–– Lo primero que debemos hacer es... ––Laura trata de darle las indicaciones a nuestros vecinos para que hagan las galletas––. Espero... no sé donde deje las chispas de chocolate ––Menciona, incrédula, mientras busca en su refrigerado y luego en la alacena de la cocina, pero según según sus expresiones, no encuentra nada––. Es extraño, las había puesto...
–– ¿No son éstas de aquí? ––Inquiere Sebas, tomando un frasco, con muchas chispas de chocolate, que estaba a un lado del microondas.
–– ¡Oh, qué bien! ––Exclama Laura, tomándola de sus manos––. Sí, muchas gracias.
–– No hay de qué.
–– ¿Puedo probar la chispas de chocolate? ––Inquiero, acercándome hacia ella y mirar fijamente el frasco que baila en sus manos. Ella fija su mirada en mí para luego asimilar porqué repentinamente llegué a ella––. Dame un poco, ¿sí?
–– Oye... ¿qué? ––Observa el frasco que en su mano derecha, luego vuelve su vista hacia mí, mientras no paro de mirarlo y agrega––: Oh, ya estuvo bueno de ver Matilda, ¿vale? ––Comenta, entre risas al fijarse de que estaba tratando de imitar sus habilidades.
–– ¡Bingo! Es Matilda ––Exclamé, dando un pequeño salto al escuchar el nombre de la niña que me inspira a tomar esos poderes tan maravillosas–– Gracias por recordarmelo. Espera... ––Mencione, al ver que Laura se dirige hacia el refrigerador.
–– ¿Qué sucede, Chester? ––Inquiere, al sentir mi insistencia.
–– Creo que quiere probar las chispas ––Comenta Dani.
–– Oh, sí. Quiero un poco ––Alegué, agitando mi cola de un lado a otro.
–– Ah, lo hubieses dicho antes, pequeño.–– ¿Esto es en serio? ––Mencioné, incrédulo. Luego ella saca un puño de chispas en su mano y las coloca en mi tazón. Rápidamente me dirijo hasta él para probarlas. ¡Ya estoy babeando! Lo digo en serio––. ¡Oh, qué delicia!
–– Muy bien. Sebas y Dani, empecemos con la preparación ––Comenta mi humana mientras se coloca su delantal.
–– Laura... ––Musita el pequeño Dani. Éste niño es de apenas unos seis años y Sebas es un año mayor que él. Yo, después de disfrutar ese bocadillo, me acerco hacia ellos para luego sentarme cerca de mesa donde Laura decidió hacer su mise en place.
–– ¿Sí, dime?
–– ¿Por qué si eres veterinaria, también tienes habilidades de repostería? ––Inquiere, con un semblante curioso en sí.
–– Bueno, Dani... ––Murmura, y mientras se va colocando su gorro, se sienta para advertirle en un ademán a Sebas para que la ayude a hacer un nudo tras su cuello––. Precisamente, porque ambas cosas me gustan. Una la ejerzo porque era mi sueño, y esto... ––Señala con sus manos hacia la mesa–– Digamos que es como hobby para mí, y desde que Chester llegó a mí, lo he tomado como una forma de consentirle ––Objeta, finalizando con una sonrisa en sus labios.
–– La forma más exquisita que tiene de demostrar su amor hacia mí ––Comenté, satisfecho.
–– ¿Chester llegó a ti? ––Inquiere nuevamente el niño.
–– ¡Vaya, pero si haces preguntas! ––Exclama Laura entre risas.
–– ¿Eso es malo?
–– No, no, no ––Ladea su cabeza––. Es más, nunca te detengas. Siempre es bueno saber algo por tus propios méritos ––Objeta, tomándole sus manos––. Siempre he creído que es mejor matar la curiosidad antes de que ella lo haga ––Agrega, levantado su dedo índice para después guiñarle y añadir una suave sonrisa––. Así que, respondiendo a tu pregunta, Chester estaba extraviado y yo lo encontré pero... pienso que llegó a mí y es por una forma más profunda, eso luego lo entenderás ––Menciona, revolviendo el cabello del pequeño, luego toma una bocanada de aire y agrega––: Comencemos. Antes de comenzar, debemos lavar nuestras manos para evitar cualquier tipo de bacteria en nuestra comida.
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HASTA EL FINAL DEL CAMINO © [TERMINADA]
Novela Juvenil«La vida siempre te estará brindando una segunda oportunidad, depende de ti salir a buscarla». Chester, es un personaje canino, cuyo propósito es hacer feliz a su humana: Laura, luego de haberse encontrado con ella bajo una noche tormentosa en una e...