Sé que es más cálido donde estás y qué es más seguro a tu lado, pero en este momento no puedo ser lo que quieres, sólo dame tiempo.
Si tú y yo podemos pasar la noche, si tu y yo podemos mantener vivo nuestro amor, lucharemos.
Podemos encontrarnos en...
-¡Natasha deja de jugar y ven aquí!-. Grité desde mi asiento.
-¡No puedo estoy ocupada!-. Gritó Natasha y yo bufé.
Mire hacia atrás solo para ver a Thor jalando a Natasha quien se sostenía con ambas manos y Steve la sujetaba de la cintura.
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En verdad que parecen niños, todos ellos y la gente piensa que son demasiado diferentes, si supieran qué son niños.
Al menos Natasha estaba sonriendo más que los primeros meses en que regrese, eso era bueno.
-Señorita Maximoff, le recuerdo que en una hora tiene la cita con la señorita Lidia para probar los postres-. Dijo Viernes y yo le agradecí.
-¡Natasha es hora de probar postres!-. Grité haciendo que soltará a Thor rápidamente.
-Me tengo que ir, volveré después, por cierto... Abran la puerta de Iaka, dejenla salir-. Dijo Natasha alzando su pulgar.
-¿Pero no saliste con ella en la mañana?-. Dijo Thor frunciendo el ceño.
-Lo hice pero a ella le gusta estar libre, denle de comer a Goose a las tres de la tarde, me voy-. Dijo Natasha tomando mi mano y saliendo la habitación.
-Tengo una inmensas ganas de grabarte con los demás, exponerlos ante todos-. Dije y Natasha río besando mi mejilla.
-Si lo haces, subiré el vídeo donde estás bailando como loca en pijama y con el cabello revuelto-. Dijo Natasha dirigiéndose a su auto.
-¿Por qué eres tan cruel?-. Le dije subiendo a lado del copiloto.
-Por qué está en mi-. Dijo Natasha con una sonrisa arrancando el coche.
Rodé los ojos escuchando a Sia, mientras Natasha nos acercaba al lugar donde veríamos a Lidia.
-Si Lidia te mira más de la cuenta, la mataré-. Dijo Natasha antes de bajar.
-No te detendré-. Dije encogiendome de hombros.
-Por eso eres la indicada-. Dijo Natasha sosteniendo mi rostro para besarme.
Después bajo y yo también lo hice, caminamos al lujoso edificio, caminamos tomadas de las manos, al parecer a Natasha ya no le importaba lo que la gente pensará.
Siempre que le preguntaba por qué no lo importaba, ella decía que ya sabía lo qué era vivir sin mi y que había sido lo más horrible que tuvo que vivir.
Yo no podía comprenderla del todo, por qué yo solo sentí que no la vi por minutos, incluso de su supuesta muerta, no tardó en volver, no sabía lo que era vivir sin ella y no quería saberlo.
-Señorita Romanoff, señorita Maximoff-. Dijo Lidia en cuanto nos vio, dándome una gran sonrisa.
-Cálmate rubia, entremos, entre más rápido sea esto es mejor-. Dijo Natasha mirandola de mala manera.
