Capítulo veinte ✔

1K 107 6
                                    

020: Es ahora o nunca...

Narra Elena.

Me sentía un poco agotada, no había podido dormir mucho, me he pasado toda la noche pensando en este bebé que crece en mi vientre. Por más que intente olvidar como fue que quedé en estado no puedo, es difícil, casi imposible. Siempre me pregunto si de verdad podré llegar a querer a esa criatura, no tiene la culpa de nada de lo que me ha pasado, pero no es fácil.

─Lena, ¿te encuentras bien? ─Me preguntó Cass al verme despierta.

─Estoy bien, sólo no he podido dormir mucho.

─¿Segura que es sólo eso? ─Asentí y antes de que pudiera hablar la Russa entró.

─Levantense. Nos vamos. ─Dijo.

─¿Qué?, ¿a dónde? ─Preguntó Cassidy.

─Muevanse y ya, eso no les importa, ustedes sólo están aquí para cumplir órdenes. ─Dijo con amargura.

Salimos de la celda y ella nos iba diciendo el camino mientras apuntaba a Cassidy con un arma.
Llegamos afuera y estaba un auto estacionado, entramos en la parte de atrás y ella fue a hacer una llamada.

─Tenemos que salir de aquí. ─Dijo mi hermana mirando a todos lados.

─¿Qué se te ocurre?

─Tiene vidrios ahumados. Hay que salir por esa puerta y correr hasta decir no más.

Era una idea realmente descabellada.

─¿Estás loca? ─La miré. ─Es demasiado arriesgado Cass.

─Pues hay que hacerlo, tenemos que salir de aquí Lena.

Tomé una buena bocanada de aire y asentí. La Russa estaba mirando hacia el auto, segundos después miró a otro lugar.

─Es ahora o nunca. ─Habló una vez más Cass.

Abrí la puerta con cuidado y salí del auto sin hacer ruido, Cass repitió la misma acción. La Russa aún estaba concentrada en la llamada. Frente a la finca había una especie de bosque, Cass me indicó que fuéramos por allí y que tendríamos que separanos, no quería hacerlo, pero ya no quedaba tiempo. La abracé, contamos hasta tres y de un impulso corrimos a toda velocidad.

─¡Hey! ─Gritó la Russa y sonó un disparo. ─¡Russo, están escapando!

Ignoré el disparo y seguí corriendo, habían muchos árboles, podría perderlos con facilidad. Corrí y corrí, no me detuve ni siquiera para mirar atrás. La Russa logró alcanzarme, traía un cuchillo en su mano, me sujetó por el cabello y lo pasó por mi brazo derecho cortandome, me solté como pude y le di un puñetazo tan fuerte que le empezó a sangrar la nariz.

Corrí nuevamente, resbalé unas cuantas veces por la cantidad de hojas que habían, no tenía la menor idea de donde me encontraba pero no dejé de correr.

Miré hacia atrás y noté que la Russa me seguía, estaba cansada, pero no podía determeme, llevaba como unos diez minutos corriendo como mínimo. Mi corazón iba a mil por horas y solo esperaba que Cassidy lograra escapar.

Llegué a una carretera larga, caminé rápido, deseaba con todas mis fuerza que pasara algún auto y nada. Cinco minutos más caminando, pasó un auto y no se detuvo. Diez minutos caminando, pasó una camioneta vieja y esta vez sí se detuvo.

─¿Necesitas ayuda? ─Preguntó un chico rubio.

Me subí a la camioneta lo más rápido que pude.

─Sólo arranca ya, por favor.

Miró que mi brazo sangraba, frunció el ceño y arrancó lo más rápido que pudo. No era correcto lo que estoy haciendo, el chico era un total extraño, pero en las condiciones en las que me encontraba no tenía más opciones.

─Amarra esto en tu herida. ─Me entregó un trapo.

Lo tomé sin agradecer y me lo amarré, me quejé al apretarlo, dolía muchísimo.

Dos horas como mínimo de trayecto y noté que habíamos entrado a la ciudad.

─¿Vas a algún lado en específico? ─Me pregunta el chico rompiendo el silencio.

─No... no tengo a dónde ir. ─Murmuré.

Él solo asintió y siguió conduciendo. ¿Y ahora qué debería hacer?, ellos deben estar buscándome hasta debajo de las piedras y no se cansarán hasta encontrarme.

Narra Cassidy.

─Es ahora o nunca. ─Dije y ambas salimos corriendo.

La Russa empezó a llamar a su hermano gritando que nos habíamos escapado, escuché disparos pero los ignoré. Corrí lo más rápido que pude sin detenerme ni mirar atrás.
Diez minutos después me escondí detrás de un árbol para asegurarme de que ya no me seguían. Mire a mi derecha, nada, mire a mi izquierda, nada. De repente sentí un golpe demasiado fuerte en mi cabeza.

─¿Creiste que te ibas a escapar? ─Me preguntó el Russo con una sonrisa malévola.

Me golpeó el rostro con su puño cerrado y caí al suelo, luego me pateó las costillas una y otra vez, escupí sangre, me había roto la boca. No grité, no lloriquee, no supliqué, no despegué la vista del arma que tenía en su mano izquierda. En un movimiento rápido se la arrebaté y le disparé, calló tendido en el suelo.
Estaba demasiado mareada después del golpe que me dio en la cabeza, solté el arma y seguí corriendo. Corrí y corrí, no volví a mirar hacia atrás, espero que Elena haya podido escaparse, no tuvimos tiempo para planear donde nos volveríamos a ver, todo fue algo improvisado. Seguí corriendo hasta que resbalé y empecé a rodar por una especie de bajada, me golpeaba fuertemente el cuerpo con las ramas y las piedras, duré dos minutos así hasta que me detuve bruscamente y me golpee la cabeza con algo demasiado fuerte, mi vista se nubló por completo, observé la carretera y a un auto estacionar cerca de mí, eso fue lo último que vi cuando perdí el conocimiento...

^^

N/A: Holaaa, aquí tienen un capítulo más porque los amo y los quiero complacer. Bai, caracoles.

Xoxo

Raptada | 1 | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora