— ¿Qué tal el vuelo? —Pregunta mi novio mientras entramos en su auto y el se ocupa por llevar el equipaje al maletero.
—Como siempre... —respondo, y le obsequio una sonrisa después de que él se sube al auto.
Él frunce sus cejas y me observa curioso, por supuesto, observo la mitad de su rostro porque mi can se cuela en medio. Me extraña su reacción, pero logro identificar el porqué siguiendo la dirección en la su nariz apunta: Charlie ha puesto un muñeco canino que guinda desde el espejo retrovisor; como es nuevo a sus ojos, tiene deseos curiosos —bien dicen que las cosas se parecen a sus dueños— y posiblemente de saborearlo como juguete.
—Pero qué lindo juguete... —musito tras echar mi mano hacia él para tocarlo.
— ¿Te refieres a mí? —Inquiere divertido. Le doy una mirada mezclada de sarcasmo y diversión. Luego agito el muñeco y él hace una falsa mueca de captación— ... oh, pues, quise darle algo de plus a mi coche —se encoje de hombros. Yo me río al tener en cuenta que es el único objeto decorativo que invade aquí.
—No me digas...
—Síp. Oh, y Chester, no trates de comerlo —da un toque al pecho de mi can para apartarle del presuntuoso objeto—. Lo compre pensando en ti, amigo... para que me tomas una pizca más de cariño —le da un guiño de ojo y se vuelve en sí para encender el auto. Es un acto que me produce gracia al tener en cuenta que no va a obedecerle. Pero vive con ello.
—Apresúrate, llegaremos tarde... —le digo preocupada.
—No habrá problemas... son solo cinco casos similares, Lau —dice estas palabras que con dicho objetivo de calmarme es al instante cumplido.
Las canciones de Coldplay se cuelan en el reproductor, me dejan inmersa en distintas hipótesis sobre lo que se avecina. Vamos en marcha al centro veterinario, y Charlie trata de tomar los atajos que se unen rápidamente en camino a éste.
—La curiosa similitud es que vienen del mismo sitio, en un callejón de Sunshine, para ser exacto —pronuncia, logrando sacarme de mi ensimismamiento. Lo observo atenta para siga—: mismas raspaduras en su pelaje. Ojos legañosos e irritados, como cuando las personas lloran mucho. Se hicieron algunos exámenes de tiña, placas, etc. Solo uno tenía una costilla rota, pero ya fue a cirugía. Bueno, dejé a Carlos con el Dr. Andreu y el Dr. Marcus resolviendo lo demás mientras vine por ti.
— ¿De qué especie son? —no se me ha pasado por la mente saber si eran la mis especie.
—Son domésticos: dos gatas y tres perros, una cachorra y dos machos jóvenes —me informa.
—Qué extraño... —musito. No me permito sacar más ideas sobre eso, no quiero tener que esperar algo para luego tener una impresión no tan buena.
Charlie aparca el coche y me apresuro a salir. Antes de que pueda abrir la puerta trasera para que Chester salga, él lo hace por su cuenta saliendo también detrás de mí. Verifico por si no habrá arrancado el juguete del espejo retrovisor, pero está intacto. Parece que lo entendió perfecto.
—Vamos... —dice Charlie mientras se lleva mi bolso de terciopelo, y supongo que es allí donde metió todas mis cosas.
Un bolso elegante...
Mmmm, supongo que no encontró otro de tantos que había en mi closet. Me río internamente imaginando el desastre que haría y desharía buscando mis cosas.
Dejo de lado mis conclusiones y tomo a Chester de la cuerda para llevarlo conmigo lo más rápido posible. Jamás imaginé que correr se haría parte de mi cotidianidad, normalmente odiaba esto al principio hasta quedarme sin oxígeno. ¡Pero qué pizca de cambio hace una! Por supuesto, a Chester nunca pereció afectarle esta rutina. Más bien parece divertirle y agradable el propósito que aquí cumple. ¿Cómo es que él me complace tan bien con su compañía? Desde antes de tenerlo en mi vida, se podría decir que era normal, pero, ¿ahora? Ahora los efectos de la entropía relucen en mi vida. Siempre le he dado valor a la misma, pero ahora existe algo que va más allá de lo valioso.
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HASTA EL FINAL DEL CAMINO © [TERMINADA]
Teen Fiction«La vida siempre te estará brindando una segunda oportunidad, depende de ti salir a buscarla». Chester, es un personaje canino, cuyo propósito es hacer feliz a su humana: Laura, luego de haberse encontrado con ella bajo una noche tormentosa en una e...