UNA NUEVA SERIE [MELTIE]

CAPÍTULO 29

— CAPÍTULO 29: DÍA NUBLADO —

10:34 p.m., APARCAMIENTO DEL INSTITUTO

— ... ¡Cállense las dos! — Gritó Katie volteando tanto a su lado como al asiento trasero del auto. — ¡Las dos son igual de inmaduras, no entiendo como es que se llevan tan mal!

— ¡Sólo estaba asegurándome de que Frederic no se sobrepasara con mi hija! ¿¡Eso es ser inmadura!? — Se justificó la rubia. — ¡Ella es la que estaba espiándola! — Señaló a Melanie.

— Yo también vine por eso.

— ¡Las dos cierren la boca! — Volvió a gritar causando que el silencio invadiera el auto. Katie miró con ojos amenazantes a ambas. — Alexandra sólo acompañó a Frederic al baile, no es una cita y ni mucho menos es para confesarse, además, si fuera el caso ella sabría que hacer. — La irlandesa volvió la vista al frente sujetando con firmeza el volante. — Ella sabe cuidarse sola, me costó mucho asimilarlo, pero es verdad y...

— ¡Shh! ¡Ahí están!

Melissa casi se le echa encima a Katie cuando escuchó la voz de Frederic, algunos ya habían salido del instituto para retirarse a sus casas. Ambos jóvenes se estaban riendo y, Alexandra, tenía una bolsa con varios platos de corcho tapados.

— Disfruté mucho esta noche, Freddy.

— Igual yo... — Comentó el chico deshaciendo la unión de sus brazos. — ... ¡Oye, me has dicho Freddy!

— Bueno, tú me dices Alex yo debería llamarte con un nombre informal... Ya somos más que amigos ¿No?

Melanie inhaló fuertemente mientras que Melissa se reía por lo bajo.

— Sí, supongo. — Se encogió de hombros sin borrar la sonrisa. — Bueno, quiero confesarte algo esta noche, se me hace la oportunidad perfecta. — Melissa estaba que brincaba sobre Katie de felicidad, mientras que la francesa tenía muchas ganas de salir del auto, sin embargo, la irlandesa había puesto seguro automáticos en las puertas. Las tres vieron que Alexandra asintió. — Eres una chica muy... Especial. Eres sincera y honesta a pesar de que sabes que dañarás a los demás diciéndolas...

— Sí, eso hace. — Murmuró Katie.

— ... Quiero saber qué piensas de mí.

— ¿Qué pienso de ti? ¿Cómo?

— Yo... Yo quiero tratarte.

— No estoy enferma. — Entrecerró los ojos la moscovita.

— ¡No, a eso no me refiero! Me refiero a que quiero intentar ser más que amigos.

— ¿Súper amigos?

— ¡Ay, por el amor de dios! — Se quejó Melissa. — ¡Ve al grano! — Intentó no alzar la voz.

— Ah, ¿Cómo lo digo para que entiendas? — El rubio se quedó pensativo mientras chasqueaba los dedos teniendo la palabra en la punta de la lengua. — ¡Cortejarte! Sí, eso.

Alexandra se quedó con la misma expresión, sin embargo, borró la sonrisa. Elevó una ceja intentando descifrar lo que había dicho el rubio.

— ¿Cortejarme? — Frederic asintió llevando las manos a su espalda mostrándose un tanto nervioso. — Yo creo que no se va a poder. Tengo pareja.

— ¿Pareja? ¿Y por qué no viniste con él? — Preguntó desconcertado.

— No estudia en el instituto.

— Entiendo. — El rubio soltó un suspiro desilusionado. — Entonces, me alegra saberlo, así no habrá malos entendidos en el futuro. — Jugó con las manos. — ¿Quieres que te acompañe a tu casa? Podemos tomar el autobús.