Los años pasan, la gente cambia

Apretó mi mano

La pequeña castaña no sabía qué hacer, no quería despegarse de la rubia pero sabía que las chicas hablaban en serio, esta vez no le ayudarían con JIm, así que tendría que hacerlo quiera o no ella misma.

Mi amor te prometo que esta vez cuidaré bien de él, lo haré por ti mi amor pero despierta ya, por favor hazlo le rogaba la castaña.

S: amor estás llorando? -dijo al acercarse a tomar la maleta de juguetes que la rubia guardaba-

T: no –dijo limpiándose las pequeñas lágrimas que caían por sus mejillas-

S: sí lo haces, que ocurre amor? –le preguntó sentándose a su lado-

T: lo voy a extrañar mucho 

S: yo también lo haré, pero por ahora es lo mejor para Rach, el pequeño le dará el motivo que tanto busca para salir adelante mientras despierta Quinn –dijo sosteniendo sus manos entre las suyas-

T: pero San –intentó decir-

S: no pasará nada amor, él estará muy bien –dijo sellando con aquello el futuro del pequeño-

Santana y las dos rubias definitivamente habían cumplido al pie de la letra lo que le habían dicho a la castaña, la morena junto a Tiffany luego de dejar las cosas en su departamento habían desaparecido mientras que Brittany andaba muy ocupada con las presentaciones en competencias que tenía con la academia.

R: Quinnie todo va bien, eres una excelente mamá -le decía mientras sostenía al pequeño en sus piernas- has hecho un excelente trabajo con este pequeño –le dijo poniendo su quijada sobre el pequeño hombro del niño- despierta por favor 

J: si mami, ya despierta por favor 

R: tenemos que marcharnos pero sabes que siempre estamos pensando en ti, verdad 
pequeño?

J: si mami así es, siempre lo hacemos y pedimos por ti

R: así es Quinnie, pedimos para que pronto despiertes –dijo parándose para tomar sus cosas-

J: te queremos mucho

Con aquellas pequeñas frases se despidieron de la rubia luego de pasar la tarde allí, las cosas iban bien, efectivamente como lo predijo Santana la castaña se había distraído un poco con la presencia de Jim.

J: mami ya despierta por favor 

R: si Quinnie ya es hora –le dijo dándole un beso en la frente-

J: Rach me cuida mucho, es cómo si fueras tú, a veces me pongo a llorar pero me abraza 
como tú lo hacías mami, me cuida de los monstruos del armario y me defiende los niños malos, la quiero mucho

R: shhh –le dijo sonrojada- 

J: no, mami tiene que saber que eres muy buena conmigo 

R: pues lo soy porque te lo mereces 

J: por favor mi despierta ya, yo estoy muy bien así que no tienes nada más que preocuparte 
por despertar mami

Los días para la castaña tenían muy pocas horas, hubiera querido que fueran muchas más para poder estar cerca de su rubia pero el tiempo implacable no escuchaba a nadie.

Para Santana, Tiffany y Brittany las cosas eran totalmente opuestas, ellas rogaban porque el día fuera más corto, Brittany aunque estuviera concentrada totalmente en el trabajo y tuviera otro tipo de felicidad junto a sus amigos no podía evitar echar de menos a la latina aunque era menos la desesperación que sentía al pensar que todo había terminado, Tiffany por su parte era feliz pero el sabor agridulce que sentía en sus días la estaban consumiendo por dentro, sabía que las cosas no estaban bien pero no estaba dispuesta a dejar lo que tenía mientras Santana luchaba con sus fantasmas del pasado, con su cabeza y su corazón, cada día batallaba por convencerse de su perfecta decisión, además de callar a las voces de su cabeza cuando le gritaban que Tiffany la engañaba con lo de su moretón, ella sabía que era mentira pero prefería convencerse de que era verdad.

D: hasta que has regresado, te esperaba en la mañana pero bueno por fin estás por aquí –le dijo dándole un gran abrazo-

R: tuve cosas que hacer pero ya estoy aquí –dijo separándose del abrazo- vine con él 

J: hola soy Jim-dijo moviendo su manito-

D: hola Jim –le dijo alegre- bueno empecemos, haremos la bella y la bestia Rach, supongo 
que leíste el libreto

R: si algo –dijo desanimada-

D: bueno entonces apresúrate

R: está bien –dijo preparándose-

J: y yo dónde estaré?

R: te quedarás aquí pequeño –dijo sentándolo en una de las sillas del teatro donde ensayaban-

El pequeño durante los días que acompañó a Rachel a los ensayos, estuvo muy entretenido, para él era magnífico mirar a todas esas personas cantando y bailando, las horas de visita al hospital habían disminuido pero los dos estaban convencidos de que la rubia lo entendería, además de que Rachel jamás se descuidaba de él aunque estuviera ensayando.

D: de dónde ha aparecido él?

R: te molesta? 

D: sólo quiero saber porque lo traes siempre

R: haz de cuenta que es mi hijo –le dijo bebiendo un poco de agua- y de hoy en adelante siempre lo voy a traer conmigo, pero si te molesta sólo dímelo y veré donde se me aceptan con él 

D: hey, hey, hey Rach, sólo era una pregunta, cómo me va a molestar si ni se mueve de su silla –dijo señalándolo- 

R: es muy tranquilo –dijo saludándolo desde el escenario- 

D: es más tengo algo para él –le dijo entusiasmado- 

R: qué? 

D: necesitamos un niño para esta obra, y bueno contigo cómo maestra de seguro actuará 
genial

R: espera es en serio? –le preguntó con una gran sonrisa- 

D: sí, ni siquiera tendría que audicionar, tendrá el papel 

R: espera en serio, pero no es muy pequeño? 

D: claro que no, será genial, Jim seré Chip la tacita –dijo extendiendo sus manos-

R: lo hará, lo hará, a Quinn le va a encantar –dijo alegre-

Jim por supuesto cuando Rachel se lo dijo quedó encantado con la idea, quería ser parte de aquello que Rachel hacía, no fue nada difícil que el pequeño aprendiera sus líneas, estaba feliz, le gustaba hacerlo y también le ayudaba a olvidar la situación en la que se encontraba su mamá.

J: hola mami –dijo emocionado al entrar a la habitación-

R: hola Quinnie

J: mami todo está genial –le decía como si realmente lo escuchara- me divierte mucho hacerlo 

R: cuéntale que es lo que haces –le dijo mientras tomaba la mano de la rubia-

J: mami soy Chip la tacita, bailo por el escenario junto con Rach que por cierto canta genial 

R: si Quinnie este pequeño es un diamante

J: por cierto Rach me está enseñando a cantar, algún día lo haré así de bien como ella 

R: Quinnie tienes que despertar –dijo tomando su mano- 

J: ahora vuelvo –dijo yendo al baño- 

R: amor no puedes hacerme esto ni al resto tampoco, tienes que despertar, sabes el director me preguntó quién era Jim y le dije que era mi hijo, es mi hijo Quinn así lo siento pero te necesito a ti para ser una familia –dijo viendo un ligero movimiento de su dedo meñique-

J: ya vine 

Otra vez no dijo insegura la castaña, dudaba de que fuera o no real lo que había visto.

J: Rach dice que algún día seré un gran actor –decía con su pequeña mano bajo la de su madre-

R: lo serás pero ya sabes que es lo primordial

J: claro que sí, lo primordial es la entrega y dedicación, amar lo que se hace y disfrutarlo –dijo recordando las palabras que la castaña le decía-

R: exacto –dijo señalándolo-

Luego de varios minutos en los que le contaban a la rubia de su magnífico trabajo en el teatro y de lo emocionados que estaban los dos, la hora de marcharse había llegado.

R: bueno Quinnie nos tenemos que ir, este pequeño tiene tarea que hacer y líneas que repasar 

J: así es mami pero mañana vendremos

R: así es, estaremos tan puntuales como siempre 

J: adiós mami y trata de despertar por favor –dijo sintiendo un pequeño apretón en su 
mano-

R: adiós Quinnie

J: me apretó la mano –gritó- 

R: qué? 

J: mami apretó mi mano, despertó 

R: no pequeño –dijo acercándose y tomando la mano de la rubia- 

J: lo hizo apretó mi mano –aseguraba-

R: no corazón, es sólo tu imaginación –dijo recordando las palabras del doctor-

J: no Rach, mami lo hizo 

R: no pequeño, y no se lo vayas a decir al doctor sino ya no nos dejará entrar –dijo tras la 
advertencia del doctor de negar su entrada si seguía con las falsas alarmas-

J: pero mami

R: no cariño, fue sólo imaginación 

J: adiós mami, te amo –dijo saliendo en los brazos de la castaña, mirando nuevamente como Quinn levantaba un poco su dedo índice-