atrevió a tocar a mi hermana, a despojarla de algo tan valioso como lo hicieron conmigo. Admiro a Cassidy, ella siempre ha sido la más fuerte de las dos, es sorprendente al ser ella la menor, pero en muchísimas ocasiones fue ella quien me dio las fuerzas que llegué a necesitar.

─Vas a estar bien. ─No estaba segura de eso. ─Cass, tengo que decirte algo más. ─Jugué con mis dedos en mi regazo.

─¿Qué pasa?

─Estoy embarazada... ─Susurré pero pudo escucharme.

─¡¿Qué?! ─Chilló y sus ojos se volvieron a llenar de agua. ─No, no es cierto, no puede ser posible. ¿Quién es el padre? ─Preguntó con miedo a la respuesta.

─No lo sé, Cass. ─Sollocé y me abrazo. ─No puedo tenerlo, no puedo traer un bebé a este mundo para que sufra tanto como yo o quizá más. No puedo traer a una cría que al verla me recordará toda esta mierda que he vivido, no puedo tener a este bebé, Cass...

─No Elena, no digas eso. Ese bebé no tiene la culpa de nada, tú tienes que tenerlo.

─¿Estás loca?, no puedo Cass. Además, tener a ese bebé aquí significa que sufrirá mucho. Ellos solo me dejarán tenerlo para luego sacar dinero de ello; a ellos nada más les importa el dinero.

─¿Recuerdas que una vez dijiste que cuando tuvieras tu primer bebé yo le pondría el hombre?

Lloré al recordarlo. ¿Cómo iba a olvidar eso?

─Cass... yo no puedo.

─Sí Lena, si puedes. No estás sola, aquí estoy yo. Y vas a tener a ese bebé, es tu hijo y lo vas a amar por ese simple hecho, te conozco, tienes un enorme corazón. Y te prometo que vamos a salir de aquí.

La echaba de menos, ella siempre sabía qué decir y como volver el momento mejor aunque sea un completo desastre. Era una idea descabellada, ¿De verdad podría yo tomarle aprecio a esa criatura no planeada que empezaba a crecer en mi vientre?

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