Un mes después:
Devuelta a casa...
Me siento como humano por asistir a las constantes clases de la universidad de Caitlín.
—Tomás, no acepto que desprecies la salsa kétchup en las papas fritas, ¡es lo mejor que existe en el universo universal! —Espeta Alaska, mientras vamos de salida de la universidad.
—Claro que no. —Reprende Tomás—. Lo mejor del universo universal, después de comer, es un batido e–ner–gi–zan–te. —Canturrea la última frase, moviendo sus corpulentos brazos.
—Bueno, si el batido es de chocolate fuertemente concentrado y con densidad espesa... —opta la chica—. Está bien.
—Oye, el chocolate es bueno, pero en exceso es malo. —Dice Tomás levantando su dedo índice.
Qué interesante conversación tienen los humanos.
Jóvenes...
—Muy bien, chocolateros. —Dice Caitlín, que se mantuvo en silencio escuchándolos al igual que Aidan y Lucas.
Alaska y Tomás se detienen para escucharla.
—Mañana temprano Aidan nos pasará buscando a cada uno para ir a la playa... —comienza—..., ¿tienen todo listo? —Pregunta esta vez para todos, que asienten al mismo tiempo.
Yo estaré listo, cuando Caitlín lo esté.
Pienso.
—Muy bien. Nos veremos mañana. —Menciona Caitlín sonriente.
—Sí, jefa. —Musita Alaska. Lo que causa que Caitlín forme una línea recta en sus labios.
—Muy graciosa. —Dice Caitlín.
—No creo que eso cause demasiada gracia. —Comento, pero al ver a los a Tomás y a Lucas, corrijo—. Bueno, al menos no para mí.
Aidan trata de contenerse, por lo que veo.
—Recuerda las píldoras para el dolor de cabeza, ¿eh? —Recuerda Lucas—. No quiero lidiar con un susto. —Se toca el pecho.
—Seguro... —dice Caitlín, que de seguro quiere golpearlo con su mirada—. Como sea, adiós. —Dice, y se voltea.
—Hasta mañana... —dice Aidan para seguirla conmigo.
Digamos que le agrado tanto que no para de quitarle siempre la correa a Caitlín para él llevarme.
—Adiós... —musita Alaska, despidiéndose de Lucas y Tomás; siguiéndonos también.
Recorremos buen camino hasta llegar al parking de la universidad en silencio impoluto.
—Caitlín... —musita entonces Alaska al llegar al primer auto.
El de Aidan.
La chica voltea a verla.
— ¿Sí? —Dice interesada.
—Papá y mamá preguntaron por ti ésta semana. —Dice la rubia, Caitlín sonríe al escucharla.
— ¿Qué te han dicho? —Pregunta entonces.
—Pues, extrañan escuchar nuestros ruidos cantarines... —cuenta Alaska—. Les prometí que vendrías conmigo después del viaje... —sonríe nerviosa—, también les explique que no teníamos casi tiempo libre por la universidad, además de que tu hermano ya está aquí. —Recuerda.
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HASTA EL FINAL DEL CAMINO © [TERMINADA]
Novela Juvenil«La vida siempre te estará brindando una segunda oportunidad, depende de ti salir a buscarla». Chester, es un personaje canino, cuyo propósito es hacer feliz a su humana: Laura, luego de haberse encontrado con ella bajo una noche tormentosa en una e...