Sin corregir.
Elena Collins, una chica de 23 años, es raptada por narcotraficantes, usada contra su voluntad y maltratada por negarse a cumplir sus órdenes.
¿Podrá Elena liberarse de esa peligrosa mafia, o morirá en el intento?
***
1ER LUGAR EN EX...
Había escuchado toda la conversación de Jael con Fabiola, una parte de mí quería hacerse la ilusión de que él se hará cargo de mi bebé no sólo porque ningún niño merece crecer sin padre, sino también porque en el fondo, muy en el fondo siente algo por mí.
─¿Escuchaste todo? ─Me pregunta Cass.
─Sí, pero estoy bien con ello. ─Suspiro y voy a mi habitación con Cass detrás de mí.
─¿Quieres hablar?
Mi hermana me conoce bastante bien para mi gusto, sabe que hay algo que me está inquietando.
─¿Crees que se fijaría en mi? ─Pregunto sentándome en mi cama y abrazando un peluche que había comprado para Aiden.
─¿Por qué no lo haría?, eres hermosa y ni qué decir de tus maravillosos sentimientos.
─No lo sé Cass, no quiero que tome el puesto como padre sólo por obligación.
─Dudo mucho que sea una obligación, él fue quien tomó la decisión, él quiso hacerlo. Quizá también tenga que ver un poco contigo.
─¿A qué te refieres? ─Frunzo el ceño.
─Le gustas Lena, no tengo ni la menor duda de eso.
─¿Qué pasó con Fabiola y él?
─Nada en especial, salieron un par de veces a tomar o comer algo, todo a petición de ella. Él sólo como buen amigo la acompañaba, estuvo tan ocupado contigo que apenas tenía tiempo de nada.
─No lo sé. ─Suspiro.
Tocaron la puerta de mi habitación y Cass se levantó a abrir.
─¿Podríamos hablar? ─Me preguntó Jael.
─Bien, yo tengo que hacer unas cosas. ─Dijo mi hermana y se fue.
Entra sin cerrar la puerta.
─¿Te gustaría ir a cenar fuera de casa?
Eran la seis, casi siete. No sería mala idea, mi estómago gruñe de hambre.
─Está bien, ¿Me permites echarme una ducha rápida?
─Vale, te espero en la sala. ─Se acerca, besa mi frente y luego desaparece por la puerta de mi habitación.
Odio que mi corazón se acelere hasta con ese mínimo gesto. Temo a que mis sentimientos empiecen a florecer y cuando salgan a la luz no sea mutuo.
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Estábamos en un restaurante sencillo, todo fue a mi petición, solía venir mucho aquí junto con mi hermana.
