CAPÍTULO 27

5.2K 428 992
                                    

— CAPÍTULO 27: PAREJA —

Melissa había captado ciertas cosas de Alexandra. A la niña no le gustaba hablar mucho sobre su vida privada, sólo cuando recuerda algo de la vida en Moscú.

La última semana siempre la traía un coche negro del cuál se bajaba y, no sólo eso, llegaba una hora después de haber salido del instituto cosa que Katie no le dio importancia cuando Alexandra le dijo que iba a la biblioteca a estudiar un poco.

Lo más extraño es que no sabía a quién pertenecía ese auto lujoso. No era de Frederic pues contacto con su madre y ella dijo que su hijo aún no podía conducir sin supervisión de un adulto, información que terminó en manos de su novia.

La cosa pasó a manos de la irlandesa. Durante una noche de sábado recordó los regalos que le habían dado a Alexandra en la mañana, regalos traídos de una paquetería del centro y que aún contaba con la dirección del responsable de haberlos mandado.

El día domingo le contó a Melissa sobre la dirección y los regalos, la rubia se lo tomó mal pues no sabía que pensar al respecto. Todos los regalos a la adolescente eran caros, costaban una gran suma de dinero que apenas ganaban al mes juntas. Quedaron de acuerdo con averiguar quién era aquella persona e ir a la dirección indicada, sin embargo, lo peor que pudo pensar Katie fue cómo Melissa reaccionaría si era una acosador viejo.

Lo mataría.

Así que, aprovechando de que salió temprano del trabajo, tomó el auto y fue a aquella dirección.

Llegó al centro, a un lugar donde los edificios abundaban, rascacielos llenos de empleados y sólo unas cuantas tiendas pequeñas de suministros. Llegó a un hotel lujoso de cinco estrellas: "La Estrella Celeste" uno de los tantos que había en el país. Se estacionó cerca apresurándose a bajar. Sí, no dudaba que era una persona rica por los probables comodidades que debe estar sintiendo.

Se adentró al hotel y miró el papel con la dirección. Sí, estaba en el lugar correcto y el número de habitación era el quinientos catorce. Se giró hacía el recepcionista.

— ¿Dónde queda la habitación quinientos catorce? — Preguntó amablemente.

— ¿Usted está registrada aquí?

— Eh, no, pero necesito saber donde queda la habitación. Es urgente. — Pidió sin borrar su sonrisa.

— ¿Conoce al propietario?

— Sí... — Entrecerró los ojos mintiendo. — ... De hecho, me dio esta dirección y el número de habitación. — Enseñó el papel.

— Déjeme hacer una llamada. — Diablos, pensó Katie sin bajar la guardia ni parecer sospechosa. Siguió disimulando al ver que el hombre le miraba con intriga. — Nadie me responde.

— Lo sé, dijo que se estaría duchando.

— Bien, aquí están las llaves de la habitación. Piso cuarenta y dos.

— Gracias.

Katie tomó las llaves antes de dirigirse a uno de los elevadores. Durante el ascensor se estaba haciendo una imagen mental de cómo podría hacer aquella persona, cualquiera que pensara le revolvía el estomago.

Aunque, podría ser otro tipo de acto.

Salió del ascensor y se dispuso a caminar por el pasillo largo y estrecho hasta dar con la puerta. Las puertas se encontraban muy separadas como para tratarse de una simple habitación.

Sin miedo, introdujo la llave en la perilla abriendo la puerta.

La abrió con lentitud asomándose. No había nadie. Al adentrarse y cerrar la puerta quedó boquiabierta por lo que veía. Era una casa dentro de un edificio, poseía dos pisos. El primero con una gran vista a la ciudad.

UNA NUEVA SERIE [MELTIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora