Diecinueve

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El Supremo Kaiosama se recostó en su cama y Merlot se sentó a los pies de esta aguardando que él, se durmiera,pero Shin estaba intranquilo y no lograba conciliar el sueño,asi que el ángel se acercó un poco más a él, para poner su mano sobre la espalda de Shin y comenzar a tararear una canción suavemente.Un arrullo tranquilo que fue sumiendo al Supremo Kaiosama en un sueño tranquilo.

Whis salió a caminar por los pasillos de aquel templo para despejar su cabeza que aún daba vueltas. No podía dejar de pensar en que era lo que Ginebra estaba tramando y como encajaban ellos en todo ese plan. Caminando,sin rumbo,por esos corredores sombríos y fríos término por llegar a la habitación de Shin que permanecía con la puerta entreabierta.Merlot se había ido y el Supremo Kaiosama dormía,
podia oír su respiración constante y tranquila. Se sintió tentado a entrar,pero dió un paso atrás para darse la vuelta.

Iba a irse,pero término entrando en  aquel aposento,para quedarse parado junto a la cama contemplando al durmiente, hasta que decidió sentarse en la silla que estaba a un lado de la ventana. Shin parecía tan tranquilo,su rostro no mostrada ninguna aflicción,pero la tormenta la tenía por dentro de eso Whis no tenía duda.Asi mismo él,tenía la suya.Exhaló un suspiro largo que murió casi en un murmullo. Acercó la silla a la cama y se sentó en ella de nuevo, no antes de asegurarse de que Shin estaba dormido. Lo miro un momento y luego,como si estuviera ensallando el diálogo de una obra comenzó a hablar en voz baja.

-no se como pasó-dijo e hizo una pausa-ni cuando.Sólo paso como ocurren los eventos más felices de la vida,fortuitamente  y para cuando me di cuenta creo que todo su martirio había empezado.No sabía que hacer,no quería creerlo pese a que lo ví con mis propios ojos ese día,por accidente-hizo una pausa como si las palabras se le atoraran en la boca.-lo lamento tanto,debí haber hecho algo...debí hacerlo,pero hice nada y seguí haciendo nada.Por años hice nada mientras veía como cada vez que nos encontrábamos su salud se deterioraba,pese a lo mucho que usted se esforzaba por disimular actuando con naturalidad.Yo lo notaba,yo lo ignoraba... Y lo lamento.No sabe cómo lo lamento.

¿Los ángeles lloran? Era una pregunta que Shin se hizo alguna vez y la respuesta la obtuvo esa noche. Si,los ángeles lloran...Whis lloraba en silencio,lo que hacía esas lágrimas más dolorosas para el Supremo Kaiosama, que se fingió dormido desde que él ingreso a la habitación. Escuchó  cada palabra con la ecuanimidad más fría que podía llegar a lograr y mientras lo veía con disimulo,no pudo evitar sentirse molesto por saber que durante todo ese tiempo ese ángel no hizo nada por él,pero ¿podía hacer algo realmente? y ¿acaso no se entregó por entero en su plan contra Daishinkan?¿de todos no fue él quien se llevó la peor de las partes?¿a caso no estaba dispuesto a morir si fuese necesario por detener al que es su padre? ¿no peleo hasta el final ferozmente sin importarle las consecuencias?¿no lo apoyo después de la contienda? Él sólo enfrento a Daishinkan porque sabía que Whis,estaba del otro lado de la puerta.Si Whis debía algo, con todo eso quedaba saldado.

-no hace falta que pida disculpas por eso-le dijo Shin sentándose en la cama.

El Supremo Kaiosama materializo un pañuelo blanco que ofreció al ángel quien lo tomo con una mano trémula. 

-yo...-balbuceo Whis quien estaba estupefacto.

-creo que dijo todo lo que tenia que decir con respecto a ese tema.No hace falta que diga más...no podría albergar ningún resentimiento contra usted,Whis.Es más creo que al final,soy yo quien le debe a usted. Después de todo...sufrió mucho por tratar de salvarme.

-no me debe absolutamente nada-le dijo poniéndose de pie-porque no hice algo que merezca una recompensa.Yo sólo quería que viviera en paz... Sólo quería que...

-¿qué?-pregunto Shin al ver que Whis titubeaba.

Le hubiera gustado decir algo mas elaborado,escoger palabras sublimes que expresaran ese sentimiento con la dignidad y gracia que se merecían. Adornar esa declaración que en realidad,
entre él y Shin,era una confirmacion simplemente,pero nada de eso vino a su mente. Él,el elocuente,el que siempre sabia que decir y como decirlo,de pronto no tenia palabras. ¡¿Es que como tenerlas?! ¿Como conseguir verbalizar algo mientras esos ojos de ébano estaban fijos en los suyos?.La luz de la luna entraba por la ventana y bañaba con su velo pálido a ese pequeño Shin-jin que le parecía más alto que él de una forma difícil de definir.

"¡Dilo! ¡Dilo de una vez!"

Se gritaba así mismo. Respiro profundo y seco la huella de sus lágrimas para de la forma más digna,más solemne y sobre todo con él corazón al descubierto decir,entre todas las palabras que pudo escoger en todos los idiomas que conocía, solo estas tres:

-yo lo amo.

Palabras que adquirieron una resonancia tremenda en los oídos de quien las oía,que si bien ya las conocía las estaba enfrentando.

-yo lo amo,Shin-reafirmo el ángel y esta vez sonó mas seguro.

Shin quedó atónito con aquella declaración. No se ruborizó,pero la respiración se le agito y la cabeza le dió un giro que lo hizo quedarse en silencio mientras esos ojos violeta aguardaban con alivio una respuesta,la que fuera.

Merlot estaba junto a Tannat,lo veía sin expresión de ninguna clase,como si ese que estaba en la cama fuera un extraño,mas era su padre y tal vez algo más que eso. Era difícil explicar lo que eran ambos.

Se sentó junto a esa figura que era casi como verse en un espejo y le sujeto una mano entre las suyas.Estaba tan frío que parecía una escultura de mármol. Le hizo una caricia y luego se reclino sobre él para hablarle al oído.

-despierta,Tannat-le dijo-despierta.Sal de la oscuridad,no mueras si realmente quieres ser perdonado...¡no mueras! Porque sólo le harás más daño. ¿me oyes,Tannat?

Tannat estaba casi sordo,pero la voz de Merlot le sacudió aquel sentido además de la mente...
¿En que pensaba?¿morir? ¡Que indigno! ¿Él,quien fue el Gran sacerdote iba a morir así nada más?¿de esa forma tan miserable? ¡No! Se puso de pie y comenzó a caminar buscando la salida.

Merlot pudo ver a su padre agitarse en sueños tras oír sus palabras. Sabia que no despertaría muy pronto,pero al menos no estaba quieto en la oscuridad.

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