46 | Persecución del pasado.

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El vidrio se empaña según el frío que hace fuera del autobús, aun así, la baja temperatura busca colarse de entre los que aquí vamos. Éste autobús fue nuestra salvación, al llegar a casa tomaré un baño debido a que me mojé un poco, lo que no quería. Chester también se llevará un litro de espuma, ya que sus patas están chorreadas con barro.

Me recuerdo también que debo tomar mi tratamiento al llegar a casa, ya van pasadas de la hora en que me corresponde.

Tras cinco minutos más, el hombre que lleva el autobús se detiene a mi llamado. Agradezco al señor y así, Chester y yo bajamos cerca de una parada que ha cerca de casa. Hay dos casas de por medio entre la mía y la parada. No es mucha distancia.

Antes de siquiera poder llegar a casa, una camioneta negra de la cual no logro distinguir el tipo, por razones lluviosas se detiene frente a casa. Corro para averiguar de quién se trata y hombre de vestimenta negra, de pies a cabeza, baja del lado del copiloto.

Su vestidura y figura me causan escalofríos.

También se debe a la lluvia. Por lo que distingo, tiene aires de bravucón.

— ¿A quién busca? —Inquiero, y es cuando nota mi presencia.

Más vale que hable rápido porque me estoy empapando. No estaba en mis planes que eso pasara.

— ¿Auguste Johnson, se encuentra aquí? —Inquiere con una voz lo bastante gruesa y sepulcral, conserva unos gafas de sol en plena lluvia de los cuales no logro ver más allá para identificarlo.

Realmente no sé si papá aún se encuentre en casa, lo más probable es que sí. No creo que se haya regresado a Estados Unidos así nada más.

Siento una gran desconfianza en este tipo, y aumenta aún más cuando escucho a Chester gruñir y mostrarse algo agresivo ante este hombre. Normalmente no suele hacer eso. Echo una mirada rápida hacia el canino y que su cola está prensada hacia arriba, altamente.

Mi corazonada se hace más presente por ello, y tengo miedo de saber qué es lo que sucede con papá y éste tipo, o el otro personaje que se encuentre dentro de la camioneta.

—No. —Miento, aunque realmente no sé si esté allí, prefiero negarlo para que éste tipo se aleje de aquí.

— ¿Eres Caitlín Johnson, no es así? —Inquiere, manteniendo esa voz tenebroso que sale de su garganta.

Vuelvo a sentir un escalofrío en toda mi columna vertebral, ¿por qué sabe mi nombre? No creo que nadie de aquí sepa mi nombre y sobretodo que lo pronuncie tan correctamente. Además que no comprendo porqué, ahora que papá se encuentra aquí, alguien viene de ésta forma y, como si nada, pregunta por mi nombre sin siquiera explicarme una razón de su búsqueda.

Sin darme cuenta, cuando quiero negar que soy quien realmente soy, mi cabeza hace lo contrario, confundida, y asiente.

El hombre, al yo responder de ésta forma, mira con rapidez hacia alrededor. Y cuando quiero seguirlo con mi mirada, me sorprende, tomándome con fuerza.

— ¿Qué...? ¡Suelteme! —Exclamo, agitandome para zafarme de su agarre.

Veo que Chester está tratando de morderlo en mi defensa, pero el muy maldito le lanza una patada que lo hace chillar del dolor.

HASTA EL FINAL DEL CAMINO © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora