21 || Neherenia

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Capítulo 21: Neherenia.

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RECORDATORIOS:
• Chibiusa fue a visitar a Neherenia del pasado para saber si ella era la mujer de la que Atlas hablaba.
• Neherenia le contó un poco sobre su visita a la tierra.
• Artemisa es la madre de Neherenia. Es mencionada en la historia de Atlas; es hija de Phoebe.
• Cuando hablo de Serenity estoy hablando de la mamá de Serena en el Milenio de Plata.
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— Hiciste lo que era necesario. No le diré sobre esto a Artemisa. — dijo ella, observando a la pelinegra que recién volvía del cuál debía ser su último viaje a la tierra.

— No sabéis que se siente. — mascullo entonces Neherenia, levantando su vista para observarla con los ojos nublados por lágrimas. Podía sentirlos arder, como si algo hubiese entrado en ellos. Jamás había sentido eso. El corazón hacerse pedazos, ese nudo en la garganta que apenas la dejaba hablar, las ganas de desaparecer. — ¿Por qué harías eso? ¿Por qué sois así de cruel conmigo?

— Sabías que era un amor prohibido, Neherenia. Él debe casarse con una humana. Tú no lo eres. Ellos...son todos animales. Malos. Qué él no lo sea no quita su orígen. No quiero que te lastime.

— ¿Orígen? Todos merecen una segunda oportunidad, ¿Acaso no la obtuvisteis tú? — Neherenia negó. Su voz sonaba ahogada, rota, dolida. La presión en su pecho apenas la dejaba respirar debidamente. — Espero que seais feliz al saber que has roto mi corazón. Él piensa que me casaré con alguien más...mientras estaré aquí, esperando para volverle a ver.

Haberlo mirado a los ojos, haberle dicho que le había mentido al decirle que le amaba...antes de haberlo conocido, jamás se había sentido mal mentir pero al ver el cambio en su rostro...al dejarlo allí, sin otra explicación, le había dolido. Pero le dolía más decir la verdad.

— No me pongas culpas, Neherenia. Yo no te obligue a mentirle diciendole que te casarias. Te dije que le diría a tu madre por qué es lo que debería hacer. Podrías correr mucho peligro allí, entiendeme. Debemos protegernos. No puedes verlo.

— ¡No debéis protegerme! Pensé... pensé que teníais mi...— las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, pero ella no se permitiría llorar. No frente a ella. No frente a nadie.

— Somos primas, pero no puedo mentirle al reino. — la interrumpió ella, colocando una mano en su hombro, como si entendiese el dolor por el que estaba pasando la chica. — Todo mejorará. Él es solo un príncipe y tú podrás encontrar a alguien mucho mejor.

Neherenia la vió irse, antes de que ella negara suavemente y se fuera a su habitación. Así pasaron los días, y las semanas, donde la chica no salía de su habitación nisiquiera por órdenes de su madre. Nunca nadie le había avisado que el enamorarse de un humano sería tan doloroso. Qué enamorarse dolería. No podía creer que algo que llamaban tan insignificante le revolcaria el estómago, la dejara sin comer, sin poder dormir. Apenas se había levantado de su cama. Las lágrimas no dejaban de salir con el simple pensamiento en su mente de que no podría verlo otra vez, de que estaría toda la eternidad sufriendo por él mientras él pensaba que ella era un monstruo que le había mentido. Quería poder correr a sus cálidos brazos por refugió, llorar en su hombro mientras él le aseguraba que todo estaría bien...pero sabía que eso no pasaría. Nunca más. Ya ella no tendría la oportunidad de demostrarle que ella también podía amar. No fue hasta dos semanas que decidió salir, sin decirle a nadie, pero sin notar que su prima estaba completamente pendiente a lo que ella estaba haciendo. Neherenia salió, yendo directamente al pequeño jardín de flores lunas que recién estaba creciendo en el palacio. Tomó un pétalo, y no tardó mucho en encontrarse en la tierra. Sabía donde quedaba el castillo, y no estaba pensando lo suficiente para acercarse allá en búsqueda del "amor de su vida". Pero al estar cerca, fue tomada del brazo con fuerza.

Destino de cristal [Sailor Moon] [SD3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora