18.

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Presa de los nervios, presioné con tal fuerza lo bordes del sobre que tenía entre las manos que estos comenzaron a arrugarse. Quise, con todas mis fuerzas, deshacerme de aquella sensación pegajosa que tenía en el cuerpo y tranquilizar a mi corazón que latía con una fuerza impresionante. Pero era imposible, no cuando estaba a punto de hacer algo que cambiaría todo por completo.

Mark había hablado seriamente conmigo el día anterior y me había ayudado a comenzar un nuevo plan para mi vida, a ponerme nuevas metas alcanzables por las cuales luchar. Eso había involucrado repensar mi rutina diaria y, con ello, mi trabajo en JP Technology. Necesitaba algo diferente, algo que me apasionara, y aunque me doliese admitirlo en voz alta, eso no lo encontraba en la compañía de Park Jinyoung.




- Ah, Eun Bi-ssi. - dijo Jinyoung, al verme parada frente a la puerta de su oficina.

- Señor Park. - saludé con una reverencia al recién llegado. - ¿Se siente mejor?

- Sí, bastante. - replicó con una sonrisita. - ¿Cómo estás tú? Dime qué no te contagié, por favor. - añadió en son de broma.



No pude dirigirle la mirada, no pude siquiera mover un músculo para responderle como era debido. Mi cerebro pareció desconectarse por un par de segundos, dejando a una Eun Bi balbuceante.


- ¿Todo bien? - lentamente, negué con la cabeza.



No, nada está bien.



- ¿Quieres pasar? Podemos hablar adentro.




En completo silencio, le seguí dentro de su enorme oficina, hasta que llegamos a su escritorio. Comencé a respirar pesadamente, mientras le veía rodear el mueble para llegar a su silla y solo cuando se sentó, coloqué el sobre frente a él.


- ¿Qué es esto? ¿Llegó correspondencia para mí?

- No... - susurré con un hilo de voz.


Recuerda, esto es lo mejor para ti, me dije, antes de tomar una bocanada de aire.


- Señor Park, quiero agradecerle enormemente por la oportunidad que me dio de trabajar para usted. No tiene idea de cuánto he aprendido en esta posición y cuántas gratas memorias llevaré conmigo.

- No entiendo. - dijo el hombre, tomando el sobre entre sus manos para poder abrirlo. - ¿Por qué parece que te estás despidiendo?


Jinyoung pasó sus dedos rápidamente por el papel para poder desdoblarlo y leer lo que decía. La ansiedad parecía crecer dentro de él a la misma velocidad que la mía.

Cuando lo hizo, cuando leyó la carta que había escrito, no parecía dar crédito a sus ojos, no parecía querer creerlo.


- ¿Renuncias? - preguntó con el rostro desencajado, como si acabase de recibir la peor noticia del mundo. - ¿Por qué? ¿Hay algo que no te haya gustado? ¿Hay algo que yo...? - Jinyoung se detuvo para carraspear. - Si te molesta que te haya llamado ayer...

- Señor Park. - le interrumpí, antes de que pudiese continuar, y él pareció agradecido por ello. - No tengo ningún problema con acudir, cuando me llama.



Iría a ayudarle aunque me llamase de madrugada.



- No estoy renunciando por usted, estoy renunciando porque es momento de volver a trabajar en lo que me gusta, de volver a encontrar quién soy y el propósito por el que me levanto cada mañana.

- ¿Qué voy a hacer sin ti aquí? - murmuró y me pareció que lo hizo más para él mismo que para mí. - No puedes... No puedes solo irte, Eun Bi.

Love Match | Park JinyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora