El día de su cumpleaños siempre había sido algo bastante sencillo, sus padres harían una tarta de frutos rojos, cantarían cumpleaños y cada quien a su dormitorio. En realidad, más le gustaba el día siguiente, porque ciertamente él se sentía diferente.
Ya habían pasado más o menos dos meses desde la situación más tensa de su vida. Seokjin no había estado tan bien como él creía, estaba creando una personalidad de sí mismo capaz de superar todo lo que había pasado.
Pero gracias a las terapias, aprendió a aceptar muchas cosas que habían pasado, y cosas que podrían pasar. El doctor Tony era un italiano bastante amable y cariñoso, y de inmediato cuando Seokjin estuvo con él, se sintió cómodo.
Sus padres iban a visitarlo cada vez que podían, pero la última semana ellos más bien estaban en algún tipo de vacaciones en Rusia, paseando aquí o allá, siempre invitándolo a él y Namjoon, a veces aceptaban pero otras no.
Como ese día de Julio, cuando Seokjin cumplía 22 años. El año pasado en Julio nisiquiera recordaba que había hecho o siquiera si había hecho algo, pero eso no era importante.
Había comenzado a ir a clases normal en su segunda semana que llegó, soportar los murmullos y algunas indirectas había sido bastante difícil.
Sorpresivamente, Jungkook y Taehyung lo habían defendido en clases, incluso Suran, y no podía sentirse más agradecido por eso.
Ese tiempo, Seokjin le había preguntado a Jimin sobre su amorío con YoonGi, a lo que el rubio cambió el tema bastante incómodo, y desde entonces no ha preguntado, pero las indiscretas miradas tristes en su rostro cuando iban a clases juntos delataban, que algo malo había pasado, pero Seokjin le daría su tiempo, estaba seguro de que Jimin le contaría.
Mientras, él debía preocuparse realmente en estudiar, en septiembre los exámenes se pondrían intensos y Seokjin tenía una meta de estudio.
—Jinnie~
—¿Qué ocurre Namjoonnie?— Seokjin leía un libro de Geografía mientras esperaba a que iniciaran sus clases de la tarde.
—¿Cómo te sientes?
Seokjin paró de leer. Namjoon había estado viéndolo raro toda esa hora, pero el pelinegro se había hecho el tonto para ver qué haría el castaño.
—Me siento muy bien, Joonnie. ¿Tú cómo te sientes?— Seokjin tenía ganas de reír, pero comenzó a leer para disimular la sonrisa que se había formado en su rostro.
—Me siento raro.
Seokjin dejó escapar una risita.
—Ven para hacerte sentir normal.
Namjoon rápidamente se abalanzó a Seokjin para besarlo con ganas, y es que no era para menos, en ese tiempo ellos no habían pasado de besos fogosos y caricias por encima de la tela, y aún así había sido difícil mentalmente para Seokjin, porque como dijo el doctor, cuando Seokjin se erectaba le dolía y eso le hacía tener presente las cosas que habían sucedido.
Pero hace una semana eso ya no pasaba, y Seokjin físicamente se sentía muy bien, pero no encontraba las palabras o la ocasión para iniciar algo sexual entre ellos.
Hasta ese momento que decidió ser osado y coquetear un poco. Namjoon no había esperado ni un momento para estar encima de él, presionando duramente sus erecciones por sobre el pantalón.
—A-ah...— después de tanta abstinencia, ambos estaban desesperados y sensibles. Tanta testosterona reunida iba a ponerlos o muy cachondos o de muy mal humor.
O quizás ambas.
Namjoon comenzó un vaivén frenético de caderas mientras presionaba, chupaba y mordía esos labios que sabían a gloria.
Seokjin dio gracias a que la silla podía girarse. Se movió un poco para que Namjoon tuviese más comodidad de movimiento, y Seokjin le ayudó amasando su trasero y moviéndolo junto con su propia pelvis.
La sensación eran tan dolorosamente placentera que Seokjin quería llorar de felicidad.
Ya nadie iba a lastimarlo, él estaba seguro, no estaba solo, así que no había nada que temer.
Seokjin se despegó del beso, sacó la erección de su novio y la envolvió con su mano y con las otra sacó la suya propia, Namjoon observaba todo anonadado, porque creía que hoy ellos tampoco pasarían de algunos besos calientes.
¡Pero que felicidad! Su mano ya estaba frustrada al igual que él, pero siendo Namjoon, llevaría las cosas despacio para que Seokjin no se asustara, porque él podía presumir de ser muy fuerte, pero era una gran concha que ocultaba al verdadero Seokjin, que en realidad si era fuerte, pero muy sentimental y sensible.
Seokjin recostó su cabeza en el espaldar de la silla, dándole una mirada de ojos entrecerrados al castaño mientras comenzaba a masturbar ambos miembros.
Namjoon colocó sus manos hacia atrás en las rodillas de Seokjin y embistió esa mano sin despegar la vista del pelinegro, ya sus mejillas comenzaban teñirse de un rosado hermoso y sus labios estaban gloriosamente rojos por los besos que habían estado compartiendo.
Namjoon sí que había extrañado esa vista de su novio, quien al parecer también lo estaba disfrutando mientras bombeaba duramente sus miembros, lo que asustó a Namjoon.
Si ellos iban a tener este tipo de intimidad ahora, que fuera algo lento porque a Namjoon si le preocupaba que Seokjin pudiera lesionarse o algo nuevamente.
Así que con una de sus manos tomó la de Seokjin y la forzó a dejar sus intimidades. Eso era otra cosa, Seokjin tenía cara de no poder aguantar más, tanto tiempo en el desierto lo habían puesto a la expectativa cuando hubo un poco de agua
—Está bien, hermoso, mírame.— Seokjin lo miró, y se permitió relajarse mientras el castaño detallaba cada curva y vena palpitante de sus penes, tomándose su tiempo, siendo lento pero fluido. Seokjin iba a llegar pronto.
Y condenadamente a él no le iba a importar, al menos no hasta después, ahorita sólo estaba deseoso de...
—¡A-ahh!— Seokjin gimió cuando sintió los chorros calientes y espesos de semen salir de su ranura, con esa humedad Namjoon aumentó el ritmo, siempre mirando a Seokjin, y se corrió con espasmos alargados en su vientre y glande.
Cuando acabó, se recostó encima de Seokjin, oliendo y besando quedamente su cuello.
—Seokjin, te extrañé tanto...
—También te extrañé.
—Feliz cumpleaños 22, hermoso.
¿Existía un mejor regalo?
No lo creía...
Besos❤
—StarNightYJ
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~Hold Me Strong~ {NamJin}
Teen Fiction★Abrazame fuerte. SeokJin es aceptado en una academia militar, debe tomar un vuelo desde Corea hasta Rusia, todo por el honor de su familia. No es muy bien recibido por algunos de sus compañeros, éstos se la pasan burlándose de su persona. Namjo...