CAPÍTULO 17

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— CAPÍTULO 17: EXTRAÑO EN CASA. —

Habían llegado no más de las doce de la mañana. Ambas se quedaron en la camioneta estacionada ya dentro de la cochera, se quedaron dándose besos dulces y delicados con sus vestidos todos arrugados puestos.

Una vez más, Melissa quizo posarse sobre Katie para tener el control, sin embargo, ésta se rió en voz baja abriendo la puerta del auto para salir. La rubia se mordió los labios siguiéndola hasta adentrarse a la casa por la puerta interior que daba por la cocina.

Katie vio un poco desordenada la sala principal, especialmente las frituras regadas que se comía Oisin en el suelo y en el sofá ¿Qué había estado haciendo Chyler realmente cuando le pidió que cuidara a Alexandra? Melissa se le acercó por detrás abrazándola, al mismo tiempo que le proporcionaba besos en el cuello como mordeduras que la excitaban. Se dejó querer por al menos unos minutos, antes de detenerla.

— Melissa...

— Quiero hacerlo de nuevo. - Murmuró acariciando por sobre la tela del vestido sus muslos. - Fue realmente increíble, quiero repetirlo. 

— Y lo haremos, solo que... —Se volteó tomándola de los hombros. —Alexandra está aquí y puede escucharnos. 

— Está dormida... 

— Iré a revisar. —Le dijo dirigiéndose a las escaleras.

Katie fue seguida por Oisin hasta la habitación de la moscovita. Se arregló un poco el cabello al pasar por un retrato de Melissa donde se reflejó su rostro. Melissa no era la única despeinada después de todo.

El Whippet comenzó a olfatear por la rejilla inferior de la puerta, se encontraba inquieto y con la cola extendida hacía arriba... Como esas extrañas veces en que lo veía ladrar a otros perros por territorio. Lo supuso, comenzó a ladrar a la puerta de la adolescente.

— Alexandra. —Tocó la puerta, al querer abrir la puerta, la perilla tenía seguro. — ¡Alexandra, abre la puerta! 

— ¿¡Qué sucede!? - Llegó Melissa preocupada por los toques ansiosos a la puerta. — ¿Por qué Oisin está ladrando? 

— UNA HORA ANTES, RESIDENCIA BENOIST —

La adolescente permanecía inmóvil, la nariz de Melanie rozaba su mejilla hasta llegar a su propia nariz. Se sentía completamente extraña, la cercanía de la mayor causaba en ella una sensación que jamás había sentido, que no podía explicar.

La mayor tomó sus muñecas guiándolas hacía los glúteos. Tragó saliva al sentir los labios de la profesora sobre lo suyos, ella no los movió o, hizo un pequeño movimiento.

Se encontraba paralizada ante lo que sucedía.

Se suponía que adolescentes de su edad eran hormonales y que deseaban experimentar el sexo temprano, pero... ¿Qué pensaba ella realmente? Ella nunca había pensado en hacerlo con alguien, no al menos que tuviera un trabajo estable, dinero y estar casada primero. De alguna manera siempre quiso romper los estereotipos de su país, que los mayores no tenían posesión cuando querían en los menores.

Estaba ocurriendo todo lo que quiso evitar.

Serías de utilidad si algún hombre rico te desposara.

— ¿¡Por qué metes la lengua a mi boca!? — Preguntó aterrada.

— Te dije que te enseñaría lengua. — Sonrió descaradamente.

La moscovita no lo recordaba de esa manera ¡Realmente pensó que era sobre la materia no cosas hormonales! Cuando vio que acercaba el rostro hacía a ella nuevamente, se dio la vuelta quedando arriba de la mujer, la cual se rió emocionada por lo que ocurría, sin embargo, Alexandra puso su mano en la cara obligándola a pegar la cabeza en la cama sin posibilidad de levantarla.

UNA NUEVA SERIE [MELTIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora