Love Match | Park Jinyoung

09.

- Señor Choi, qué alegría verle de nuevo. - saludé al hombre, en cuanto nos lo encontramos, y este, con una gran sonrisa, tomó mi mano entre las suyas para darle un par de palmaditas.

- El gusto es mío. - replicó, antes de voltear hacia mi jefe y saludarle también. - ¿Qué les parece la mi pequeña reunión?

Pequeña no era la palabra apropiada.

Para que fuese una pequeña reunión, en primer lugar, la locación elegida debía ser un pequeño apartamento o un modesto restaurante. La casa Choi no era así. La casa Choi era gigantesca, con varias habitaciones, tanto en el primer, como el segundo piso, y un jardín enorme en la parte trasera en el que fácilmente entraban unas cincuenta personas.

Para que fuese una pequeña reunión, en segundo lugar, debían haber sido invitados no más de veinte personas. En la reunión Choi, habían, como mínimo, ochenta personas dando vueltas por todos los metros cuadrados que componían la propiedad.

Y, por último, y lo que más me incomodaba, para que fuese una pequeña reunión, los invitados no deberían presumir de tener tanto o más dinero que el gobierno de nuestro país. En la casa Choi, había gente con el dinero suficiente para pagar la deuda de todo el mundo.

- Es una reunión increíble, señor Choi. - replicó Jinyoung por ambos, mostrándole al hombre una sonrisa leve, calculada. - Es evidente el cuidado que le dio a cada detalle.

- En realidad, quienes lo planearon fueron mi esposa y mi nieto. - contó con diversión. - Así que los halagos deberían ser para ellos.

- Se los haremos saber, cuando...

- ¡Eun Bi! - vociferó mi mejor amigo, como si hubiese esperado a que mi jefe hablara para interrumpirle.

Youngjae llegó a nosotros, un par de segundos después, con una sonrisa enorme y con el mejor acompañante que pudo haber elegido: Im Jaebum. Ambos vestían impecablemente, pero mientras Youngjae usaba traje, Jaebum usaba pantalones entallados y un saco oscuro largo, hasta la altura de las rodillas.

- Pensé que sería bueno reunir a mis dos amigos favoritos. - añadió Youngjae, empujando juguetonamente el brazo de Jaebum, ante las miradas de su abuelo y mi jefe.

- Hola, Eun Bi-ssi. - saludó el editor en jefe con la misma sonrisa que había mantenido en su rostro durante nuestra cita y que me hizo ruborizar. - Señor Choi, siempre es un placer verlo.

El abuelo de Youngjae asintió con aquella expresión amigable que siempre traía en el rostro y le estrechó la mano al hombre. Al ser amigo de Youngjae, seguramente, conocía al señor Choi desde hace mucho tiempo.

El silencio reinó entre nosotros por unos segundos, unos incómodos segundos que no hicieron más que ponerme nerviosa, hasta que, de pronto, Jinyoung carraspeó y sentí cómo clavó su mirada en mí.

Me tomaron dos segundos entender qué era lo que quería mi jefe y cuando lo procesé, tragué un poco de saliva y asentí.

- Jaebum-ssi, déjame presentarte a mi jefe, el señor Park. - Jinyoung hizo una reverencia rápida con una expresión un tanto altanera, un tanto prepotente.

Pero a Jaebum no le importó. Jaebum solo replicó su forma de saludar y luego, me devolvió su atención.

- ¿Ya comiste algo? - preguntó el editor en jefe y yo negué a modo de respuesta.

Desde que habíamos llegado, no habíamos hecho más que saludar a todo quien mi jefe conociera, que abarcaba al 90% de los presentes, y entablar conversaciones superficiales de no más de dos minutos.