35. Contra reloj.

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Capítulo 35


Advertencias: Lee bajo tu cuidado, en el siguiente capítulo habrá escenas tales como autolesiones es importante que sí pasas por una situación similar acudir a ayuda profesional, así como si puede afectar a tu salud mental, recomendado no leer. Les tkm<3

Alaska.

Abro los párpados de poco a poco, todo aún sigue a oscuras y tanteo en la mesita de noche mi teléfono.

10: 09 a.m.

Me levanto de golpe buscando alguna señal de que Leseth está aquí, pero no encuentro nada, vuelvo a revisar mi teléfono, pero la decepción es demasiado rápida para procesarla.

Me dejo caer de nuevo en la cama admirando el techo como si fuera lo mejor, mis ojos se cubren de lágrimas, ¿qué se supone que debería hacer?

Escucho ruido en la cocina y me levanto deprisa, incluso me tropiezo un poco, pero no importa. Abro la puerta del cuarto y encuentro a Leseth depositando las llaves en la mesa, se quita el buzo blanco dejándome ver parte de su cuerpo.

Admiro a detalle, notando lo delgado que está incluso más que cuando lo conocí, alzo la mirada y parece también detallarme.

Tiene unas ojeras púrpuras que no creí volver a ver.

—¿Estás bien?

Aunque deseo saberlo no es lo que quería saber, era más como: ¿Dónde pasaste la noche? ¿Por qué llegaste hasta ahora?

—Estoy bien—asegura con cierta irritación.

Pasa por mi lado, pero sujeto su muñeca, acaricio su rostro que se relaja al instante cerrando los párpados. Noto sus muñecas verificando que estén libres de nuevas heridas, también sus brazos.

Respiro, tranquila.

—Puedo prepararte el desayuno—susurro apartando el flequillo de su rostro.

—Eso me parece bien.

Sonrío y me devuelve la mirada, se acerca sujetando mi rostro donde besa mis labios y me hace dar unos pasos atrás hasta chocar con una pared, suelto una risita cuando su mano viaja por mi muslo invitándome a enredar mis piernas en su cadera y obedezco sin rechistar.

Me aparto un poco besando su barbilla con una sonrisa tonta.

—¿Y eso?

—Solo quería besar a mi novia—es su respuesta.

Sus ojos se ven más brillosos y yo solo acaricio su rostro, sintiéndome segura.

Leseth.

Alaska se fue hace media hora, después de insistir a ayudarme a limpiar un poco este departamento y se ve decente.

Era mentira lo de ir a trabajar, pero no quería pasar más tiempo con ella, pero tampoco puedo dejarla ir.

Y la extraño, incluso cuando soy yo el que suelta la cuerda de nuestra relación y deja que esta se pierda en la oscuridad.

Siento que cada vez nota más los cambios, esos que ya no puedo controlar.

No sé quién soy y odio convertirme en alguien que solo la hace llorar o sentirse menos.

Conmigo se siente insegura, ¿Por qué te echas la culpa de todo Alaska? El único que está rompiendo todo soy yo.

Y desearía poder atrasar el tiempo, ser más fuerte y no aceptar nada.

Y desearía ser ese amor que no dañe, no lastime y destroce, pero estoy en la oscuridad de mi cuarto con una bolsita de cocaína en mi pierna a la espera, incluso cuando el sol está en su resplandor, ya no es suficiente.

Bajo La LluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora