La morena lloraba, lanzó la puerta esperando que todo fuera un sueño, una maldita pesadilla pero dolorosamente se dio cuenta que todo era real, que todo el dolor que sentía era real, que todo el miedo que sentía era verdadero y que la Tiffany que vio, la que la golpeó era real.
Los golpes en sus brazos, su labio sangrante y el ardor de sus cachetadas más que lastimar la carne lastimaron el alma de la morena.
Quería llorar, quería desahogar todo el dolor y temor que sintió, quería contárselo a alguien pero sabía que la verían débil y eso era algo que Santana no podría permitirse.
Quería recurrir a Rachel pero sabía que la castaña ya había tenido bastante con los problemas a los que Quinn ahora se enfrentaba y aunque también quisiera correr a consolarse, a llorar y refugiarse en los brazos de Brittany ella mismo se lo impedía, quería demostrar que era feliz, que su decisión había sido la correcta.
Con lágrimas aún bajando por su rostro manejo hasta un lugar despejado para buscar la estrella que Brittany hace unos días atrás le había regalado, sabía que ese era su lugar especial y que tal vez si le contaba ya no cargaría sola con el enorme dolor que ahora sentía.
La morena pasó horas dejando las lágrimas correr mientras se abrazaba a sí misma y mantenía su mirada fija en la estrella.
Q: Santana? -preguntó extrañada-
S: lo siento ya me iba -dijo al verla despertar-
Q: qué te ha oc-u-rri-do -dijo pronunciando la última palabra con dificultad-
S: vaya ya estás mucho mejor con tu habla -dijo desviando el tema-
Q:que te ocurri-ó?
S: nada -dijo mientras acomodaba su gorra y gafas-
Q: eso no es na-d-a -dijo sosteniendo su mano-
S: me han asaltado
Q: si claro -dijo molesta- algo no está bien
S: me da igual si me crees o no -dijo soltándose- me voy antes de que Rachel llegué -dijo tomando sus cosas-
Q: has pas-a-do la noche aquí?
S: sí
Q: por qué?
S: no quería que Tiff me viera llegar así -dijo fingiendo preocupación- ahora me voy
Q: ha ido muy lejos
S: qué? -dijo mirándola molesta-
Q: Tiffany se ha p-as-ado -dijo amenazante-
S: estás loca -dijo molesta-
Q: ya te dis-t-e cuenta lo que estás haciendo?
S: ah sí y qué estoy haciendo? -preguntó irritada-
Q: est-as perdiendo todo por nada
S: tú me estas diciendo eso a mi? -dijo irónica- la que está perdiendo a la única persona
que la ama y todo por su estúpido orgullo -dijo riendo-
Q: date cuenta de tu error
S: no, tú date cuenta de tu error -dijo saliendo de la habitación- definitivamente estás tarada -dijo con orgullo-
La morena había dormido allí, aprovechó que la castaña cada día regresaba a casa para cuidar del niño para tener un lugar seguro en el cual pasar la noche.
B: San? -preguntó insegura-
Mierda no puede ser pensó la morena, era lo peor que le podía pasar en esos momentos.
Cómo es posible que me pase esto a mí, se supone que a esta hora debería estar en el trabajo, que hace aquí pensaba alarmada.
B: San? -repitió-
S: hola Britt -dijo aún de espaldas-
B: que haces aquí -preguntó alegre-
S: vine a echarle un vistazo a Quinn -dijo mientras avanzaba a su auto-
B: espera -dijo tratando de alcanzarla-
S: tengo que irme pronto sino me retrasaré al trabajo -dijo con la cabeza baja-
B: espera San -dijo tomándola del brazo-
S: mmm -dijo en un gesto de dolor-
B: qué ocurre? -preguntó girándola bruscamente-
S: nada -dijo tratando de esconder su cara-
B: déjame ver -dijo sospechando algo-
S: tengo que irme, suéltame Britt
B: esos son golpes? -preguntó incrédula-
S: trataron de asaltarme
B: y esto también te lo hizo el ladrón? -dijo descubriendo los moretones en sus brazos-
S: me he golpeado antes
B: déjame ver -dijo quitándole la gorra y las gafas-
La rubia no podía creer lo que veía.
B: mierda Santana -dijo molesta- mira cómo estás -dijo al ver las heridas en su labio y los moretones en su cara y brazos
S: no ha sido nada
B: esto te lo ha hecho ella verdad?
S: claro que no -dijo enérgicamente-
B: júramelo Santana -pidió- júrame -volvió a decir enérgicamente tras el silencio de la latina- lo sabía
S: yo me lo he buscado
B: la voy a matar -dijo apretando sus puños-
S: no lo hagas -pidió-
B: Santana mira cómo te ha dejado y aún la defiendes? -preguntó incrédula ante las
palabras de la morena-
S: es sólo que -trató de decir-
B: nada Santana
S: perdió el control, nada más
B: perdió el control? Santana no me digas que luego de esto vas a seguir a su lado? -
preguntó molesta-
S: yo -dijo dudosa-
B: Santana, mierda reacciona -dijo agitándola- no es que perdió el control, mira lo que te ha hecho, si te amara jamás te hubiera puesto un dedo encima -dijo mientras la tomaba fuertemente entre sus brazos- júrame que no volverás con ella, la próxima puede pasar algo peor -dijo mientras la hacía sentir segura entre sus brazos-
S: necesitaba tanto esto-dijo volviendo a llorar mientras se aferraba desesperadamente a los brazos de la rubia-
B: nadie tiene porque hacerte daño Sanny -dijo dándole pequeños besos en su frente- nunca
La rubia sentía que su corazón se rompía con cada lágrima que resbalaba por las mejillas de la latina, eso le destrozaba pero también la llenaba de rabia.
B: vamos San, te voy a curar -dijo mientras la llevaba a su carro-
S: tienes que trabajar -dijo secando sus lágrimas-
B: no San, es por eso que he venido temprano, en la tarde viajo a Canadá a una
competencia, así que aprovecharé para curarte esas heridas
S: gracias -dijo entrando en el asiento del copiloto- a dónde vamos?
B: a casa -dijo mientras le sonreía tiernamente-
S: pero Rach? No quiero que ella me vea así -dijo mirando por la ventana-
B: son las 8 ya estará rumbo a la escuela del pequeño, así que todo estará bien -dijo
apretando su mano-
S: está bien
La rubia condujo velozmente hasta el apartamento donde se estaba quedando, sabía que ahora la morena la necesitaba y no le iba a fallar.
B: espérame aquí -dijo dejándola en el sofá- voy por algo para curar eso
S: está bien
Luego de unos pocos minutos la rubia apareció.
B: aquí está, déjame ver -dijo levantando su cabeza- esto está mal -dijo examinando las
heridas-
S: luce peor de lo que realmente es
B: voy a limpiar eso, aguanta un poco -dijo tomando la botella de alcohol-
S: anoche miraba la estrella que me regalaste -dijo mientras hacía gestos de dolor-
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Los años pasan, la gente cambia
أدب الهواةBrittany regresa luego de 6 años a la vida de Santana, pero ahora la morena es feliz con alguien más. Los años pasan y la gente cambia, sólo las cosas verdaderas por más que pasen siglos permanecen en el mismo lugar, será que a pesar de todo el tiem...