23 | Gracias por estar conmigo siempre.

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Ha pasado una semana desde que hemos capturado al hombre. Chester está en buenas condiciones, bueno, mejor que nunca. A sus dos días de reposo, quería regresar a las fuerzas a su trabajo. Lo dejé aquí para que no se sintiese solo en casa. Y compartiera con sus pacientes de reposo, y mis compañeros. Pero, me preocupaba que se estresara y no mejorara, así que le permitimos que hiciera parte de su trabajo, y que se quedara. Yo me iba tarde para pasar más tiempo con él, y Charlie se iba conmigo a casa para hacerme compañía. Le aseguraba que me encontraba bien, pero insistió.

Tampoco lo pasamos tan mal...

Hoy Chester regresa a casa, luego de revisarle su herida, está en su mejor estado.

Paso por la sala de reposo y veo que está muy entretenido en lo suyo, así que no quiero intervenir, aunque muero por abrazarlo, —de acuerdo, fui a intervenir y lo abrace, es irresistible—.

— ¿Cómo estás hoy, amigo? —Inquiero, tras apretarlo a mí—. ¿Listo para regresar a casa? —Mueve su cola y percibo la emoción en sí.

—Hola, Lau —Musita la reconocida voz de mi amiga Meli.

Me estuvo ayudando con Chester mientras no era mi turno o, me encontraba en cirugías.

—Eh, ¿como estás tú? Te veo cambiada —alabo su aspecto.

Carlos y ella se van muy bien desde que Meli se decidió a dominar sus miedos, y eso me enorgullece. Es una chica muy guapa, además de gran persona y se merece sus buenas oportunidades.

—Mejor que Chester —señala, refiriéndose a lo bien que se ve—. Son buenas noticias, desde luego —chilla feliz por el cumplido que le di, sin duda un cambio siempre es bueno—. ¿Y tus padres?

Llamé a mis padres la mañana siguiente de resolver el caso, les conté cada detalle. A principio estuvieron aterrados, y cuando les conté lo de Chester estaban a una palabra más de venir a vernos; luego estuvieron más aliviados con los resultado y cada mañana los llamaba y me encontraba muy feliz con la mejoría de Chester, y ellos también. Sé que fue algo no tan grave, pero me sentí aterrada y cada que veo a Chester en buenos ánimos, mejor estoy.

—Ésta mañana me han dicho que tienen nuevos animales en la granja —le comento con una sonrisa.

— ¿Hablas de la que era tu antiguo parque de juego? —Señala.

—Síp, la misma. No te sales ni un poco. —Digo, y me río.

—Sarah me llamó ayer... en la noche, una vídeo-llamada, olvidé contarte. —Me comenta.

— ¿Alguna novedad? —Inquiero. Chester se sienta sobre sus patas traseras como si estuviese interesado en el asunto.

—Bueno, sobre ella, no más de la que nos has contado. Estaba preguntando por Chester. —Objeta con media sonrisa.

Ella también se enteró por mi vía, le conté cada detalle al igual que a mis padres. Luego de que todo estuviese bien con Chester, me anime a decirle a los chicos sobre lo bien que está su local, su servicio y sus postres. Obvio que les comenté también lo holgazana que a veces es, en el buen sentido, reímos al recordar las veces en que Charlie se lo decía, siempre se andaban peleando como hermanos. Aunque, olvidé mencionar el detalle también de que ellos son primos, ella vivía en casa de los padres de mi novio. Por ello es que mantenían siempre cercanía y se trataban como las peores personas del mundo, claro está, pero existía la buena relación entre primos.

—... pero, lo gracioso de todo es que él al escuchar su nombre se entrometió en la conversación... —se ríe— casi para dar respuesta sobre su condición: «como ves, estoy bien» —imita una voz particular para dar referencia a Chester.

HASTA EL FINAL DEL CAMINO © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora