48 | Todo pasa por amor.

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- ¡Chester! Fue bueno saber de ti. -Exclama la detective al llegar a casa de Alaska, y venir a mí con los brazos abiertos-. Fue preocupante todo lo que ocurrió, -comenta y luego se vuelve a los demás presentes, y bueno, la señora Holly me habló del caso. Quiso venir, pero el compromiso con el CMV no la dejó. Déjenme presentarme... -indica para luego estrechar la mano con auguste para empezar y decir-. Soy la detective: Thalia Bernard. Les aseguro que haré hasta lo imposible para encontrar a la chica, mi equipo es muy comprometido. -Promete.

Ya cayó la noche, y la humedad de la lluvia se encarga de enfriar nuestros cuerpos aún estando dentro de estas cuatro paredes. En sentido figurado. Solo espero que Caitlín se encuentre abrigada, y que nada la complique en salud.

-Se lo agradecemos. -Musita Cameron-. Alaska se tomó el tiempo para hablarnos un poco sobre su historia en relación con Chester, y nos sentimos muy apoyados por su ayuda en esto. -Concluye el chico, sonriente.

-Oh, no es por nada. -Dice Thalia, negando con la cabeza-. Chester, al rescate animal. Es un proyecto que nos ha resultado en el departamento de justicia, creo que esto es una forma para nosotros de agradecerle a Chester, ¿o no, muchacho? -Me guiña un ojo.

-Sabía que no me defraudarías. -Exclamo.

- ¡Eso! -Dice la detective, animada-. Muy bien... -carraspea su garganta-..., ¿quién es el padre de la chica? -Inquiere a ambos adultos.

Auguste levanta su mano.

-Soy yo... -musita al momento.

-Muy bien, necesito que me diga todo lo que deba saber. -Indica-. Especialmente el porqué se han llevado a su hija. -Recalca, con su dedo índice en dirección al cielo-. Mañana iniciaremos con el rescate de la chica. -Asegura.

Auguste asiente y de esa forma, dejamos que éstos se vayan a algún rincón de la casa; así, Thalia, conjunto a sus compañeros, escucharán a detalle todo lo relacionado con el secuestro.

Alguien más toca el timbre, a éstas horas, así que Alaska se dirige hacia la puerta a ver de quien se trata.

- ¡Aidan! -Exclama ella al abrir, y yo decido irme hasta allá-, ¿qué haces por aquí a estas horas? -Inquiere.

Al llegar a la puerta, el chico me mira extrañado.

-Ah-eh... es que fui a ver a Caitlín a su casa, pero no había nadie allí. He tratado de contactarla y no me toma la línea... -informa, ladeando sus manos-..., estoy muy preocupado, ¿qué es lo que sucede? -Inquiere con un tono de voz temeroso.

-Ah... pues... -balbucea la rubia-. Verás, Aidan, hoy secuestraron a Caitlín, y estamos...

- ¿¡Qué!? -Exclama el chico. De súbito, sus manos tocan su cabeza como si fuese un golpe que haya recibido-. ¡Jesús! Pero..., ¿cómo es que...?

-Mejor pasa y te lo explico con calma, ¿te parece? -Conjetura la chica, y él accede.

CAITLÍN.

Hace mucho frío.

Seguro es porque tomaré algún resfriado en cuestión de minutos.

No sé qué horas son, y éste haz de luz, por lo visto, no es luz solar. Ya llevo horas aquí y no cambia en nada su intensidad.

Necesito un .

Pienso.

Sigo cansada, y dormir así se hace más incómodo al llevar tanto rato aquí que hasta, a veces, me siento sofocada.

HASTA EL FINAL DEL CAMINO © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora