19.

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Antes de que empiecen a leer, les pido comprensión al leer la primera parte. No lo he hecho con ánimo de ofender a nadie y espero que se entienda la conversación de la mejor manera posible.

A pesar de ello, si algo no les parece o creen que lo explique mal, escríbanme por privado. No quiero que se generan malos entendidos en los comentarios.

Ahora si, pueden comenzar con este capítulo.



- Entonces, ¿ustedes son pareja? - pregunté, todavía procesando lo que Youngjae me había dicho en su auto.


Mi mejor amigo se había desviado del camino a la editorial Han para ir a la sucursal de Kang Corp, la que mi hermano dirigía en Seúl, y llevarme directo a la oficina del mayor para que ambos me explicaran todo. Pero, aún luego de veinte minutos intentándolo, seguía sin asimilarlo.



- ¿Ustedes son como novio-novio?


Youngjae y mi hermano rieron, como si estuviesen viendo a una niña chiquita tropezar al dar sus primeros pasos.


- Youngjae no me lo ha pedido. - dijo Mark, manteninedo una sonrisa ilusionada en el rostro, una de esas que uno pone al ver a la persona que tiene su corazón capturado.

- Tú eres el mayor, tú deberías pedirmelo. - se quejó Youngjae, utilizando un tono de voz bajito, como el de un infante.


¿Qué está pasando aquí?, me pregunté, mientras presenciaba a ambos hombres hacerse muecas extrañas y reír sin quitarse la mirada.

¿Cuándo había pasado? ¿Cuándo habían comenzado a gustarse y a interesarse en el otro?


- A ver, espérense. - pedí, llamando su atención una vez más. - Eso quiere decir que ambos son...


Pasé la punta de mi lengua por mis labios, intentando ganar tiempo para poder pronunciar la siguiente palabra. Se sentía extraño decirlo en voz alta, se sentía extraño utilizar esa palabra para describir a mi mejor amigo y a mi hermano, no porque lo repudiase, sino porque no podía creer que había crecido con ambos hombres y nunca me había dado cuenta de ello.


- Vamos, Bi, ya tienes la edad suficiente para pronunciar la palabra sin que te castiguen. - me fastidió Youngjae, inclinándose ligeramente hacia mí para poder pasar su mano por mi cabeza. - Dilo, di lo que estás pensando.

- U-Ustedes son... - me detuve para pasar un poco de saliva y luego, tomé aire para decir lo siguiente: - ¿Ustedes son gays? - pregunté al fin, ladeando la cabeza, como un pequeño cachorrito.


Mi hermano y mi mejor amigo sonrieron al escucharme decir aquello. Parecían orgullosos de que su pequeña Eun Bi hubiese preguntado aquello.


- ¿Algo cambiaría si lo fueramos? - preguntó Mark, arqueando la ceja, - ¿Dejaría yo de ser tu hermano mayor? ¿Dejaría yo de ser la persona que te ha apoyado y ayudado, todos estos años?


Aunque camuflado, pude percibir cierto temor en la voz de Mark. Él estaba seguro de quién era y de su relación con Youngjae, pero tenía miedo de que ello nos afectara.

Supe en ese preciso segundo que debía hacer algo por quitar ese sentimiento de él. Era mi hermano, de quien hablabamos, y no importaba con quién mantuviera una relación, él jamás dejaría de serlo.


- Mark, estoy muy feliz por ti. - le dije sincera. - Estoy muy feliz por ambos.

- ¿Enserio? - preguntaron al mismo tiempo, ambos sorprendidos de mi reacción positiva.

- Aunque me tomó por sorpresa, ustedes son las personas más importantes en mi vida. - repliqué, recibiendo un par de sonrisas agradecidas de su parte. - Ahora que lo pienso, ambos son exactamente lo que el otro necesita. Así que estoy a favor de esta relación y tiene mi apoyo absoluto.


Un par de segundos bastaron para que mi hermano se levantara de su sitio y corriese a darme un abrazo. Percibí, en el momento que sus brazos me rodearon, lo agradecido, feliz y aliviado que se sentía. Eso bastó para saber que había hecho lo correcto y es que nadie merecía ser juzgado por ser él o ella misma.


- Gracias, Bi. - escuché a mi mejor amigo decir, antes de unirse al abrazo. - Teníamos mucho miedo de que no lo tomaras bien. Creo que por eso estábamos a la defensiva.

- Me sorprendieron, pero estoy con ustedes en esto. - repliqué, dejándolos ir. - Por favor, no vuelvan a ocultarme cosas así de grandes.


Ambos hombres se dirigieron miradas cómplices, diciendose todo en ese breve segundo. Supe, entonces, que eso no era todo lo que tenían por decirme.


- Eun Bi, solo una cosa más. - habló mi hermano, llevándose una mano detrás de la nuca. - No les he dicho a mamá y papá.


x


- Y esta será tu oficina. - dijo Jaebum, el encargado de darme el tour por las instalaciones de la editorial Han.

- Kang Eun Bi, encargada de Marketing. - leí en la inscripción de la placa dorada que colgaba de la puerta y no pude evitar sonreír ampliamente.


Al fin, pensé, he vuelto.

Y eso me hizo sentir una alegría inexplicable.


- Dejaré que te instales. - susurró Jaebum a mi oído, haciendo que mi piel se erizara. - Mi oficina está cruzando el pasillo, así que, si necesitas algo, puedes llamarme.

- Pensé que para eso estaba mi asistente. - repliqué, girando para ver su rostro.


Jaebum sonrió sin mostar los dientes y asintió. Aquella mueca me pareció tierna.


- Pronto descubrirás que puedo ser más útil que tu asistente. - argumentó. - En todos los sentidos. - añadió, antes de hacer una breve reverencia con la cabeza e irse de la oficina.


Sacudí la cabeza, intentando deshacerme de la corriente de electricidad que recorría mi cuerpo a gran velocidad, y me acomodé en mi escritorio. Sobre este, descansaban varios papeles que contenían toda la información que necesitaba para saber en qué punto se encontraba cada proyecto de la compañía. Me puse a leer con detenimiento cada uno de ellos, sintiendo con cada página que acababa, que había tomado una buena decisión.

A veces, tienes que dejar ir algo o a alguien para que lleguen cosas mejores. Quise creer que eso era lo que estaba pasando, que, a pesar de haber dejado a Jinyoung, algo increíble me esperaba, y ese pensamiento logró calmar en gran manera mi interior.


- ¿Señorita Kang? - preguntó la vocecilla de Mi Rae, la joven que habían asignado para que fuese mi asistente.


Ella asomó su cabeza por la puerta de vidrio de mi oficina y con una sonrisa, espero a que le diese permiso de entrar. En cuanto lo hice, empujó con su brazo la puerta para adentrarse acompañada de un enorme ramo de girasoles.

Jaebum, fue el primer nombre que cruzó por mi mente, pero me pareció extraño que me enviara flores, cuando, literalmente, podía haber cruzado él mismo los pocos metros que nos separaban.


- Le ha llegado esto. - dijo Mi Rae, colocando el arreglo sobre la pequeña mesa de centro en la salita de la oficina.

- ¿Quién las envió? - Mi Rae señaló la pequeña tarjeta en medio de todas las flores.

- No quise leerla, pensé que sería algo privado.


Quisiera decir que rodeé el escritorio con tranquilidad, pero el tropiezo que tuve al intentar llegar al arreglo floral me lo impide.

Intentando disimular la verguenza que sentía, alisé mi blusa con mis manos y tomé la pequeña tarjeta blanca entre mis manos. Por alguna razón, sentí algo revolotear en mi estómago.


- Señorita Kang, también quería recordarle que tiene una reunión en la sala de juntas en 10 minutos. - añadió Mi Rae, mientras yo comenzaba a leer la tarjeta. - Los otros ejecutivos quieren conocerla...


Y luego de eso, dejé de escucharla porque mi cerebro tuvo un cortocircuito.

Love Match | Park JinyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora