#49

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Hyeri apoyada en el pecho desnudo de su novio, sintiendo los tranquilos latidos de su corazón, comenzó a sonreír, sintiéndose feliz por haber encontrado a la persona que la complementaba en todas razones. Estaba feliz por poder contar con una persona tan maravillosa como lo era él, estaba feliz recordando todos los momentos en los que habían pasado juntos.


Como cuando se conocieron por primera vez:

—Listo, está perfectamente colocada en su lugar.— dijiste cuando aquella mascarilla facial de color verde ocupó su lugar en tu rostro sin moverse ni un poco. Te dirigiste a la cocina a hacerte un café y mientras esperabas a que el agua se calentara, tus compañeras de departamento te gritaron que fueras abajo que el repartidor de pizza ya había llegado.

—¡Ya!— gritaste enojada mientras te ponías tus pantuflas de unicornio y les seguías hablando.— Saben que el contrato de Big Hit dice que de noche deben tener dieta líquida para bajar de peso, ¿Quieren debutar o no?—

—Ya Hye, un permitido no hace daño.— dijeron riendo mientras te avisaban que encima del mueble de los zapatos se encontraba el dinero para pagar el delivery.

Odiabas que te hicieran eso, no te gustaba para nada que jugaran contra el destino, porque uno, podríamos jodernos todas y no debutar, y dos: tú no ibas a comer pizza y debías bajar a buscarla.

Saliste hacia el ascensor y cuando las puertas se abrieron te encontraste a Taehyung del tan famoso grupo BTS esperando para que entraras y así bajar a la planta baja donde estaba el chico del delivery esperándote.

Tu toda roja entraste, porque te habías dado cuenta que tus zapatos no eran para nada decentes, y tocaste el botón de la planta baja. Hubo un momento de silencio incomodo en aquella cabina metálica, pero Taehyung la miraba a ella con una sonrisa mientras estaba apoyado en la pared.

—Hyeri, la trainee latina ¿cierto?— preguntó unos dos pisos antes de llegar al destino de ambos.

Te sorprendiste con que te reconociera y toda nerviosa le respondiste que si.

—He oído hablar mucho de ti, que bueno que al fin te conozco en persona.—

"Me conocía de antes" pensaste.

—Oh ¿En serio?— dijiste poniéndote todavía más roja, si eso es que era posible.— Es un grandísimo honor conocerte a ti también.— respondiste llegando al fin a la planta baja.

Ambos se bajaron de ahí, y caminaron, tú te quedaste en la recepción para recoger la pizza y él se fue por la puerta principal saludándote rápido.

ᴛᴀᴇʜʏᴜɴɢ's ʀᴇᴀᴄᴛɪᴏɴsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora