Tres días después: ¡Es viernes!
He salido de la clase más larga que tuve en ésta semana: Neurociencias.
Pero lo que importa es que ya salí.
Bueno, salimos.
Chester le agradado mucho al profesor, y ha entretenido parte de la clase. Excepto a la pelirroja desagradable de trato.
Y, Alaska, bueno...
Luego de que su cabello amaneciera tieso, tratamos de solucionarlo. Pero habría que mantenerlo remojado por bastante tiempo, así que decidió no venir a la universidad por ese día. Sin embargo, su cabello quedo con algunos grumos al día siguiente —miércoles, para exactitud—, lo cual tampoco se vio animada a venir. Me contó que su padre estuvo todo el día con un cepillo de cabello, quitando cada grumo. Y para el jueves, su padre tuvo que tomar las tijeras y cortar él algunos cabellos que se adherían al grumo.
Cada vez me sentía tan mal porque le haya pasado esto, su cabello es hermoso. Es un poco más corto que el mío, pero supongo que ahora lo tendrá más corto. Recuerdo muy bien que le llegaba hasta un poco más debajo de sus senos. Espero que de verdad no hayan tenido que cortarle mucho, sé que ella ama tener su cabello largo.
Y hoy no ha venido, precisamente para ir al salón de belleza para arreglar de forma justa.
Tuve que hablar con cada profesor que seguía en el resto de la semana para que esté al tanto de que su falta no se debe a alguna irresponsabilidad, sino a un gran accidente.
¿Cómo no diferenció la harina de almidón de maíz con la harina de trigo?
Dios. Es que lo pienso y no paro de reprender a Alaska en mi cabeza.
Qué loco.
Chester y yo vamos de camino por el pasillo, y algunos que se acostumbran a verlo le saludan. Me dirijo a mi casillero para sacar algunas cosas de allí e irme a casa para terminar de sacar lo que queda del cuarto de Cameron. Aproveché cada tarde para sacar al menos un cuarto de parte de lo que allí había. La mayoría de cajas contienen hojas con algunas de mis canciones y las partituras. Otras, todo el papeleo médico.
Justo esas son las cajas que me faltan, quiero leer algunos papeles y descubrir alguna forma para llegar a la persona que cargaba con éste sano corazón, al momento.
Escucho que alguien carraspea la garganta a mi lado, mientras termino de sacar las cosas del casillero. Lo cierro y me encuentro con el rostro de Aidan.
Me tiende un pequeño sobre.
Aún no he hablado con él de todo lo que pasó.
Al ver que no reacciono para tomar el sobre, lo acerca a mi bolso, que aún guinda abierto de mi brazo, y lo coloca allí.
Se balancea de un lado y deduzco que es para marcharse, pero lo detengo.
—Espera... —musito. Su cuerpo se paraliza al escucharme.
— ¿Sí? —Inquiere con su suave y característica voz.
—Quiero hablar... contigo. —Digo a duras penas.
—Está bien, ¿qué sucede? —Pregunta con interés.
— ¿Qué tal si nos retiramos un poco del público? —Digo, haciendo una ademán con mi cabeza.
Él observa a su alrededor, sonríe y asiente. Entonces, cierro mi bolsa con el sobre dentro, me lo coloco detrás de los hombros y terminamos caminando lejos del interior de la universidad.
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HASTA EL FINAL DEL CAMINO © [TERMINADA]
Fiksi Remaja«La vida siempre te estará brindando una segunda oportunidad, depende de ti salir a buscarla». Chester, es un personaje canino, cuyo propósito es hacer feliz a su humana: Laura, luego de haberse encontrado con ella bajo una noche tormentosa en una e...