45 | Una gran despedida.

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CAITLÍN.

Chester decidió adentrarse de momento al lugar, pero fue él solo y dejó que Princesa siguiera con nosotros. Sin embargo, no nos detuvimos a pensar en ello, así que nos encaminamos hacia él.

Al llegar hacia la entrada, las compuertas se abren, dándonos paso hacia dentro. Y es allí cuando vemos a una Médico Veterinario recibiendo al can, y luego se acerca una chica pelirroja, uniéndose al momento, con su rostro luminoso. Como si de ver un milagro florecer, se tratase. De alguna forma, me hace sentir tan bien que él sea tan querido por tantas personas, y es que de seguro se lo ha ganado, porque conmigo se ha merecido cada fibra de mi corazón, bueno, en sentido figurado, porque obvio que éste perteneció a alguien más. Alguien que también ha compartido parte de su vida con él.

Seguimos avanzando mientras vemos como el momento se vuelve mágico por ambas Veterinarias. Susurran algunas cosas para él, y de momento, la pelirroja se percata de nuestra presencia.

—Oh, señora Margot, al fin dieron con él. —Dice la chica, emocionada, acudiendo a su recibimiento.

—Bueno... es algo distinta la historia, Melissa. —Explica Margot.

— ¿A qué se refiere con distinta? —Inquiere la pelirroja, con su entrecejo fruncido.

—Él vino a nosotros... —empieza, es cuando la mujer que quedó abrazada a Chester, decide acercarse para escuchar—... y nos ha traído una gran sorpresa. —Menciona, observándome esta vez a mí, sonriente.

— ¿Cuál es la magnitud de esa sorpresa? —Inquiere la mujer de apariencia adorable, tal como la tía de mi amiga.

—Infinita... —asiente Margot.

Me agrada escuchar que, a pesar de su pérdida, Andersson y Margot se mantienen fuertes en éste momento. No sé qué se siente estar en sus lugares, pero he escuchado que el fallecimiento de un hijo es una gran desdicha. Soy la menos indicada para pensar esto, no obstante puede que en su momento estuvieron hundidos en la tristeza y el dolor, al igual que Chester, pero la vida es lo que sigue, y por lo que me han dicho, su hija fue muy feliz al cumplir lo que tanto añoraba.

Margot se encarga de explicar, a detalle, lo que va del día y lo que he contado al respecto de Chester y de mí. De vez en cuando, intervengo para dar más detalles. Aunque no dejo de pensar en la pronta despedida que tendré con Chester.

Ambas veterinarias se ven conmovidas por todo lo que le estamos comentando. Es por ello que me agrada la impresión que mantienen, sé que de alguna forma estoy inmiscuida en el sentimiento, porque aunque no sea el mismo, yo también me vi enfrentada a ésta extraña realidad que se hace cada vez más importante en mí.

—Oh. Qué bueno que haya regresado, lo hemos extrañado tanto, sobre todo en el área de reposo. —Expresa, quien ahora sé que es: Holly—. ¿Les parece si hacemos un pequeño recorrido hasta allá? —Inquiere, más hacia mí.

—Sí, por favor. Me gustaría. —Asiento, y comenzamos a andar.

Recuerdo lo que Aidan me habló una vez al respecto de éste lugar, y de lo que vio en cuanto a un canino parecido a Chester.

Jamás se imaginó que él fuese parte de esto.

— ¿Chester era Veterinario o algo parecido? —Inquiero en dirección a Holly, mientras vamos de camino al ascensor.

—Asistente Veterinario, en su caso, para el área de reposo... —me explica—, siempre fue dedicado a su lugar de trabajo. —Se detiene, luego vuelve la vista a todos, en modo de conteo—. Vaya, tendremos que tomar las escaleras si queremos llegar al mismo tiempo. —Explica sonriente.

HASTA EL FINAL DEL CAMINO © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora