13.

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- No entiendo por qué te ries tanto. - se quejó mi jefe, mientras yo tenía el tercer ataque de risa en la noche. - Son ñuquis al pisto, estoy seguro.

- ¡Ñuquis! - exclamé, llevándome la servilleta de tela a mis ojos para secar las lágrimas que acababan de salir por reír tanto. - Son ñoquis al pesto, señor Park, ÑO-QUIS AL PES-TO.


Jinyoung entrecerró los ojos y se cruzó de brazos, intentando mantenerse serio. Pero su postura le duró solo un par de segundos, porque pronto terminó riendo conmigo.

Cuando Jinyoung reía, parecía despreocupado y un aura cálida parecía rodearle. Ya no era intimidante ni cuadrado, se volvía una persona accesible, una persona con la que se podía disfrutar pasar tiempo.

Había descubierto que eso me agradaba.


- Bueno, pues sean ñuquis o ñoquis, han estado muy ricos. - dijo, comiendo el último bocado de su plato. - ¿Te ha gustado?

- Sí, bastante. - admití. - Muchas gracias por la cena, señor Park.

- ¿Qué es eso de señor Park? Creí que ya habíamos dejado claro que puedes hablarme sin tanta formalidad, sin tantos títulos.


Con una mano, llevé el cabello que caía sobre mi rostro detrás de mi oreja y asentí tímida. Ni siquiera me había dado cuenta de que le estaba hablando formalmente.


- Tienes... ¿24 años? - una vez más, asentí.

- Y usted tiene 26. - le recordé. - Es propio hablarle con formalidad.

- Pero no me digas señor. El Señor está en el Cielo. - pidió, casi de inmediato. - Cuando estamos en el trabajo, puede que sea necesario, pero si estamos fuera o estamos solos, Jinyoung-ssi es suficiente.

- Jinyoung-ssi. - repetí, intentando que mi boca se acostumbrara a llamarle así.

- A menos que me quieras llamar oppa. - añadió de forma tan repentina que me tomó un par de segundos procesarlo.


La expresión en el rostro de Jinyoung era una de picardía, una de un niño que ha sido descubierto haciendo una travesura. Solo le había visto de esa forma con su mejor amigo, con el vice-presidente Wang y por mucho que me agradaba poder ser testigo de ese lado suyo, mi mente comenzó a llenarse de preguntas.

¿Qué le motivaba a tratarme así? ¿Qué era lo que había cambiado entre nosotros?


- Empecemos con Jinyoung-ssi. - repliqué, todavía sintiéndome tímida, y le regresé la mirada a mi plato de pasta.



x


Jae: ¿Dónde estás?

Bi: En la oficina. Tengo mucho trabajo.

Jae: ¿Te veo a la salida de tu turno?

Bi: Uhm... No quiero prometer nada. El señor Park me necesita en la oficina porque está trabajando en un nuevo proyecto.

Jae: ¿Te está pagando horas extras?

Bi: Ajám.

Jae: ¿Y las necesitas?

Bi: No estoy recibiendo un solo won de los Kang y vivir en Seúl no es barato. Todo aporte de dinero es bien recibido.

Jae: Múdate conmigo.

Bi: Múdate tú conmigo.

Jae: No puedo objetar contra esa respuesta. Lo voy a pensar.

Love Match | Park JinyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora