CAPÍTULO 25

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— CAPÍTULO 25: RELACIÓN —

— ... ¿Cómo te va allá en Gales?

No me quejo. — Se escuchó la voz de la moscovita por el altavoz del teléfono. Melanie sonrió al escucharla, tenía días que no la veía y ya comenzaba a armarse una teoría de que Melissa y Katie se la llevarían lejos de ella. — Aunque hay algo que me preocupa.

— ¿Y qué es, preciosa?

Melissa sospecha de que tengo una pareja.

— ¿¡Qué!? — Casi cae de la cinta de correr por lo que escuchó. Detuvo a tiempo la máquina antes de que diera un paso en falso y caer. Miró a la puerta principal de la sala dónde mantenía algunas máquinas de ejercicio. — ¿Por qué crees eso? ¿Ella te lo dijo? — Tomó el móvil pegándolo a su oreja rápidamente.

Algo así. Olfateó tu perfume a lo que me preguntó después si salía con alguien. Y después dijo: "A mí no me engañas, niña, a mí no me engañas." — Melanie llevó su mano a la barbilla analizando la situación. Sus temores podrían volverse realidad ante lo que Alexandra le contaba, quizá, la rubia ya sabía y sólo esperaba el momento de arrebatársela. — ¿No es mejor que sepa nuestra relación? Podría enterarse de otra forma y sería peor, tal vez te cueste tu rostro...

— A mí no me asustas ¿De acuerdo? Si me quieres alejar debes hacer un mayor esfuerzo, mi terroncito de azúcar... — Habló con dulzura. — ...Si quieres que tus madres sepan de nuestra relación, así será, de todas formas yo no he puesto ni un sólo dedo encima de su virginal hija.

— ¿Y los besos?

— ¿Los besos? ¿Cuáles besos?

No finjas demencia, Melanie... ¡Ya me voy, es hora del desayuno!

La moscovita le había colgado dejándola intrigada.

Sintió sus piernas flaquear en cuanto escuchó el nombre de Melissa salir de los labios de la menor. De acuerdo, sí tenía miedo de que esa mujer se le lanzara encima cuando supiera o, que su otra madre le reprendiera de otra forma que no fuera física, quizá psicológica mente.

Se iba a dar una ducha para poder seguir los pasos de Alexandra, debía ir a Gales sólo para asegurarse de que no la alejarán de ella, tal vez era su paranoia, pero no podía controlar ser tan insegura.

Alexandra es una chica de la cuál siente atracción romántica, la primera mujer que evadió su heterosexualidad de forma agresiva y tan sólo con una mirada desinteresada. La primera de sus relaciones que no está por ella por el dinero y por sexo.

La puerta de su suite fue tocada, intentó ignorarla para que se fueran, sin embargo, escuchó pasos en la sala principal preocupándose de quién sería.

Cuando se asomó vio a su padre husmeando por la sala con su típico traje de negocios que le molestaba ver en él.

— ¿En que piensas?

— En que estas invadiendo propiedad privada, padre. — Habló cruzándose de brazos.

El hombre con pelo canoso esculcó entre los bolsillos de su saco formal hasta sacar algunas fotografías, fotografías que le mostró sosteniéndolas sin expresión alguna.

— Estás con una niña. — Sí, una de las fotos era tomada desde el edificio de al lado cuando estuvieron en el hotel. — ¿¡En que estás pensando!? ¿¡Quieres meterte problemas de nuevo!?

— Perdón...

— ¡A mí no me importa que hagas con tu vida o con quien estas! ¡Vas a meter en problemas a la niña, terminarás en prisión! — Melanie se talló el tabique de su nariz intentando no escucharlo. — ¿Cuántos años tiene?

UNA NUEVA SERIE [MELTIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora