34 || Los cuatro cristales

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Capítulo 34: Los cuatro cristales

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RECORDATORIOS:
• FINAL– NOTA AL FINAL SOBRE EL FIN DE LA HISTORIA.
• Fotos de los personajes con sus nombres en galería.
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La primera vez que Chibiusa vio a Setsuna Meioh no sabía quién era ella ni que estaba haciendo esa desconocida dentro de una habitación en el palacio. Apesar de que siempre tenían nuevos empleados, Chibiusa reconocía todos los rostros luego de verlos por primera vez, y estaba segura de jamás haber visto a aquella mujer antes. Lo que si le llamó la atención fue aquel peculiar "uniforme" que llevaba puesto. Luego de eso, se hicieron muy buenas amigas. Pero eso había pasado con la Chibiusa que viajó al pasado para ayudar a sus padres y termino viendo morir a su mejor amiga que estaba enamorada de su padre. En esta ocasión, Lady Serenity recordaba perfectamente a Setsuna de todas las veces que iba a ser cuidada en su casa, donde Setsuna vivía con Souichi y Hotaru. También podía recordad a Satoru, Haruka y Michiru alrededor en su infancia. Setsuna no solo era una guardiana que conoció por accidente en esta vida, Setsuna era parte de su familia aún teniendo la de ella propia.

Chibiusa y Kousagi habían escuchado la historia de cómo su madre había vuelto a la vida a Setsuna Meioh para enviarla al pasado. Y Chibiusa también recordaba como Sailor Plut había muerto en la pelea con Black Moon hace dieciséis años. Nuevamente, La Neo Reina Serenity trajo a la vida a Setsuna...pero eso había sido antes de que Chibiusa obtuviese los poderes del cristal de plata completamente. Ella nunca se había puesto a pensar que conllevaba eso en realidad, pero en aquel momento luego de que el tiempo se detuviese, Chibiusa sintió el mayor temor de su vida. Así que corrió, corrió rápidamente hasta Sailor Plut con los ojos nublados por lágrimas y el pecho oprimiendose.

— No, por favor...por favor...Pluu...— la pelirosa cayó de rodillas a su lado, negando con suavidad. El dolor que le causó la repentina caída no se comparaba con el miedo de perderla — No podemos perderte ahora, ¿Por qué no seguiste el plan?

— Estaré a salvo. Estaremos todos a salvo, pequeña dama. — por primera vez en su vida, Chibiusa pudo notar los ojos llenos de lágrimas de Setsuna. Su corazón se hizo pequeño en su pecho, negando con ira. Ella no quería que estuviese pasando eso, ¿Como quererlo? Estaban en medio de una pelea, y no podía imaginar que estaba muriendo.— Tú podrás traerme devuelta...

— ¿Y si no puedo traerte de vuelta? ¡Me dejaras! ¡Nos dejaras! ¡Se que estuve mal, pero no tienes que dejarme! ¡Por favor, te lo suplico! — grito la pelirosa con voz ahogada, llorando mientras su voz se apagaba con cada palabra. — ¡Setsuna, por favor! ¡No me dejes! No así...no ahora...

— Pequeña dama, se acaba el tiempo. Estaremos bien. Estaré devuelta, confío en ti. — Plut le limpio las lágrimas a la menor. Ya no podía recordar por qué estaba del todo enojada con ella. — Cierra los ojos, ¿si? Estarás bien...mañana...saldremos y estaré bien.

Setsuna no tenía miedo. Estaba segura de lo que estaba haciendo, y de lo que significaba; cuan importante era para aquel plan. Como guardiana del tiempo, sabía que habían tres reglas que jamás debía romper. Pero, siendo guardiana, aprendió que durante miles de épocas y años...algunas de las mejores decisiones se tomaron rompiendo las reglas. ¿A qué le tenía miedo Sailor Pluto si no era a morir? Era haber perdido el tiempo, su vida, sin una razón. Pero viendo a Chibiusa y Hotaru, estaba orgullosa de su papel. No había nada que la hiciera arrepentirse de todo lo que había hecho para llegar a ese inevitable momento.

Destino de cristal [Sailor Moon] [SD3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora