CAPÍTULO 20

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—CAPÍTULO 20: LAGUNAS—

No había soportado mucho tiempo para cuando en la madrugada pudo colar su mano en el interior de la ropa interior de Katie. Estaba acostada de lado hacía ella, mientras su mano izquierda y sus dedos hacían el trabajo de masturbarla disfrutando de los pequeños gemidos que soltaba estando dormida.

Pronto se acercó lo suficiente para poder proporcionarle besos en la mejilla izquierda. No era la primera vez que veía las mejillas de Katie tan rojas, pero esa vez, se encontraban muy encendidas como para notarlas en la oscuridad de la habitación.

— Está vez no te me escapas, preciosa. —Murmuró en el oído de la irlandesa con una voz completamente excitada. Le dio una lamida en el cuello causando que el cuerpo de su novia se removiera en el punto de los espasmos y solo por estarla masturbando con sus dedos en el clítoris. —Umh... ¿Hace cuánto que querías esto? —Preguntó con burla al sentir como su mano se mojaba por completo, algo que le indicaba que su mujer estaba ansiosa.

Katie abrió los ojos, tratando de acostumbrarse a la oscuridad de la noche, su visión se volvía borrosa extrañamente y, por su boca, no paraban de salir gemidos placenteros. Ladeó su cabeza observando el rostro de la rubia con una sonrisa enorme y coqueta sin que sus dedos dejaran de moverse sobre su punto.

— ¡Señorita Benoist! ¿¡Qué cree que hace!? — Gritó aterrada cerrando las piernas de inmediato y sacando la mano de Melissa fuera de su braga. — ¡Usted...!

Se sentó en la cama notándose molesta, pero fue callada por los labios de la rubia sobre los suyos.

Melissa se encontraba encantada, creía que Katie solo actuaba con ese formalismo con aquel acento que amaba tanto. La tumbó de espaldas quedando su cuerpo en medio de las piernas de la irlandesa. La beso con intensidad impidiéndole hablar, solo quería escucharla disfrutar, sus hermosos gemidos saliendo de aquella boquita.

— ¡Quiero hacerte mía! —Gimió sonoramente.

No perdió más tiempo, le dio un ligero beso antes de ir hacía abajo y recorrerle la bata hacía arriba, hasta más allá de la cintura. Observó la braga de la irlandesa, se encontraba completamente mojada. Se relamió los labios acercando su boca a la parte mojada de la braga pasando su lengua para después, con sus manos, deslizaba la misma por las piernas de su novia.

La rubia no se esperó que Katie rodeara su cabeza con los muslos acercándola hasta la intimidad, no reprochó, seguramente se encontraba desesperada como ella por tener sexo como aquel día en el auto. Con la punta de su lengua estimuló por un buen rato el clítoris hasta sentirlo dilatado, causando espasmos descontrolados a su novia. Sus manos sostenían los muslos con fuerza, parecía que quería ahorcarla por la presión en su cabeza.

Si que está excitada, pensó la rubia levantando la vista. Los ojos de la irlandesa se encontraban en ella, esas expresiones no las había visto, eran nuevas. Al parecer tenía muchas ganas de volverlo a hacer con ella por la sensibilidad que veía. Mantuvo su boca entretenida en la vagina; pasando la lengua por los pliegues mojados, succionando y estimulando la entrada con la punta de su lengua.

No tardó en que se deshiciera de aquella estorbosa bata del cuerpo de Katie y terminar desnuda como ella. Le gustaba como la acariciaba tan delicadamente, como pasaba sus manos por sus brazos y como las yemas de sus dedos causaban en su espalda un escalofrío magnifico, además aquellos besos también poseían ese toque delicado y cuidadoso como si fuera la primera vez que ambas se besaban.

Se comenzó a frotar, rozando sus sexos pausadamente mientras sostenía una de sus piernas por detrás de la rodilla para obtener el contacto que deseaba. Tal vez su cuerpo no aceptó la posición en la que se encontraba, por lo que se arrodilló flexionando las piernas hacía el pecho para poder frotarse con más libertad y más unión entre ellas.

UNA NUEVA SERIE [MELTIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora