《23》

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- Hola, Jackson... ¿Cierto? - el pelinegro abrió la puerta en cuanto escuchó el timbre ya que el mayor se encontraba en el baño - Soy Youngjae, el compañero de Mark - el chico había estado mirando su celular avisandole al mayor que ya había llegado, al escuchar su nombre, no evitó mirar al chico, encontrándose con quien menos esperaba. Si, lo conocía, bastante gente lo hacía pero a diferencia de muchos, le tenía cierto desagrado.

-  Se quien eres, niño rico - rodó los ojos haciendo que el menor se sintiera increíblemente incómodo.

- ¿Jackson? ¡Pasa! - gritó Mark desde lo lejos, completamente inconciente de la incómoda escena.

El menor se convenció de que había escuchado mal, asi que simplemente se hizo a un lado junto a una sonrisa, dándole el paso a su invitado.

- Bueno, la cena ya esta lista, asi que podemos comer - el menor comenzó a acomodar los platos para los tres, mientras los otros dos se sentaban.

- No me dijiste que tenías compañía - a decir verdad Jackson iba al lugar con segundas intenciones.

- Vivimos juntos, larga historia - el chico asintió, viendo a Youngjae quien sonreía - No nos llevábamos muy bien, pero ahora las cosas mejoraron - dijo el castaño viendo al menor, quien mantenía su vista fija en su plato, de cierta forma sentía que estaba haciendo un mal tercio.

- Supongo que es difícil vivir con alguien como el - el menor comenzó a servir la comida haciendo oídos sordos, ya se había dado cuenta que hubiera sido mejor no invitarlo.

- ¿De que hablas? - rió Mark, no iba a permitir que hablaran mal de Youngjae, menos sabiendo que el chico no lo conocía realmente - De hecho, en un principio las cosas eran complicadas por mi culpa, pero Youngjae se acostumbró a mi y estamos mejor - explicó.

Cambiaron de tema, el pelinegro casi no participó en la charla, pues se sentía realmente incómodo. Se apresuró en comer un poco y buscar una excusa para irse.

- Lo lamento, tengo mucha tarea y debo seguir con ello, con permiso - fue a la habitación y se acomodó en el piso, de modo que usaría su cama como mesa.

La puerta había quedado abierta pues el chico estaba casi seguro de que el invitado aprovecharía intentar algo, se dio cuenta en cuanto entró a la casa, tal vez eso, o hablaría mal de él, y quería saber que tenía para decir un completo desconocido.

No se concentró en lo mas mínimo escuchando las insinuaciones del chico, no podía decir que no le importaban, estaría mintiendo, pero le causaban un desagrado enorme. Mark lo evadía, por supuesto.

- Bueno, es hora de irme - Youngjae suspiró aliviado al escuchar eso - Recuerda, si algún día tienes problemas con el niño rico, puedo ayudarte.

- Ya te dije que estoy bien - insistió el mayor, ya le estba resultando ridículamente molesto, y en verdad le había sorprendido la cantidad de cosas que podría un desconocido inventar sobre Youngjae, porque si, lo conocía lo suficiente como para saber que el chico estaba equivocado con todo lo que decía - Me gusta este departamento, y me gusta vivir con Youngjae, asi que no te preocupes - sonrió falsamente.

- No te enojes muñeco - le guiñó el ojo mientras sonreía - Me gusta mas tu rostro cuando sonríes.

El pelinegro se cansó de escuchar aquellas estúpidas insinuaciones y se dirigió a donde estaban ellos.

- Oh ¿Sigues aquí? Iba a pedirle ayuda a Mark hyung con mi tarea de matemática.

- Ya se iba ¿Verdad? - el castaño se mordió el labio sonriendo, Youngjae era bastante inteligente, no necesitaba ayuda.

A little problem // MarkjaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora