7. Un bello corazón.

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Leseth

Desde que nacemos buscamos el amor, sentirse cerca de alguien. La primera persona es nuestra madre o ese lazo fraternal que tenemos con alguien, cuando eres un niño buscas el amor de una amistad, después eres adolescente y buscas un amor de pareja.

Estamos en constante búsqueda por sentir, es la necesidad del humano o eso dicen.

¿Pero realmente vale la pena?, en la búsqueda a veces tenemos decepciones, es imposible no experimentar con ellas.

Y escuecen.

Es como el raspón que nos hicimos de pequeños en un parque, pero ahora en el alma.

Y los problemas del alma suelen sanar más lento, tal vez, nunca lo hacen y sangran en ocasiones.

Pero huir de él es inútil, siempre llega algunos te hacen feliz otros no tanto y solo unos cuantos son capaz de sorprenderte.

Y el único amor importante (el propio) nunca tenemos el valor suficiente para buscarlo o mantenerlo y eso lo sé mejor que nadie.

Alaska.

Detallo el departamento por segunda vez sintiéndome feliz con cada avance, no evito la sonrisa que se forma en mi rostro por encontrar lo que buscaba.

Estoy hechizada.

La búsqueda de un lugar propio no fue sencilla, pasé por varios departamentos, pero este tiene algo que me grita quedarme.

-Es perfecto, empecemos los trámites enseguida-hablo, entusiasmada.

-Bien, señorita Stevens.

Hablamos un poco más del contrato y cosas de adulto que solo pensarlas me marean, ¿la buena noticia? Ya puedo empezar a traer mis cosas a este lugar y admito que quiero hacerlo lo más pronto posible.

Entro al auto y arranco rumbo a la casa de mis padres donde les contaré la hermosa noticia.

Me siento orgullosa de mí misma.

Al llegar abro la puerta y me tambaleo, pero busco a mi familia que deben estar en la cocina.

-¡Llegue! - grito dirigiéndome a la cocina, donde veo a mi madre cocinando y mi padre mirándola. Tienen ese bonito matrimonio que envidio un poco-. Algún día espero encontrar a la persona correcta- comento, soñadora.

-Hija.

Mamá voltea y me acerco para besar su mejilla, hago lo mismo con papá para que se ponga celoso y comente unos de sus comentarios sarcásticos sobre que nadie en la casa lo quiere.

-Tengo una noticia.

-¿Ya te vas a casar? - arquea una ceja mi padre y niego, entre risas.

-Ya no van a tener esta humilde y hermosa presencia-me señalo-, he conseguido un departamento, creo que es hora de que sea independiente y me valga por mí misma.

La sorpresa en ambos es palpable y es porque guarde silencio hasta tener todo asegurado.

-Es tu decisión- dice papá levantándose y pasa su brazo por mis hombros-. Mi niña- besa mi frente -, estamos orgullosos de ti, lo sabes ¿verdad?

Sonrió con los ojos brillosos y lo abrazo fuertemente.

-Gracias por siempre estar para mí.

-¿Cuándo piensas mudarte?

-Dentro de una semana, empezaré a empacar mis cosas, porque soy demasiado desastrosa y olvidadiza.

Leseth.

Bajo La LluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora