26.

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Me había enfermado. Maldito cambio de clima que le había dado un golpe duro a mi sistema inmunológico. 

Para cuando Jaebum me dejó en el apartamento, había comenzado a sentir una picazón insoportable en la garganta, y para cuando cambie mi ropa de trabajo por unos cómodos pijamas, mi nariz estaba congestionada a tal punto que se me dificultaba respirar con tranquilidad. 

¿Cómo demonios podía empeorar tan rápido? 


- Bi, se te escucha muy mal. - dijo mi hermano al teléfono, mientras yo me preparaba un té. - Saldré antes del trabajo para llevarte al doctor. 

- ¿Al doctor? Es solo un resfriado. - argumenté, al sentarme en el amplio sofá de la sala. - Creo que con un poco de descanso estaré bien. - mi hermano chasqueó la lengua. 

- No era una pregunta. - replicó. - Tienes que preocuparte un poco más por ti misma.


Eso era lo que yo le decía a Jinyoung, cuando trabajaba para él. ¿En qué momento me había convertido en él y había hecho que el resto de personas a mi alrededor asumiera mi papel? 


- Está bien. - accedí, al instante. - Avísame cuando estes en camino para...


Ding Dong. 


- ¿Ese fue el timbre de la casa? - preguntó mi hermano, entrando en alerta al instante. 

- Uhm, creo que sí. - repliqué, igual de extrañada que él. 


No mucha gente sabía dónde vivía. Tampoco era como si tuviera muchos amigos que quisieran visitarme. Así que, ¿quién estaba en mi puerta? 

Me levanté del sofá con dificultad por el dolor en mis músculos y arrastré los pies hasta el intercomunicador digital. Presioné un par de botones para poder escuchar y ver a la persona fuera de la puerta y en un segundo, apareció un hombre vestido impecablemente con traje azul marino. 


- ¿Quién es? - preguntó mi hermano. 

- Es... - balbuceé, intentando convencerme de que esa persona estaba en mi puerta. - Es Jinyoung. 

- ¿Jinyoung? ¿Tu anterior jefe? - emití un sonido de afirmación, como respuesta. - Qué extraño. 

- Lo sé. 

- ¿Lo dejarás pasar? 

- Debería, ¿no? 


Ding dong. 


- Creo que no se irá. - dijo mi hermano. - Si quieres dejarle pasar, hazlo. Intentaré llegar pronto. 

- Bien. - repliqué y casi al instante, presioné el botón que quitaba el seguro a la puerta principal del apartamento. - Te estaré esperando. - añadí, antes de colgar. 


Todavía en pijama y con unas pantuflas de oso panda que me había regalado Youngjae, fui a recibir a la visita sorpresiva. Llegué justo a tiempo para verle quitarse los zapatos con tranquilidad y luego ponerse los zapatos de tela que Mark y yo teníamos para los invitados. Cargaba con él un par de bolsas de papel llenas de varias cosas y aunque eso me daba curiosidad, lo que quería saber primero era qué hacía en mi casa. 

Love Match | Park JinyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora