Sé que es más cálido donde estás y qué es más seguro a tu lado, pero en este momento no puedo ser lo que quieres, sólo dame tiempo.
Si tú y yo podemos pasar la noche, si tu y yo podemos mantener vivo nuestro amor, lucharemos.
Podemos encontrarnos en...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una mujer estaba bebiendo un poco de café en su comedor, mirando por la ventana el paisaje.
Soltó un suspiro mirando como el sol comenzaba a salir, dejo la taza en su mesa y camino con lentitud hacia la puerta.
Sus pies estaban descalzos, solo tenía un short y una blusa blanca de tirantes, su cabellera recogida en una desordenada coleta.
Salió al exterior sintiendo la suave brisa en su rostro, sonrió y bajo las escaleras de madera, miro hacia adelante al pequeño lago.
Sus dedos se enterraban en el pasto a cada paso, amaba la naturaleza y amaba el lugar en donde vivía.
Las cosas eran muy diferentes, las cosas habían sido de alguna manera turbias para esa pobre mujer, pero a pesar de todo eso consiguió estar en donde está ahora.
Disfrutar las cosas solas es muy diferente que disfrutarlas con alguien que aprecias.
La chica tomo la pequeña pelota con una figura de pato en medio, sonrió de lado mirándola en su mano, el sol comenzaba a salir.
Ella recuerda como el universo le había quitado a algunas personas que amaba con su corazón.
Pero también recuerda el momento que conocía aquella mujer.
Aquella mujer tan rota, esa mujer tan dura y fría quien no sabía amar y en la cual solo consideraba amigos a muy pocos.
La mujer nunca imaginó enamorarse tan profundo de otra persona como lo fue con ella, ambas se conocieron cuando estaban rotas a su manera.
Para una el amor era juego de niños y para la otra el amor era solo un espejismo.
Ninguna de las dos pensaron en amarse con intensidad, en hacer lo que fuera por que la otra estuviera bien.
Su relación empezó siendo compañeras de equipo, después a amigas para después decir que formaron un lazo convirtiéndose en mejores amigas.
Y con el paso de los dias, se volvieron íntimas, con pequeños gestos, enamorándose lentamente sin darse cuenta, queriéndose a pesar que ninguna estaba completa.
Lo que antes para una el amor era juego de niños, se convirtió en su juego, un juego del que no quería salir.
Mientras que para la otra, el amor era un espejismo, se dio cuenta que quería vivir en ese espejismo para siempre.
Era una relación hermosa, admirable para los demás, ambas fuertes aunque como toda relación había discusiones pero nada que pudiera separarlas.
No es buscar a alguien que te complete, es encontrar a alguien que te acepte con los pedazos que te faltan.
La mujer sonrió recordando las cosas felices de los últimos años, habían llegado tan lejos.
Los demás habían tenido razón, cada momento, cada detalle, cada dolor y sufrimiento valió la pena.
-¡Mami!-. Gritó una pequeña de cinco años.
La castaña giro para ver a su pequeña hija corriendo hacia ella en su pijama.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Wow... Es demasiado temprano para que despiertes-. Dijo la chica tomándola en sus brazos.
-Si pero mi tía dijo que era momento de despertar-. Dijo la pequeña mientras su madre sonreía.
-¿Y siempre le haces caso a tu tía?-. Dijo arrugando la nariz juntándola con la niña.
-Nooo pero tengo hambre y mamá me mandó por ti-. Dijo la pequeña mientras ella comenzaba a caminar.
-¿Así? Bueno vayamos a ver que está haciendo, no queremos otro accidente en la cocina-. Dijo la mujer divertida.
-¿Puedo jugar después de desayunar mami?-. Dijo la pequeña con una sonrisa de lado haciéndolo igual que su otra madre.
-Bien pero nada de ir al ático-. Dijo y la pequeña sonrió.
Ambas entraron en la casa donde pasaba una chica de cabellera pelirroja, bostezando.
-¿Qué vamos a desayunar?-. Dijo otro chica bajando por las escaleras.
-Cuando dijeron que veían unos días de visita, no imaginé que fuera un mes-. Dijo una pelirroja poniendo unos wuafles en unos platos.
-¡Vamos no te pongas intensa!-. Dijo la chica de cabellera pelirroja.
-Ellos solo dice la verdad-. Dijo la castaña subiendo a la pequeña a su asiento para desayunar.
-¿Ven? Alguien que me respalda-. Dijo la ojiverde divertida.
-Siempre lo hace, por algo es tu esposa Natasha-. Dijo la de cabellera oscura.
-Touch-. Dijo divertida mientras servía un poco de jugo.
La castaña se recargo en la pared viendo la interacción de la familia, su pequeña familia.
-¡Wanda! Vamos se comerán todo-. Dijo Natasha alzando su mirada para ver a su esposa.
Wanda sonrió a su mujer, miro a su mano donde estaba el anillo, luego miro a su pequeña hija peleando con Natasha por la cajeta, mientras Jean y Rouge conversaban.
Si... Todo había valido la pena.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Por que para Wanda, Natasha era de lo poco que he estado seguro en su vida.
