Capítulo 15
Leseth.
Dolor.
Uno de los sentimientos más crueles que un humano puede tener.
Con pesadez abro mis parpados, la oscuridad me deja por un momento quieto y parpadeo varias veces. Como si fuera solo una pesadilla.
No lo es.
Observo el panorama, asustado, confundido, perdido. Mi respiración se acelera, mi corazón martillea cada vez más fuerte.
Árboles moviéndose de un lado a otro a causa del aire fuerte de la madrugada, la lluvia cayendo como es costumbre en una noche de Londres.
Lágrimas de confusión resbalan por mis mejillas siendo cubiertas por la lluvia que ha cesado un poco. Detallo donde estoy tirado y como el lodo cubre mis brazos.
Trato de levantarme, pero mis piernas están temblorosas, con un jadeo de dolor vuelvo a intentarlo fallando. Como siempre.
Mi ojo izquierdo palpita. Mis costillas duelen, respirar es una tortura.
Vivir es un lujo.
La única luz es esa esfera en el cielo, brillando tan elegante y fría como ninguna otra. Siendo espectadora de los secretos. Echo mi cabeza hacia atrás soltando un quejido de dolor, aparto los mechones de mi cabello como puedo, el simple roce de mis dedos con mis pómulos duele. Abro mis parpados detallando un líquido caliente en mi frente que luego descubro que es sangre.
Vuelvo a levantarme y me apoyo enseguida en un tronco de un árbol.
Después del golpe de mi cabeza las imágenes son borrosas, solo sé que era una advertencia para Sara. Que no me correspondía.
Busco mi teléfono en mi bolsillo sin tener éxito alguno, suelto un quejido de molestia por mi suerte.
Mis pies descalzos duelen con cada pequeño paso, fue una horrible paliza.
Sigo caminando, cruzándome solo con árboles, el pavor de que probablemente es el camino equivocado y estoy entrando más profundo al bosque me hace detenerme.
Bosque.
No tengo idea como llegue aquí.
Trato de dar un paso, pero un mareo me hace replantarme tal idea y antes de detenerme estoy agachado vomitando.
No me detengo y pequeñas lágrimas salen de mis ojos, limpio con mi suéter un poco mi boca sintiendo ese mal sabor en mis papilas gustativas.
Los recuerdos de algo inyectándome hace que un escalofrío pase por toda mi espalda.
¿Qué me hicieron?
¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?
Preguntas que no tendré respuesta, así que soltando el aire sigo caminando cruzándome con leves piedrecitas que lastiman mis pies. No me detengo incluso cuando el cuerpo me lo pide, mi ojo cada vez se cierra más y siento que no estoy llegando a ningún lado.
Probablemente muera aquí.
Tropiezo cayendo al suelo manchando mi rostro de esa consistencia oscura.
Cierro mis ojos ahogando un sollozo y como puedo me abrazo a mi mismo aun en el suelo. Mis dedos duelen y no creo tener la fuerza para impulsarme y volver a levantarme.
¿Por qué me está pasando esto a mí?
Sollozo cubriendo mi rostro, suelto un quejido lastimero cuando mi cuerpo duele con ese simple movimiento.
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Bajo La Lluvia
Подростковая литература"Te envió lejos, pero al mismo tiempo no puedo soltar tu mano" Ella es el sol. Él es la tormenta. Juntos forman un arcoíris de canciones, creando una amistad o tal vez es más complejo que eso... Leseth no desea vivir. Alaska ama sonreír. Su zozobra...