Merlot se marchó y Whis se quedó allí de pie,enhiesto como un obelisco cuya figura bañada por la luz nocturna,adquiria un aspecto frío y terrible a la vez.
Bills aparto su mirada de él, tenía hambre mas no le iba a solicitar que le hiciera de comer después de lo que escucho y con lo que él, estaba de acuerdo,sin embargo, juzgar al ángel no era algo que fuera a hacer.Los líos románticos le eran un fastidio a Bills.Para él,ser directo era mejor.Se evitas malos entendidos y sabia de inmediato que terreno estaba pisando. Después de su declaración a Whis,sus experiencias en esa índole fueron cosas sin importancia, además nunca encontro a alguien que lo aceptará siendo quien era y su gusto por ser tenido y respetado empeoraba las cosas. La mayoría de las personas que despertaron un interés en él,salian huyendo y las que se quedaban lo hacían por temor.La única persona que se en toda su vida le había dicho honestamente amarlo era Shin, pero para él no sonaba creíble pese a que no podía negarse que le fue agradable y que por un momento, considero la idea de aceptar ese afecto,mas sabía bien que aquello sólo sería por un motivo ajeno al amor y que terminaría lastimando al Supremo Kaiosama así que descarto esa idea,por otro lado estaba Vados. Ella era graciosa y por algún motivo se sentía cómodo en su presencia,pero en ese momento estaba pensando en terminar con algo antes de cualquier cosa. Había dejado pasar un tiempo prudente y era ya el momento.
Bills aún guardaba ese botón que uso para ir y venir entre el planeta supremo y su templo. Con el viajó a visitar al Supremo Kaiosama,el día posterior al encuentro que Whis tuvo con Merlot.
Shin y su ángel salieron a recibirlo un poco extrañados con su presencia en solitario y a Merlot no le hizo mucha gracia verlo allí,pero no dijo o hizo algo para que se fuera, salvo por mirarlo como si viera a su peor enemigo.
-¿podemos hablar?-le pregunto tranquilamente al Supremo,que apenas respondió el saludo- a solas si es posible.
-¿a solas?-repitió Shin- claro...acompañarme por favor.
Bills siguió al shin-jin al interior del templo y Merlot se quedó en el patio bastante molesto con la presencia del dios,asi que salió volando hacia alguna parte donde pudiera estar en paz.
Shin llevó a Bills, hasta una sala en un pasillo apartado donde podían hablar tranquilos.-Dígame que es lo que quiere hablar conmigo,señor Bills.
-¿recuerdas cuando me dijiste que estabas enamorado de mí?-le pregunto tan directamente que causó un enorme rubor en su interlocutor.
-s..sssii...si...si lo...lo recuerdo-logro artícular.
-quiero que sepas que he venido, porque quiero corresponder a esos sentimientos-le dijo intentando no sonar agresivo.
El rubor del rostro del Supremo Kaiosama, desapareció y su semblante se llenó de una sorpresa tranquila.
-usted me...quiere...¿usted quiere corresponder a mis sentimientos?
-es lo que acabo de decir...
Shin siempre pensó que aquello era imposible,aun cuando dentro de su negatividad alguna vez fantasio con ese momento. Pensó siempre que si,contra todo pronóstico,Bills lo aceptaba algunas vez sería el momento más dichoso de su vida,que el corazón se le saldría del pecho, que faltaría a sus brazos y sellaria todo con un beso,mas ahí estaba ese momento ¡finalmente ocurría! Su corazón dió un fuerte brinco y luego...recuperó su ritmo habitual.No se sentía dichoso,ni anhelaba que Bills le diera un beso. Sus ojos estaban fijos en los del dios que lo veía con una calma suave,como no recordaba haberlo visto jamás. Sus palabras sonaron sinceras y cuando se acercó a él, para tomar su mano entre las suyas y besarla apenas si sintió un cosquilleo ¿qué pasaba?.
-¿qué ocurre?-le pregunto Bills.
No obtuvo respuesta,pues Shin no escuchó la pregunta.El Supremo Kaiosama,recorría su ser buscado algo que parecía nunca haber estado ahí y al darse cuenta de eso dió unos pasos detrás.
-yo...yo no...es que esto es...yo -balbuceo confundido.
-finalmente lo entiendes ¿no?-le dijo el dios-nunca estuviste enamorado de mí.
Los ojos de Shin se abrieron como dos ventanas que alguien empuja buscando que entre la luz, al oír aquellas palabras,que ya antes le había dicho,pero que él ignoro.
-lo que tú sentías hacia mi era sólo admiración. Supongo que te gustaba de mi eso de lo que crees carecer-continuo el dios y Shin lo miró como esperando que continuara,pues Bills hizo una pausa-orgullo tal vez,dignidad o que se yo que viste en mi la verdad.Eres un sujeto muy noble,quizá demasiado noble y valiente,aunque te falta seguridad...¡seguro fue eso! Seguridad... tengo bastante de eso.
De eso no había duda alguna y Shin admitió para si mismo que Bills tenía razón.De hecho desde que supo lo que Whis sentía por él que su corazón dió un vuelco y el dios destructor ya no reinaba ahí como antes. Ese trono tanto tiempo ocupado ahora estaba vacío,amplio y limpió.
-gracias-le dijo al Hakaishin que lo miro desconectado-muchas gracias...
El dios sólo se sonrió y puso su mano sobre el hombro de Shin.
Whis no pudo encontrar a Bills así que lo buscó con su cetro y cuando lo ubicó se sintió intrigado,pero no se puso a espiar. Aprovechando que el dios no estaba salió hacia el universo ocho,específicamente al templo de Liquir,para ver a Ginebra y este estaba en uno de los jardines que era más como una pradera de pastos altos. Lo sintió llegar y lo vio venir,pero el movimiento fue tan rápido que no logro esquivarlo y el puño de Whis se estrelló en la cara del Ginebra, con tal fuerza que lanzó al ángel de larga cabellera, a varios metros de distancia.
Escupiendo la muela que le tiró, Ginebra se puso de pie y miro a Whis con una sonrisa que no era la de alguien que acaba de ser golpeado.
-te habías tardado en venir,
Whis.

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SÍ
Fiksyen PeminatEl propio Daishinkan esperaba un castigo más severo a sus acciones, pero resultó sólo destituido de su puesto. Las huellas de su mal persiguen a sus víctimas y un viejo enemigo retorna a exigir justicia.