22 || Reuniones

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Capítulo 22: Reuniones

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— ¿No vienes?

Chibiusa levantó una ceja. — ¿qué?

Entonces Neherenia sonrió, girándose. — ¿Ya hais terminado de hablar? ¿O vendráis a ver cómo me presento?

— No...no puedo hacer eso. — Chibiusa negó, viendo a la pelinegra volver a acercarse. — Debo volver.

— Claro. — dijo ella, asintiendo con suavidad. Sabía que aquella niña debía irse ya. — Dime tu nombre.

— No puedo. — contestó con rapidez Chibiusa. — Me conocerás...me verás nuevamente, aún cuando posiblemente no me recuerdes.

— ¿Y cuál era el aviso? — preguntó ella. — Me habeis prometido un aviso si contestaba vuestras preguntas.

— Serás feliz. — dijo Chibiusa, bajando la mirada. — Y...tal vez no deberías presentarte hoy.

— Oh, niña, claramente no entiendes que es algo que debo hacer. No importa si aquí acaban conmigo, es mi destino. — Neherenia río, poniendo inquieta a Chibiusa. — No importa cuántas veces intentéis cambiarlo, las cosas siempre van a pasar igual. Siempre. El destino nunca cambia. Está escrito.

— Pero...

Neherenia esta vez sí siguió su camino, dejando a la pelirosa sola con las palabras en su garganta. Chibiusa suspiro, levantando la llave del tiempo para poder aparecer frente a Diana luego de unos minutos. La chica se encontraba sentada en el suelo, aún observando aquellos polvos con atención. Chibiusa la miró por unos segundos en silencio, aún tratando de asimilar todo lo que recién había pasado. No fue hasta unos minutos que Diana se dio cuenta de la presencia de la princesa.

— ¡Pequeña dama! No la he visto, lo lamento. — Diana se levantó del suelo, sonriéndole mientras acomodaba su delicado traje.— ¿Cómo fue el viaje?

— Fue bastante extraño. Descubrí muchas cosas...— Chibiusa murmuró, luego sonriéndole a su amiga. — Diana, ¿cuando tomarás un descanso de la puerta?

— Oh, aún no. Mucho menos con esta pequeña investigación de mi parte. Pluto está muy ocupada con Hotaru, por lo que tengo aún tiempo de sobra. — la chica río, tomando uno de los frascos en el suelo y mostrándoselo. — ¿Has visto algo así a dónde fuiste?

— No — Chibiusa negó, observando el polvo con detalle, buscando algo particular. — ¿Por qué tanto empeño en buscar que es?

Diana observó ahora el suelo. — Lady, tengo un mal presentimiento sobre ese polvo. Si algo sale mal... sería mi culpa.

Chibiusa negó, dándole una sonrisa tranquilizadora. — Estás sobrellevando esto. Seguro no ha sido nada más que eso...polvo.

(...)

Mina se sentó frente a su esposo al ver a sus dos hijas salir. Vio como él apartó la mirada de ella, haciendola cruzarse de brazos. El silenció comenzó a hacerse incómodo; casi nunca se encontraban en silencio, mucho menos Mina, quién solía hablar muchísimo. Kunzite sabía exactamente qué estaba pasando, pero no podía hablar. Ella quería que él hablara, aún que estaba casi segura que no lo haría. El reloj en la pared era lo único que ahora se escuchaba, y la respiración de ambos. Mina entonces se aclaró la garganta, esperando que él la mirara, y cuando no lo hizo hablo.

— ¿No piensas decirme nada?

— Solecito, sabes bien...

— Nada de solecito, Kunzite. — dijo ella, aún con una ceja levantada y los brazos cruzados. — Mirame.

Destino de cristal [Sailor Moon] [SD3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora