Por un pequeño instante olvidé que hoy es LUNES. Por poco no publico éste capítulo.
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(Seis meses después)
–– ¡Vamos! Sigue así, Chester ––Me anima Laura, mientras va manejando su bicicleta. Yo voy a un lado de ella. Vamos de salida al parque, es uno de mis lugares favoritos para jugar con Laura.
–– ¡De acuerdo, de acuerdo! Yo voy adelante ––Menciono, tomando la delantera. Acto que me fue inútil al percatarme de que una anciana se topa en mi camino.
–– ¡Wow, wow! Espera, Chester. ––Grita mi amiga tratando de frenar conmigo, pero no sirvió de mucho.
–– ¡Auch! ¿Quién apago la luz? ––Inquiero. Me encontraba debajo de las piernas de la señora, provocando que ésta caiga al suelo. Por suerte pude amortiguarle la caída, pero ella creo que no está muy convencida de ser así.
Laura trata de acercársele y ayudarla, agregando: –– ¡Oh! Disculpe, lo lamento tanto señora no fue...
–– ¡Esta juventud de hoy en día les vale un pepino su vida! ––La interrumpe, murmurando a regaña dientes (o los pocos que tenía), la anciana. ––¡Y LA AJENA TAMBIÉN! ––Exclamó, gritando. Tras tomar su bastón con la intención de golpearnos.
–– ¡Oh, santos cielos! Vamos, Chester. ––Laura se apresura a montarse en su bicicleta y huir de ahí, seguido empiezo a correr lo más fuerte posible. No entiendo porqué se ha molestado, solo fue accidente.
Al llegar al parque, nos sentamos debajo de uno de los árboles frondosos del lugar. Mientras Laura saca una especie juguete de humano, es algo aburrido. ¿Quién querría mirar tanto tiempo un juguete? Es muy divertido morderlo. Con Laura he visto cosas que son muy extrañas en los humanos, pero creo que es una de las costumbres de su especie. Aunque es un poco extraña. ¿Qué de interesante tendría pintarse las garras? Usa una sustancia muy extraña, le llama... Creo que se llama: lesmate. Pero, además de tener un olor tan potente, sabe horrible. Quise robarlo un día, pero agregado a mi mal gusto, mis dientes quedaron colorados. Fue lo más asqueroso que he probado. Laura al encontrarme simplemente se echó a reír, no sé qué le pareció de divertido ese mal sabor.
He pasado momentos agradables con ella, solo porque la hacía reír mucho. Una vez estuvimos en la tienda del señor Dylan, un hombre corpulento de tez pálida y cabello casi de nieve. Podría decir que pisa los sesenta años de edad, mantiene un trato muy eficaz con las personas. Pero tiene un excelente aprecio sobre Laura. La mejor parte es que siempre me da un delicioso trozo de salchicha antes de irnos. A decir verdad, las personas de este lugar con las que mi mejor amiga comparte, son muy gentiles con ella.
Aquella vez, Laura estaba seleccionando algunas frutas en una cesta mientras yo me encontraba sentado cerciorándome de toda la tienda. Al hacerlo, me percato de que una señora de cabello muy largo y gris sujeto en una coleta, con alrededor de casi cincuenta años de edad, entra allí y venía con una bolsa que desprendía un aroma exquisito. La coloca en el suelo y mientras se distrae hablando con Dylan, me levanto del sitio y camino hasta la bolsa. Me deje llevar por ese hilo aromático que se colaba entre las masas de aire del lugar, encontrándome con una bolsa de galletas dentro de la anterior, tenían un distinto aroma a las de Laura, muy peculiares a mis sentidos.
Así que amablemente le pedí que regalara una, diciendo: –– Oiga, puedo tomar una galleta, por favor. ––Ella voltea a verme y el señor de la tienda, también, así que trato de tocar la bolsa con mi pata. Tras hacerlo, ella mira hasta donde le señalo.
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HASTA EL FINAL DEL CAMINO © [TERMINADA]
Teen Fiction«La vida siempre te estará brindando una segunda oportunidad, depende de ti salir a buscarla». Chester, es un personaje canino, cuyo propósito es hacer feliz a su humana: Laura, luego de haberse encontrado con ella bajo una noche tormentosa en una e...