08.

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Im Jaebum era un hombre increíble.

Era editor en jefe en la editorial Han, una empresa muy bien posicionada en el mercado y que se había ganado un lugar en el increíble centro empresarial de la ciudad. Le gustaban mucho los libros de Murakami, el autor de Tokio Blues, y podía entablar una conversación sobre cualquier tema. Literalmente.

Aquella noche hablamos de libros, de comida, de viajes, del trabajo y la vida en general. No hubo un solo momento de silencio incómodo entre nosotros. Por el contrario, disfruté tanto de aquella cena que me sentí un tanto decepcionada al ver que se acababa.

- Entonces, estudiaste en Inglaterra por varios años. - Jaebum asintió, mientras caminábamos por un parque cercano al restaurante, en un intento de ambos por continuar la cita. - Qué increíble. Jamás he ido a Inglaterra, pero...


Pero mi hermano sí.


- Pero tengo algunos conocidos que han ido y me han dicho que es espectacular. - me corregí, rápidamente, y aunque Jaebum me dirigió una mirada curiosa por los segundos que me quedé muda, no preguntó.

- Es un buen país. - confirmó él. - Tiene paisajes increíbles.

- ¿Por qué decidiste regresar?


Jaebum levantó la mirada al cielo, como si allí se estuviese reproduciendo una película de su pasado, y luego, soltó un suspiro.


- Tuve un problema allí con una persona muy cercana a mí. - explicó, todavía con la mirada fija en las estrellas. - Eso me hizo replantear mis metas y objetivos, y me di cuenta que extrañaba mi país, extrañaba mi idioma, mi cultura y la comida, por supuesto. - Jaebum se detuvo unos segundos para soltar una carcajada apagada. - Estudié Literatura coreana para complementar lo que ya había aprendido en Inglaterra y, luego, conocí al dueño de la editorial Han. Él me ofreció un trabajo, yo acepté y, años después, he llegado a donde estoy, donde me conociste.


Reconocí en Jaebum cierta nostalgia por lo que dejó en Inglaterra y aunque quise preguntarle por ello, aunque la curiosidad me picaba por dentro, supe que no era correcto indagar en algo que él mismo no quería compartir conmigo. Así que me limité a asentir y continué caminando junto a él.


- ¿En qué momento conociste a Youngjae? - mi pregunta pareció ser acertada y perfecta para ese momento, porque Jaebum cambió su expresión neutra por una sonrisa.

- Youngjae tiene muchos amigos por todo Seúl. - me contó. - Uno de sus amigos es hermano de uno de los escritores de mi editorial. Así que, un día, en un evento de lanzamiento de su nuevo libro, Youngjae asistió. Nos presentaron, luego de que todo finalizara, cuando fuimos a cenar con el equipo, y me pareció una buena persona.

- Youngjae tiene el superpoder de caerle bien a todo el mundo. - comenté, permitiéndome sonreír por el recuerdo de mi mejor amigo. - Además, tiene un corazón de oro.

- ¿Cómo fue que se volvieron tan amigos? - quiso saber él, dando un paso más cerca de mí para conservar el poco calor que nos quedaba.

- Esto te va a sonar descabellado, pero mi vida en Jeju, cuando era pequeña, no fue buena.

- ¿Por qué sería descabellado? - preguntó, casi riendo.

- Porque todo el mundo piensa que por tener dinero y un apellido importante, tu vida es como estar en las nubes.

- Sé a lo que te refieres. - replicó con comprensión en su tono de voz. - Mi familia solía tener una buena posición económica, una casa grande, empleados y comida importada, pero, a pesar de todo ello, las cosas en casa no eran buenas. Años después, por malas decisiones, lo perdimos todo y terminamos en un pequeño apartamento en el que a duras penas entrábamos todos. - contó y aunque no lo dije en voz alta, le agradecí por abrirse conmigo sobre un tema tan personal y privado, porque me sentía más cercana a él, más en confianza. - He vivido en ambas realidades, he vivido siendo un niño rico y una persona promedio. ¿Y sabes qué? Elegiría mil veces ser una persona promedio, antes que volver a esa casa llena de lujos y tener que pasar por toda esa infelicidad.

Love Match | Park JinyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora