treinta y siete

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Estaba arrepentido y maltrecho, no físicamente sino dentro,en su espíritu. Estaba derrotado y su postura lo delataba. Ast estaba unos pasos más atrás con las manos entrelazadas en el pecho y una mirada angustiada.Vio a Daishinkan hablando con los Zen Oh Sama y temió por la suerte de Ginebra,así que avanzó hacia él y le sostuvo la mano con fuerza. Ganándose una mirada del ángel.

-Yo robe la esencia hakai del palacio de Zen Oh Sama,lo que te hagan a ti me lo tendrán que hacer a mí también. No volveremos a estar separados...

-No...-le dijo Ginebra-Tú has sufrido por mucho tiempo. Daishinkan,Zen Oh Sama...Yo soy el culpable de todo lo que pasó en aquel entonces y de lo que pasó ahora también.Acepto sin protesta mi castigo...Sea cual sea...

-Ginebra,Ast vengan con nosotros por favor-les dijo Daishinkan.

Shin los miró con preocupación, pero cuando sus ojos se encuentraron con los del Gran Sacerdote, este le dió una sonrisa sutil y de alguna forma el Supremo Kaiosama dejó de temer por el destino de esos dos.
Vados y Champa aparecieron en ese momento y apenas la ángel vio al hermano de su señor se lanzó a sus brazos derribandolo.

-señor Bills lo extrañe tanto-le dijo.

El dios no sabía que hacer o decir,la cara se le puso roja a más no poder y en cuanto a Daishinkan, este sólo fingió toser para ganar su atención,Bills se paro de un salto intentando hacer que Vados le soltara el brazo.

-Ustedes dos vengan también-les dijo-Hay varias cosas de las que me gustaría hablarles con ambos.

Así todos partieron dejando a Whis y a Shin solos allí. Aquel mundo se tornó callado,el viento que soplaba no emitía el menor silbido. Todo había terminado.
Shin caminó hacia el lugar donde había caído Zamasu y extendiendo su mano hacia allí haciendo aparecer un pequeño obelisco, con un nombre escrito en la lengua de los dioses.

-Fue él quien descubrió lo de la esencia-dijo Shin sin mirar a Whis-Pero no me lo dijo,sólo me dió una pista que tuve que descifrar...

-El amor es el antídoto absoluto para cualquier mal-dijo Whis como reflexionado-Supongo que él fue curado por el amor que usted despertó en él. Su odio y desprecio por los humanos fue menguando,su sed de poder y todo eso que lo llevó por el camino de lo erróneo...

-Quizás...-balbuceo Shin-Espero que haya llegado al planeta kai-shin y sea uno de los árboles de ese bosque.

-Seguramente así es ¿Puedo hacerle una pregunta,Shin?

-Claro,lo escuchó...

-¿Qué sentimiento uso para salvar a mi padre del odio de Ginebra?¿Fue el perdón o fue...?

Shin lo volteo a ver y le sonrió.

-Eso es un secreto que le revelare en el momento oportuno-le dijo-Ahora quisiera ir a otro lugar.
Hay alguien que se merece también algo de paz.

Se despidió de Whis y se teletransporto dejandolo algo confundido. El ángel miró aquel monolito y en su mente leyó el nombre escrito en la piedra de tenue color verde: Zamasu.

-Siempre tan considerado con todos ¿No,Shin?-comento el ángel con una sonrisa.

El Supremo Kaiosama apareció en el patio del templo de Gowasu y encontró a este bebiendo una taza de té. Lo saludo y dijo que tenía que contarle una historia y así el Supremo Kaiosama del universo díez se enteró lo ocurrido con su aprendiz y aquel sacrificio que realizó pensando no sólo en salvar la vida de Shin, sino también en obtener el perdón de su maestro,pues fue a él a quién dedicó sus últimas palabras y Gowasu entre las copiosas lágrimas que brotaron de sus ojos logro decir:

SÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora