Veintitrés

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-korn compórtate por favor ¡me estas arrugando el traje-le decía Whis mientras empujaba a su hermano tratando de que lo soltara.

-no se como nuestro padre soportaba todo esto. Sólo quieren jugar y oír historias y jugar y...¡Whis se un buen hermano y sácame de aquí!

-Se supone que Mojito tomaría tu lugar hace un mes-le dijo Whis.

-Ellos no lo dejaron reemplazarme-le dijo con una voz cansina y apartándose de su hermano.

-Supongo que tu parecido con nuestro padre,hace que les recuerdes a él-le comentó Whis, medio en broma medio en serio.

-¿Korn podrías llevarnos con los Zen oh sama?-le pidió Merlot amablemente y se gano la atención de su hermano.

Korn dejo a Whis y se acerco al pequeño ángel, para mirarlo de cerca teniendo que inclinarse para lograrlo. Merlot le sonreía grácil.

-Eres igual a nuestro padre-comento korn con un ligero asombro-Hasta tu olor es parecido...

-Si bueno...Tannat y yo somos muchas cosas. Ahora mismo somos padre e hijo-declaro Merlot y frotó el cabello de korn con su mano libre-Por favor llévanos con los Zen oh sama. Tenemos algo de prisa.

Korn,más compuesto se levantó y los llevo dentro. Cuando iban a medio camino los Reyes de todo aparecieron seguidos por sus guardias. Iban directo hacia Korn,que se escondió detrás de Whis,hasta que vieron a Merlot. Lo miraron con curiosidad y luego lo apartaron de los otros para seguir viéndolo con un entusiasmo infantil.

-Es un gusto conocerlos Zen oh sama,mi nombre es Merlot-les dijo y ellos solo le quedaron viendo.

-Yo te conozco-dijo uno-Tú eres el más joven de los hijos de Daishinkan...

-Si es cierto-dijo el otro.

-¡Juega con nosotros!¡Juega con nosotros!

-Ahora no-les dijo él-En estos momentos he venido aqui con mi hermano, Whis,por un asunto importante,pero puedo volver en otra oportunidad y jugar con ustedes tanto como quieran.

-¡Siii!

"No" esa palabra no era muy aceptada por los Zen oh sama,pero a Merlot ni siquiera lo cuestionaron.No habia duda de que la esencia del Gran Sacerdote  estaba en él o eso pensó Whis.

Bills salio volando en dirección de aquella presencia y en cosa se segundos se encontró con ese detestable sujeto a quien saludo con un puñetazo,que Zamasu bloqueo con sus brazos.

-Bills el dios de la destrucción-musito la fusión-No esperaba verte a ti en este lugar.

-Este es mi universo. El que no tiene nada que hacer en este universo eres tú-le dijo Bills.

-Bueno...tienes un punto a su favor-le dijo Zamasu y se aparto sin dar señal de querer pelear.

-¿Qué haces aquí? ¿Andas rondando al Supremo Kaiosama?-le pregunto Bills en tono suspicaz.

Zamasu soltó una carcajada nerviosa.

-Eso lo andarás haciendo tú-le respondió.

-Yo no necesito mendigar el amor de nadie-le dijo Bills-Vine a traerle al Supremo Kaiosama un obsequio de parte de Whis-le dijo con una sonrisa burlona.

-¿El dios de la destrucción es ahora un mensajero? Que espectáculo más lamentable.

Bills frunció el ceño un instante, luego se relajo y le dijo:

-¿Qué puedo decir? El amor es conmovedor-hizo una pausa-Y todo gracias a tí,que no mataste al Supremo Kaiosama cuando tuviste la oportunidad.

-¿Como sabes eso?-le pregunto entredientes.

-Shin me lo contó.También me dijo que estas del lado de Ginebra,el ángel revolucionario.

-Que titulo tan rimbombante,
pero le queda bien-le dijo Zamasu-Comparto la visión que Ginebra tiene respecto al orden divino. Eso es todo y en el ustedes,los dioses destructores,
no tienen cabida-exclamo Zamasu y se fue sobre él.

Un choque de puños que estremeció los alrededores y un intercambio de golpes cuya vibración llego al templo del Supremo Kaiosama,que ni siquiera se inmutó con la violenta sacudida que sufrió el edificio.

Shin seguía allí sentado, viendo a Tannat dormir, con la pequeña botellita de "esencia" entre sus manos entrelazadas sobres la que descansaba su mentón. Estaba tan perdido en sus reflexiones que así el templo entero se le hubiera caído encima no se hubiera dado por enterado.

Afuera Zamasu se las arreglo para escapar de Bills, dejando una nube de polvo que al disiparse dejo al descubierto un pequeño objeto clavado en el tronco de un árbol.El dios se aproximó y lo reconoció enseguida. No hace mucho había empuñado aquello.

Guardo el objeto en su faja y regreso al templo para ver a Shin.Ni siquiera golpeo la puerta para entrar en la habitación, asomando primero la cajita que traía de parte Whis,en forma juguetona,pero Shin no volteo a verle.

-Oye Supremo Kaiosama-lo llamo desde la puerta-¡Iye no me ignores! ¡Te estoy hablando!

-¡Ah señor Bills!-exclamó Shin al verlo parado junto a él.

-Se puede saber en que tanto estas pensando-le pregunto-Ten,
Whis te mando esto.Pensó que te gustarían.

-¿Qué es?-pregunto curioso,pero Bills solo se encogió de hombros.

Al abrir la caja un olor dulce acaricio su olfato y descubrió que eran pequeños y oscuros cuadraditos puestos ordenadamente sobre un lindo papel.

-Son chocolates con fresa.Los favoritos de Whis,ni siquiera a mi me comparte de esos-señalo Bills sonriendo astutamente.

-Chocolate-repito Shin y respiro su aroma profundamente mientras sonreía-Es fragante,
intenso y dulce,muy dulce...me recuerda a...

El Supremo Kaiosama no dijo más,pero fue obvio para Bills de quien hablaba el muchacho.Se despidió de él mientras Shin se llevaba uno de los chocolates a la boca y al cerrar la puerta tras de si una mariposa apareció en el pasillo y una voz femenina,que provenía de ella, susurro un nombre "Vados" y la pupila del dios se retrajo,mientras un escalofrío le bajaba por la espalda.

SÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora