30.

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Me costó mucho acostumbrarme a la increíble cantidad de luz que me atacó al volver a abrir los ojos. Para mí solo había sido un parpadear de ojos, pero para el resto del mundo habían sido un par de horas, como mínimo.

Me removí en la suave cama sobre la que descansaba y comprendí, al ver el predominante color blanco, que estaba en el hospital.

Estaba a salvo, de verdad.



- Hey. - saludó en un susurro una voz masculina.



Me costó reconocerla, todavía aturdida por todo lo que había pasado, pero al ver su rostro, toda duda se disipó.



- Hermanita. - añadió Mark, con ojos llenos de lágrimas. - Despertaste.

- Hola. - repliqué, sintiendo su mano tomar la mía con suavidad.

- Nos diste un susto de muerte, Bi. - añadió una tercera voz y su rostro apareció junto al de mi hermano.

- Jae. - murmuré sonriente. - Lo siento mucho. De verdad, lo siento mucho.

- Tranquila. - pidió mi hermano, pasando su mano por mi cabeza. - No es tu culpa, no podías saber que se desataría un incendio. - negué con la cabeza de inmediato.

- La mujer que estaba conmigo. Ella... Le dije que no la dejaría, pero yo me salvé y ella no. - mi hermano y su novio se dirigieron miradas tristes, confirmando lo que yo ya había visto en aquel pasadizo.



La mujer había fallecido.



- Trata de no pensar en eso. - pidió el mayor de los Kang. - Lo importante es que estás aquí con nosotros.

- Por un momento pensé que ya no los volvería a ver. - admití, sintiendo un nudo en mi garganta. - No saben cuánto miedo tenía... - mi hermano comenzó a callarme suavemente, mientras se acomodaba a mi lado y continuaba dándole caricias a mi cabeza.

- Ya está, Bi, logramos sacarte de allí a tiempo. - replicó mi hermano, arrullándome entre sus brazos.

- De hecho, creo que estaremos en deuda eterna con el señor Park por...

- ¿Qué dijiste? - pregunté, dando un salto en la cama que asustó a mi hermano y mejor amigo.

- ¿Que estaremos en deuda eterna? - replicó Youngjae, un tanto aturdido por mi reacción.

- No, eso no. - me quejé. - ¿Dijiste que fue el señor Park? - ambos hombres se miraron antes de asentir para mí.



Sentí como si quitaran todo el aire de mis pulmones, en ese preciso instante.

No podía ser real. No podía ser cierto.



- Creí... Creí que lo había imaginado.

- Supusimos eso cuando te confesaste en presencia de todos. - replicó mi hermano, palmeando con suavidad mi brazo.



No, no puede ser.



- ¿Eso sí pasó? - me lamenté, cubriendo mi rostro con ambas manos.

- Oh, claro qué pasó. - dijo mi mejor amigo. - Todos lo escuchamos, incluyendo a Jaebum.

- ¿Jaebum estaba allí? - vociferé, sintiendo que me daría un paro cardíaco en ese preciso instante.

- Bi, tranquilízate. - pidió mi hermano, levantándose de la cama para poder tomarme por los hombros y hacer que volviese a recostarme. - Todavía tienes que descansar.

- No, no lo entiendes. - lloriqueé, dejando que mis piernas colgaran al borde de la cama para poder sentarme. - Esto está mal. Herí a Jaebum por estar delirando.


Love Match | Park JinyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora