El parque de diversiones P2

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Q: parece que por fin se va la gnomo –dijo molesta-

J: tía San, la amiga de mamá se está yendo –dijo señalando hacia la pequeña castaña-

S: no se irá, no pasa nada –dijo dándole otro bocado a su hot dog-

J: y si lo hace de verdad? –dijo un poco preocupado-

S: no lo hará, pero para estar seguros –dijo mirando a Quinn- tú deberías ir por ella –dijo 
señalando a la rubia-

J: si mami ve tú por ella 

Q: no haré eso –dijo molesta- además parece que esta vez si se irá –dijo señalándola- 

La morena regresó su mirada a Rachel y pudo ver que estaba vez si hablaba en serio, la castaña había salido del parque. 

Maldita sea Rachel dijo la morena tirando lo poco que quedaba de su hot dog para salir corriendo tras ella.

Rachel espera gritaba agitada la latina, no te vayas aún, la castaña parecía no escucharla caminaba cada vez más rápido en busca de algún vehículo que pudiera regresarla a la ciudad.

S: espera –dijo poniéndosele en frente-

R: qué quieres? 

S: vaya que para ser tan pequeña caminas muy rápido –dijo con las manos sobre sus 
rodillas-

R: eso era todo? –dijo tratando de seguir su camino-

S: no Rach –dijo parándola nuevamente— no te vayas por favor

R: si lo haré

S: te lo contaré todo Rach pero no te vayas aún

R: no es sólo eso San, son ellos 

S: relájate un poco, venimos a pasarla bien olvídate que de todo y relájate-dijo dándole ánimos a su amiga para que se quedara--

R: a pasarla bien? –preguntó irónica- no entiendes que mientras ella esté a mi lado no puedo estar bien

S: pero por qué? 

R: porque la amo y cada vez que la veo con su pequeño hijo pienso que todo lo que un día pudo haber entre nosotras ya no lo será porque me cambio por alguien más después de repetirme que me amaría siempre 

S: entiendo –dijo afirmando con su cabeza- pero tendrías que escucharla antes de juzgarla

R: no hay nada que escuchar, las cosas son como son

S: lo entiendo, entiendo todo eso pero quédate por favor –dijo suplicante- prometo que no te dejaré solo con ella –dijo cruzando sus dedos detrás de su espalda para justificar su falsa promesa- hazlo por mi

R: pero San 

S: hazlo por mi por favor, eres mi mejor amiga y te quiero este día junto a mi 

La morena insistió por varios minutos para que Rachel no se marchara, prometió toda clase de cosas para que no se fuera, todas mentiras por supuesto.

R: está bien San, lo haré

S: genial, gracias amiga –dijo dándole un abrazo- 

R: pero tendrás que contarme que has decidido

S: está bien –dijo mientras empezaban el camino de regreso al parque de diversiones donde 
se encontraba Quinn con el pequeño Jim-

R: tienes un brillo especial –dijo de repente –

S: esta vez tienes razón y este brillo especial es por ella –dijo sonriente-

R: de que me perdí? –preguntó confundida-

S: es ella, es Tiffany –dijo con gran alegría en sus palabras- ha regresado

R: en serio ha regresado por ti? 

S: bueno no por mí pero, la encontré hace días en una discoteca, como sea lo importante 
es que sé que está aquí y que me ama –dijo haciendo gestos alusivos a con sus manos-

R: y Britt? –preguntó dudosa- qué harás con ella? 

S: nada no haré nada

R: y todo lo que has hecho?

S: pero no hice nada, sólo salimos un par de veces –dijo quitándole importa-

R: le diste falsas esperanzas San

J: no te fuiste –dijo lanzándose a los brazos de la castaña-

Quinn la mirada desde unos pocos metros donde aún aguardaba sentada, sintió un terrible miedo cuando notó que Jim se disponía a abrazar a Rachel, temía que la castaña una vez lo fuera a rechazar o dijera algo hiriente que terminara de destrozar los sentimientos del pequeño.

R: así es hoy me quedaré a divertirme con ustedes –dijo correspondiendo al abrazo del niño y dejando totalmente impresionadas a Santana y a Quinn- 

Qué demonios le está pasando pensó Quinn mientras que Santana se preguntaba si Rachel ya había entendido que el pequeño no tenía la culpa de nada o si por fin le daría a Quinn la oportunidad de explicarle todo.

J: vamos a los carros chocones –dijo tomándola de la mano-

R: no te quedes ahí San, vamos –dijo dirigiéndose a los carros chocones-

Los tres caminaron muy sonrientes hacia la fila de aquel juego mientras Quinn por su parte 
se encontraba totalmente desanimada

Q: no sé qué te traigas entre manos pero te advierto que si haces algo que pueda llegar a herir a mi hijo te las verás conmigo –dijo en tono amenazante-

R: no te preocupes rubiecita –dijo arrogante- no haré nada malo

S: ya está vamos –dijo mostrándoles los boletos-

R: nosotros en este San–dijo sentándose en un carro rojo-

S: qué ocurre pequeño? – preguntó dulcemente al ver la cara de tristeza del niño-

J: quería sentarme con la amiga de mamá –dijo cabizbajo-

La castaña alcanzó a escuchar lo que el pequeño le había dicho a la latina y sin dudarlo lo invitó a sentarse con ella.

R: hey pequeño –dijo desde su asiento- 

Jim volteó a mirar a la castaña con una gran sonrisa en su rostro

R: ven aquí, conduciremos juntos este carro –dijo invitándolo a sentarse-

J: siiii –dijo emocionado corriendo a sentarse junto a la castaña- 

S: bueno supongo que las dos iremos en este carro –dijo tomando asiento- seré yo quien maneje –dijo tomando el volante-

Q: como quieras, da igual –dijo sentándose desganada-

Una vez que estuvieron listos el tiempo del juego inició.

J: allí va mamá –decía señalando el carro donde se encontraba- 

R: sujétate fuerte – dijo apretando el acelerador- 

Paaffff!!!! sonó el choque de los dos carros.

S: eso fue trampa –dijo sonriente-

Paaffff!!! sonó el choque de los dos carros nuevamente.

R: eso fue genial –dijo chocando su mano con la del pequeño Jim-

Q: owww demonios –se quejaba del dolor- esta vez si me la pagará esa enana –dijo 
tomando el volante

S: pero que vas a hacer? –dijo con sus manos aún el volante-

Q: hijo sujétate fuerte –le gritó desde su carro-

S: sólo es un juego –decía sin querer soltar el volante-

Q: dame acá –dijo arrebatándole el volante-

Paaffff!!! Sonó el choque del carro de la rubia y la castaña

Q: estás bien hijo? –preguntó alejándose un poco-

J: si mami estoy bien –dijo sonriente- estuvo divertido

R: estás loca o qué? –dijo molesta- casi salgo volando 

Q: te lo mereces, tú hiciste lo mismo –dijo señalándola-

Las chicas se declararon la guerra en el juego, choques iban y venían todo se había vuelto personal. Jim fuera de los golpes que los choques traían consigo disfrutaba al máximo cada momento al igual que Santana que sonreía al ver que sus amigas tras sus peleas en el juego se brindaban pequeñas sonrisas casi imperceptibles. 

J: wooowww estuvo genial –decía emocionado dejando el carro- 

R: si claro genial –decía adolorida-

S: uuuuffff !!! fue lo máximo deberíamos repetir este juego 

Q: repetir?? -preguntó incrédula- nooo San quieres que nos matemos acaso? Esta 
gnomo es una loca al volante –dijo riendo-

R: lo mismo digo –dijo riendo también-

J: vamos a la montaña rusa –dijo señalándola-

S: si, el último en llegar paga la entrada de todos -dijo mientras salía corriendo-

Q y R: no, la montaña rusa no!!! –dijeron al unísono con algo de temor en su voz, sin embargo la latina no las alcanzó a escuchar-

X: le digo que el niño no puede subir –decía el señor de control-

S: pero yo me haré responsable del niño 

X: le estoy diciendo que no

S: chicas el señor –dijo señalándolo- no quiere dejar subir a Jim

R: no importa yo me quedaré con el pequeño –dijo acercándose a el- 

Q: seré yo quién me quede con él, además es mi hijo quien más que su madre para cuidarlo mientras ustedes se divierten –dijo tomándolo de la mano-

J: pero yo quiero subir tía San –dijo triste-

S: esperen aquí –dijo dirigiéndose nuevamente hacia el señor de control-

Q: yo me quedaré contigo mi amor –dijo abrazándolo-

R: no yo me quedaré contigo amiguito –le decía sonriente-

Las dos chicas se disputaban quien se quedaría con Jim mientras las otras dos subían a la montaña rusa.

S: listo –dijo acercándose- 

Q: qué? 

S: corazón puedes subir –dijo sonriente-

J: genial, gracias tía San –dijo abrazándola-

S: vamos chicas –dijo animándolas- no me digan que tienen miedo

j. vamos mamá no seas cobarde –dijo tomándola de su mano-

S: vamos allì –dijo empujando a Rachel-

Los cuatro se acomodaron, la castaña se sentó junto a Rachel mientras que Quinn se sentó con el niño.

S: ups!! Olvidé decirles que James dejó pasar a Jim si se sentaba conmigo

R: qué? No me sentaré junto a ella –dijo molesta- lo prometiste Santana

Q: tampoco me hace gracias sentarme junto a ti gnomo –le dijo cortante cruzándose de brazos-

S: lo siento chicas fue lo que tuve que hacer para que el pequeño pudiera subir

R: me bajaré –dijo dirigiéndose a la salida-

X: lo siento ya no puede bajarse el juego está por comenzar

R: déjeme pasar –dijo molesta-

X: lo siento señorita no puedo hacer eso, tome asiento por favor 

S: Rach por favor 

R: demonios tendré que ir con esta loca –dijo sentándose de mala gana-

S: por cierto chicas tienen el primer asiento, yo iré atrás con Jim

R: genial –dijo rodando los ojos tomando asiento-

Q: que te pasa? No me digas que tienes miedo? 

R: claro que no –afirmó segura- lo que me molesta es estar cerca de ti 

La castaña se había empeñado en asegurar que no le tenía miedo a la montaña rusa, que era un juego muy infantil, la rubia por su parte había hecho lo mismo sin embargo las dos se morían de nervios , ninguna quería subirse allí pero su orgullo y no quedar como cobardes les importaba más que quedarse en tierra en plena tranquilidad.

S: genial –gritaba la morena disfrutando de la adrenalina del juego, sin embargo sus gritos eran apagados por los chillidos de la castaña-

Q: oh dios mio!!! -dijo tapando sus ojos ante una bajada enorme-

R: noooo!!! me quiero bajar, me quiero bajar –repetía desesperada-

La desesperación en la castaña era tan grande que sin darse cuenta había tomado la mano de Quinn para sentirse un poco más segura.

R: esto fue la experiencia más aterradora de mi vida –dijo una vez que el juego terminó-

S: por lo visto no ha sido tan malo –dijo la latina mirando directamente a sus manos 
entrelazadas-

R: suéltame Quinn –dijo asustada-

Q: has sido tú –dijo soltándola velozmente-

S: si claro como no –dijo incrédula-

J: fue muy divertido mamá, sentía que podía tocar las nubes –decía mientras caminaban-

S: las que han tocado las nubes son otras –dijo mirándolas-

Q: cállate Santana

J: ahora a dónde vamos? –preguntaba inquieto-

S: un momento –dijo tomando la llamada- amor?

Los años pasan, la gente cambiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora