09 | Reconoce tus miedos.

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¡Es tan emocionante retomar éste hermoso camino!

¡Mis ojitos están aguaditos :,)!

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LAURA.

–– ¿Donde está Chester y Sun? ––Inquiero, cambiando el tema de conversación con Charlie al cerciorarme de mi derredor con la mirada. Al percatarme de mi oportuna intermitencia entre sus palabras, agrego––: Oh, lo lamento.

–– Esta bien, tranquila ––Musita, formando una sonrisa sobre sí.

–– Es que los dejé hace un momento aquí ––Mencioné, señalando a mi lado, donde hasta hace un momento de ser interrumpida por mi novio, me encontraba con ellos en el suelo, abrazándolos. No me preocupa tanto que se pierdan, o sea, están en un lugar completamente seguro, sino que caigan en grandes problemas con alguna de sus travesuras e incertidumbres. Chester es partidario de ellas.

Sigo observando a mi derredor y no encuentro una mínima pista de él.

–– Laura... ––Musita Charlie, volteo a verle y me encuentro con una sonrisa traviesa sobre sí. Por su parte, me hace un ademán con su mirada; por la confusión que se enmarca en mi ceño, él se adelanta a señalar con su dedo índice a alguna parte, y agrega––. Allá. ––Así que decido seguirle con mi mirada.

–– ¿Qué suce...? ––Mi vista se topa con el túnel, pero Chester y Sun no se ven a simple vista, así que supongo, deben de estar adentro, mi canino ama la diversión, pero es poco probable que allí estén––. ¿Cómo estás tan seguro de que allí se encuentren? ––Inquiero, alzando mis manos incrédula.

–– Los vi entrar, ––asegura muy sereno–– el pobre Sun iba arrastrado por las temerosas garras de Chester a ese lugar tan tétrico ––Menciona, cargando de la misma imperturbabilidad en su mirada y seriedad en cada palabra. Lo me hace fulminarle con mi mirada, formando una linea recta en mis labios––. ¿Qué? No me sorprende que él tenga esa crueldad dentro de sí, o sea, ¿¡cómo llevar a un indefenso animal allí!? ––Exclama, alzando sus manos fingiendo preocupación.

–– Si tanto te preocupaba eso, ¿¡por qué no lo salvaste de ese tétrico lugar!? ––Imité su mismo acto de dramatismo.

–– Ehhh, no. Yo paso ––Niega con su cabeza, dibujando una mueca en sus labios. Este acto me provoca una abertura redonda en mi boca de perplejidad.

–– Oh, pero prefieres que me preocupe ––Señalé con incredulidad––. ¿Qué tiene de malo? ––Inquiero. 

–– ¿El aviso o, el lugar? ––Contraataca. Aquella ultima palabra llama mi atención, haciéndome fruncir mi entrecejo.

–– ¿Le tienes fobia a los túneles? ––Cuestioné con un tono incrédulo mezclado de vacilación.

Él no hace más que una simple mueca en sus labios, luego los abre en un intento de añadir algo pero se hace cada vez más largo el tiempo en que trata de decirlo. Me cruzo de brazos esperando una respuesta más rápida de su parte, acto útil.

–– Bu-bueno ––Titubea en un intento de bufido––. Recuerdas las fotografías que te mostré de mi infancia, ¿no?

HASTA EL FINAL DEL CAMINO © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora