23.

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- Recuerdo que fuiste tú quien me regañó por no cuidar de mí mismo, por descuidar mi salud y mi bienestar, y poner por encima de ello mi trabajo. Pero mírate ahora, es cerca de medianoche y te encuentro apoyada en una pared en mitad de la calle. - me reprochó Jinyoung, mientras ponía en marcha el auto.


No sabía qué decirle. No sabía si reír porque, a pesar de que estaba molesto, me alegraba mucho verle de nuevo. No sabía si pedir disculpas porque aquello era algo que no le concernía a él, algo que había sido mi decisión y como tal, debía importarme solo a mí.


- Tuve una reunión hasta muy tarde. - expliqué, cruzándome de brazos. - Para serte sincera, se me olvidó por completo que vendrías.


Las manos de Jinyoung se apretaron con fuerza sobre el timón, pero él no pronunció palabra alguna. En mi cabeza, esa explicación había sonado mejor. Pero, al dejar que saliera por mi boca, se había transformado en una enorme bola de destrucción.

Bien hecho, Eun Bi.


- J-Jinyoung... Lo lamento, no me expresé bien. - murmuré, antes de tomar un poco de aire. - Lo que quise decir, en realidad, es gracias. De verdad, no tienes idea de cuánto aprecio que hayas venido por mí.


Esas palabras parecieron ser mágicas porque los hombros de mi ex jefe se relajaron al instante y sus nudillos volvieron a su color normal. Su enojo parecía haberse disipado con solo decirle que me agradaba que estuviera allí.


- Dijiste que necesitabas un amigo. - replicó, al cabo de unos segundos y sin quitar la mirada de la calle. - Soy tu amigo.

- Lo eres. - confirmé, sin poder evitar sonreír.

- ¿Quieres contarme qué pasó?


, repliqué en mi cabeza. Necesitaba contárselo, necesitaba decírselo a alguien o iba a colapsar. Sin embargo, no quería sonar desesperada, no quería hacerme vulnerable por completo porque, si lo hacía, podía terminar llorando y ya no quería ser más esa Eun Bi frágil y debilucha.


- Muchas cosas.

- Eso es evidente. - dijo, mientras le veía girar el timón con gracia y total concentración.


Cada movimiento de mi anterior jefe era hecho un gracia absoluta. Creo que, incluso cuando estaba estresado y quería asesinar a todos, parecía un bailarín profesional en plena presentación.

Era increíble.


- ¿Cómo es que volviste a Kang Corp? - añadió Jinyoung, haciéndome dar cuenta de los vergonzos pensamiento que estaba teniendo y obligándome a volver a la realidad, a ese auto con él. - Pensé que trabajabas junto a ese hombre... ¿Cómo es que se llama?

- ¿Im Jaebum?


Un músculo cerca de la comisura derecha de sus labios se tensó ante la mención del editor en jefe de la editorial Han. Definitivamente, él no le agradaba a Jinyoung.


- Sigo trabajando allí. - continué. - Soy directora de Marketing.


Jinyoung abrió los ojos de par en par, antes de mostrarme el pulgar arriba. Parecía un papá orgulloso de su pequeño retoño.


- Felicitaciones. - dijo él, volteando a verme por un par de segundos. - Te lo mereces, Eun Bi.


Bastaron esas palabras para resquebrajar mi intento de muralla. Bastaron esas palabras para hacer que el peso de la inseguridad, la indecisión y el miedo actuasen como un tanque y destruyeran todo a mi alrededor, dejándome sola e indefensa.

Love Match | Park JinyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora